Hace más de una semana se filtraron a la prensa unas declaraciones de la senadora Angélica Lozano en la que dejaba abierta la posibilidad de que los verdes se dividieran.

Como se sabe, algunos sectores consideran que la Alianza debe mantenerse firme dentro de la multipartidista “Coalición de la Esperanza”, que si bien tiene varios precandidatos como Juan Manuel Galán o Jorge Enrique Robledo, es claro que será la base de la candidatura presidencial de Sergio Fajardo.

Sin embargo, otro sector de los verdes es de la tesis de que debe plantearse una alianza con el sector de la izquierda que lidera Gustavo Petro, a lo que los fajardistas se oponen.

Tras una polémica inicial al interior de la colectividad por esas declaraciones de Lozano, el tema quedó un poco en segundo plano, sobre todo porque el jueves pasado la colectividad decidió un mecanismo para solucionar el pulso interno entre los bloques fajardistas y petristas.  

Tras una carta del exsenador Antanas Mockus, el partido decidió que citará a una consulta interna a los 1.400 funcionarios de elección popular de los verdes en todo el país para que definan cuál debe ser el camino a seguir. De igual manera, se hará una encuesta con los militantes de la colectividad con el mismo fin.

Sin embargo, el domingo la congresista volvió a enfilar baterías, ya que en su cuenta Twitter señaló lo siguiente: “el 26 de marzo la Dirección Nacional de la Alianza Verde decidió por consenso -aunque sea redundante: ni un solo voto en contra- para el 2022. El boicot a esta decisión ha sido evidente. Vamos a corregir, con madurez política contemplar la escisión ante obstrucción a la decisión”.

Esa insistencia de Lozano, obviamente, generó un alud de reacciones. Por ejemplo, ayer se dio una fuerte discusión, en Blu Radio, entre Lozano y uno de los seis precandidatos presidenciales de los verdes, Camilo Romero.

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De acuerdo con este último, le informaron que en una reunión Lozano les dijo a otros compañeros que le debían “agradecer por la caída del proceso verde, porque Camilo llevaría al verde hacia Petro y no hacia la Coalición de la Esperanza”.

Otro de los argumentos que entregó Romero correspondió a un chat que le llegó al precandidato, donde Lozano expresaba que “no nos metamos en el tema de Camilo y demás, ella no haría parte de eso, y si los demás miembros del partido decidían avanzar con él, ella tomaría un camino distinto”.

La senadora se refirió a dicho chat y aseguró que allí les preguntó a los tres copresidentes del partido si era conveniente la candidatura de Romero pues tiene un proceso en la Corte Suprema de Justicia.

La razón de esa prevención serían las implicaciones de tener que enfrentar más adelante ante la opinión pública dicho proceso penal a uno de sus precandidatos, teniendo en cuenta que el partido tiene como bandera la anticorrupción.

Obviamente se trata de dos posturas muy contradictorias. De hecho Romero trinó ayer que “… Hay hechos que son contundentes y no se pueden negar. ¡Mientras han torpedeado el camino y se dedican a vetar y excluir, nosotros insistimos en la unidad con la ciudadanía para ganar!”.

Otros candidatos

Pero no fue el único eco en los verdes a lo dicho por Lozano. El exgobernador boyacense y precandidato Carlos Amaya opinó sobre la propuesta de Lozano, señalando que “una escisión debería ser la última alternativa, debemos explorar todos los caminos”.

Días atrás, otro precandidato verde, el senador Antonio Sanguino, respondió a EL NUEVO SIGLO sobre si era cierto el riesgo de escisión. “No es una decisión del partido ni se ha considerado como una propuesta formal.  Digamos en el entendido que hay unos compañeros, unos tres o cuatro congresistas, junto con el candidato Camilo Romero, que quieren estar en la Coalición del Pacto Histórico.  Pero lo que estamos tratando es de que si ellos no quieren estar en la Coalición de la Esperanza ni quieren acatar la decisión mayoritaria del partido, que les demos la posibilidad de liberarlos para que estén donde ellos consideren estar”, explicó.

El NUEVO SIGLO consultó al también precandidato Iván Marulanda, quien prefirió no referirse al tema, señalando que está a la espera de lo que pase con el Nuevo Liberalismo, partido al que la Corte Constitucional le resucitó la personería jurídica hace dos semanas. Marulanda ayudó a fundarlo en la década de los ochenta, junto a Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara Bonilla, y estaría pensando retornar allí.