EL RECICLAJE de las Farc impacta. Según el más reciente informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), denominado “Los focos del conflicto en Colombia”, las facciones no desmovilizadas o rearmadas de esa guerrilla alcanzaron, en 2020, un total de 5.200 combatientes que se encuentran en 123 municipios de 22 departamentos, cifra que representa un aumento de la afectación en comparación con 2019, cuando solo hacían presencia en 93 poblaciones.
¿Cómo explicar esta expansión y qué riesgo representa? EL NUEVO SIGLO habló con Camilo González Posso, director de este instituto, quien aseguró que esta cifra de 5.200 combatientes es considerable y llama mucho la atención porque demuestra un reagrupamiento de este grupo guerrillero que se está dando muy rápido.
Dentro de este número, indicó González, un 20% son reincidentes, es decir que firmaron los acuerdos y luego los abandonaron; también hay algunos que no entraron a los acuerdos, como los del bloque suroriental, pero la mayoría es un nuevo reclutamiento.
“Estas son múltiples estructuras que no conforman una organización nacional, sino que es un proceso disperso, fraccionado, pero que tiene regionalmente muchos impactos, sobre todo en el suroccidente de Colombia, en la frontera de Venezuela y en algunas zonas del norte y bajo Cauca antioqueño. Hay reagrupamientos graves en fenómenos de violencia, que se están dando al mismo tiempo con otros asociados a los herederos del paramilitarismo y al Eln. Eso es una alerta. No estamos en desmantelamiento sino en reagrupamiento de estas organizaciones que atentan contra la paz”, advirtió.
Crecimiento gradual
Al comparar las dos situaciones, el exministro señaló que hoy existen 74 municipios en situación crítica y antes de los acuerdos había 300, en relación a lo que era la presencia de las Farc. “Pero de todas maneras esto viene en expansión. En las condiciones de la pandemia y de debilidad en la políticas estatales y gubernamentales, eso es una alerta, porque si no hay una respuesta y no se reconoce el fenómeno, y simplemente se dice que no, que es por la continuidad de la misma guerra o simplemente narcotráfico, pues no va a haber una respuesta suficiente”, explicó.
El informe subraya que el incremento de efectivos y de áreas de movilidad no implica un incremento proporcional de capacidad militar o de influencia política e ideológica entre la población. En regiones del Pacífico (Nariño, Cauca, Valle y Chocó) a más radio de acción han correspondido mayores disputas armadas con otros grupos; sin embargo, las confrontaciones con el Estado han disminuido.
Un componente que explicaría la recomposición de este grupo insurgente es la fragilidad de la implementación del acuerdo de paz que ha estado en permanente renegociación, ya que se ha buscado activar algunos componentes y otros están en suspenso. “En los territorios donde se están reorganizando estas fuerzas, las comunidades han quedado en medio de todos estos momentos violentos. La gente se ha quedado esperando la reforma rural integral, el acceso a tierras, la sustitución de cultivos”, resaltó González.
Otro de los factores importantes de las acciones armadas de los grupos ilegales en general, según el informe, fue la pandemia de covid-19, que aceleró la generación de poderes ilícitos locales que, aunque frágiles, eran los actores reguladores y de control de las acciones de la población.
Se pensaba que la pandemia podría acelerar la presencia de cultivos de uso ilícito en todo el país pero, por el contrario, se produjo en 2020 una disminución del 7% respecto a 2019 en las hectáreas sembradas de coca; esto según el más reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc). Sin embargo, el informe de la Oficina de la Casa Blanca señaló todo lo contrario: los sembradíos ilícitos se elevaron hasta 245 mil hectáreas al cierre del año pasado.
En lo que sí hay coincidencia es que en zonas de mayor presencia de grupos armados en confrontación (disidencias y reincidencias de Farc, Eln y bandas tipo ‘Clan del Golfo’), como Argelia, El Tambo (Cauca), Tarazá, Cáceres y Valdivia (Bajo Cauca antioqueño), San Pablo-Taracué (Bolívar) y Orito-Vides (Putumayo), aumentaron los cultivos de coca.
¿Qué dice el Gobierno?
El ministro de Defensa, Diego Molano, también se refirió a la expansión de las facciones disidentes y reincidentes de las Farc, según lo que reveló el informe de Indepaz.
“Es claro que las disidencias de las Farc, las que están bajo el mando de alias ‘Gentil Duarte’ e ‘Iván Mordisco’ y la ‘Segunda Marquetalia’, tienen un plan de expansión en Colombia. Uno de los objetivos de estas estructuras era llegar a ocho mil hombres en armas en Guainía, Guaviare y Putumayo”, señaló.
Sin embargo, explicó que “gracias a los planes operativos de la Fuerza Pública no les hemos permitido que cumplan esa meta del plan de expansión, porque en lo que va del año tenemos más de cinco mil neutralizaciones. Esa cifra está distribuida entre las personas que se han sometido o desmovilizado y las que han muerto en operaciones militares contra las diferentes estructuras”, culminó Molano.
Amenaza seria
Para el coronel (r) John Marulanda, presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares (Acore), el hecho de que hayan más de cinco mil disidentes de las Farc que se están reagrupando es una amenaza seria en contra de la estabilidad del Estado. Y una de las dudas que plantean es qué clase de armamento tienen.
En conversación con EL NUEVO SIGLO Marulanda dejó dos hipótesis sobre la mesa. “Si es gente de ‘Iván Márquez’, podríamos decir que tienen un armamento muy moderno, debido a que con los recursos que se recogen del narcotráfico podrán acceder a misiles tierra aire y eso ya representa una seria amenaza para la seguridad del Estado”.
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“Si estamos hablando de la gente de ‘Gentil Duarte’, que yo creo que es donde se apunta a esos cinco mil hombres, hablamos de otro tipo de armamento. Por supuesto, también están en la capacidad de adquirir misiles antiaéreos, que es lo que siempre ellos han buscado para tratar de igualar en algo la superioridad aérea del Estado”, sostuvo.
Marulanda mostró su preocupación también por el Eln, que ha venido creciendo exponencialmente en hombres y pie de fuerza. “Estamos hablando de serios informes de inteligencia que hablan de la adquisición de drones de tecnología iraní, hechos en Venezuela, drones que pueden ser utilizados como bombas aéreas. Es una situación que plantea serios retos para la seguridad”, dijo.
Volviendo al tema Farc, el presidente de Acore señaló que “está confirmado que ellos tienen apoyo de Venezuela, de las Fuerzas Armadas de Venezuela, que en la frontera permiten su tránsito y su permanencia, como lo hemos visto en los cinco estados fronterizos. Y además de eso, armamento que le pueden facilitar en cualquier momento. Podrían ser los misiles rusos Igla, que son conocidos por las Farc, porque ellos tuvieron esos misiles y jamás los entregaron a la comisión esa que recogió el armamento”.
El coronel (r) aseguró que las Fuerzas Militares están en capacidad de enfrentar esta amenaza a pesar de la limitación de personal uniformado. “Recuerde que en el Gobierno de Santos se perdieron cerca de 60 mil soldados que no se han recuperado y esta es una pérdida valiosa para el pie de fuerza de los militares”, indicó.
“Por otro lado, existen muchas restricciones de tipo administrativo, como el combustible de helicópteros, lo que hace un poco difícil el apoyo aéreo inmediato para operaciones en general. Pero las Fuerzas Armadas, especialmente nuestro Ejército y la Fuerza Aérea, están en plena capacidad de enfrentar estos temas”, reiteró.