Crisis en partidos por avalancha de candidatos por firmas | El Nuevo Siglo
LOS CANDIDATOS cuentan hasta el 17 de diciembre para presentar las firmas ante la Registraduría, y esa entidad tendrá hasta el 19 de enero de 2022 para certificarlas.
Domingo, 12 de Diciembre de 2021
Redacción Política

LA REFORMA política de 2003 dio un giro de 180 grados en materia de la inscripción de candidatos a cargos de elección popular, pues anteriormente solo podía hacerse con el aval de un partido reconocido mediante la personería jurídica.

Sin embargo, a partir de ese año se dio la posibilidad de que los aspirantes se inscribieran con el respaldo de ciudadanos, esto expresado a través de firmas que deben ser radicadas ante la Registraduría Nacional para que esta confirme la validez de las mismas.

Analistas políticos consideran que este fenómeno creciente de candidatos por firmas, como se ha visto en la última década, puede ser una muestra de la pérdida de legitimidad de los partidos, lo que hace que muchos aspirantes no encuentren, en ninguna de las colectividades, el espacio para desarrollar sus ideas políticas.

Pero otros piensan que el posicionamiento que ha tenido el mecanismo de candidatos respaldados por firmas se debe más que todo a que quienes optan por el mismo pueden sacar algunas ventajas adicionales, principalmente hacer una campaña anticipada, aprovechando el período de recolección de las rúbricas de apoyo.

Para las próximas elecciones son muchos los candidatos que aspiran a llegar, por esta vía, a la Casa de Nariño; en este sentido, EL NUEVO SIGLO consultó a un par de especialistas con el fin de preguntarles qué significa para una democracia que haya tanto candidato que quiere llegar por firmas y el impacto que esto puede generar.

Para el analista político Pedro Medellín, el hecho de que haya más de 40 candidatos pidiendo firmas no significa otra cosa que caos y desorganización y desvertebramiento político. “Los partidos políticos están constituidos como formas de representación, como canales de diálogo y representación de los distintos intereses de los sectores sociales. Y es la manera de organizar la política en las sociedades”, explicó.

“Cuando no hay partidos, no hay una representatividad ante la sociedad porque son mecanismos que controlan, que establecen límites a los que hacen la representación, cuando uno hace parte de un partido, el partido le establece límites y le pone unas reglas de juego, pero cuando la gente va por firmas no se debe a nadie. Un ejemplo, Antanas Mockus, cuando ganó en Bogotá, él nombraba a quien quería y no tenía a quién rendirle cuentas, porque él había sido un candidato independiente. Él no llegó por firmas, pero lo hizo por la Alianza Social Indígena y en ese Gobierno no hubo un solo indígena”, señaló.

“Es un mecanismo de representación como de votos de opinión en donde no hay una obligación, ni una representación ni una responsabilidad política; se escoge a la persona, no a un grupo de personas”, sostuvo Medellín.


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“En las mayorías de las democracias cuando los partidos se desestructuran o pierden el horizonte esa es la antesala de las tiranías, como no hay quien responda. Fíjese lo que le pasó a Venezuela cuando sale Chávez como un candidato ciudadano que es una opción, una alternativa frente a los partidos tradicionales, gana las elecciones y él monta su propio régimen, no era el régimen socialdemócrata, era el régimen chavista”, advirtió.

Por su parte, Jorge Luis Yarce, analista político, dijo que “esa situación responde a la crisis de partidos, un fenómeno que afecta a todas las democracias del planeta; los partidos políticos han perdido su vocación de representar ideas ante los pueblos, ante las sociedades, y se han vuelto cada vez más personalistas, más operativos. En esa medida han perdido credibilidad ante la sociedad y ante los electorados, haciendo que los candidatos cuando salen de uno u otro partido pierdan su potencial electoral”.

“Esa crisis de partidos tiene unos elementos que hay que reconocer, las facciones ideológicas siguen siendo las mismas, si queremos generalizar quedémonos con el centro, la izquierda y con la derecha. Pero los partidos que representan esas ideas se han multiplicado; por tanto, si un candidato se lanza por un partido sin importar su tendencia, va a perder la posibilidad de captar todo el electorado posible dentro de esa facción, dentro de esa área ideológica. Si se lanza por firmas puede recoger votos de todos los partidos que representen la misma facción ideológica o de los procesos de centro que convocan a todos los ámbitos de centro ideológicos”, ilustró.

De esta manera, según Yarce, los candidatos de manera estratégica renuncian a la bandera de un único partido para tener un mayor potencial electoral y representar una idea en un sector más amplio de la sociedad y de la democracia, lo que demuestra la crisis de los partidos, su falta de representatividad y su falta de operatividad.

“Esto nos lleva a que nos convirtamos en una democracia personalista. Es decir, ya no se defienden ideas, se defienden situaciones coyunturales y somos muy dados a buscar redentores o mesías en cada una de las elecciones”, enfatizó.

“Renunciar a las ideas es renunciar a la institucionalización de la democracia y vamos a tener un montón de circunstancias como, por ejemplo, que cuando gana un candidato que llega por firmas, todos los demás perdedores, que se convierten en la gran mayoría, se ponen en oposición afectando la gobernanza, la capacidad que tiene el nuevo dirigente de poder administrar el país y ejercer su mandato de manera tranquila”, aclaró.

Comentó el caso de lo que ha pasado en Bogotá, “donde se presenta una cantidad X de candidatos a la alcaldía, pero el que gana lo hace por minoría, porque simplemente es una mayoría respecto a todos los candidatos, los demás votos están repartidos entre los candidatos que no ganan y estos se declaran en oposición y empiezan a hacer contrapeso y no dejan gobernar”. 

“El que llegue, no lo hace consolidando mayorías suficientes, tiene que negociar para la segunda vuelta y eso comienza a poner en crisis la gobernanza, la capacidad de gobierno”, concluyó.


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Entrega de firmas

La entrega de firmas comenzó el 6 de diciembre con Roy Barreras quien llegó, según dijo, con un millón de firmas para avalar su candidatura. Sin embargo, dos días después “se bajó de ese bus”, para asumir la jefatura de debate del Pacto Histórico. El jueves pasado lo hizo exalcalde de Medellín e integrante del “Equipo por Colombia” Federico Gutiérrez, quien llegó con 1.450.000 firmas a la Registraduría. Luego seguirá el exalcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández, quien avalará su aspiración presidencial en nombre de la "Liga de Gobernantes Anticorrupción", el próximo lunes 13 de diciembre. Al día siguiente, lo hará el exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry.

Según datos de la Registraduría, se inscribieron 52 comités de grupos significativos ciudadanos para impulsar las candidaturas presidenciales para las elecciones del próximo año.

En ese sentido, se considera que la próxima semana estará muy agitada debido a que el plazo para presentar las firmas ante la Registraduría vence el próximo 17 de diciembre del 2021.

Vale recordar que los candidatos independientes que quieren obtener el aval deberán acreditar mínimo 580.620 firmas convalidadas por la entidad.

Firmas en las pasadas elecciones

Vale la pena recordar que en las pasadas elecciones la Registraduría revisó más de 15 millones de firmas presentadas por los candidatos presidenciales. En esa época había 11 comités de ciudadanos que apoyaban a candidatos presidenciales. De ellos, ocho aspiraciones superaron el mínimo de firmas requeridas.

Tres no pasaron ese umbral: el exnegociador de paz Frank Pearl, el excongresista Jairo Clopatofsky y el general Luis Mendieta.

Los que sí superaron la cantidad mínima de firmas fueron Germán Vargas Lleras, Alejandro Ordóñez, Piedad Córdoba, Carlos Caicedo, Sergio Fajardo, Juan Carlos Pinzón, Gustavo Petro y Marta Lucía Ramírez.