“El país necesita una izquierda y una derecha democráticas fuertes” | El Nuevo Siglo
Foto cortesía EAFIT
Domingo, 22 de Agosto de 2021
Redacción Política

ÁLVARO TIRADO Mejía no necesita presentación: historiador, escritor, politólogo, profesor, abogado, periodista… De hecho, es considerado uno de los pensadores más importantes del país.

Por lo mismo genera mucha expectativa que haya aprovechado estos tiempos de pandemia para escribir un libro donde deja plasmadas sus experiencias y recuerdos de 80 años de vida.

En entrevista con EL NUEVO SIGLO hace una rápida descripción de su más reciente creación literaria editada por la Universidad Nacional y Random House así de cómo interpreta muchos de los acontecimientos del último siglo.

EL NUEVO SIGLO:- ¿Cuál es el objetivo de “El Presente como  historia”, su nuevo libro?

ÁLVARO TIRADO MEJÍA:- Yo he sido muy trabajador, mi descanso es trabajar y se me ocurrió que así yo no sea un personaje extraordinario, quería contar para el futuro historiador cómo era la vida política, intelectual y académica durante los últimos 80 años.

ENS:- ¿Tengo entendido que usted narra en los primeros capítulos del libro cómo adquirió ese gusto por la historia?  

ATM:- Empiezo a contar que frente a mi casa vivía una señora anciana, que apenas vivía de una pensión de su padre o de su abuelo que había estado en la Legión Británica, que tenían una pensión por participar en la Independencia. Yo me iba de niño, tal vez a los ocho o diez años, a escuchar a esta señora las historias que había oído de su papá, su familia, de Bolívar, de la Independencia. Eso me motivó. Luego tuve muy buenos profesores de historia. En el colegio público, donde terminé bachillerato, que ha sido la mejor experiencia de mi vida, yo me leí todas las memorias de Aquileo Parra, porque en esa época se escribían memorias políticas, eso se olvidó en el país y es una falla.

ENS: Sin embargo, lo primero que estudió fue Derecho…

ATM: Yo me aficioné a la historia, yo terminé Derecho, pero mi tesis de grado no fue sobre asuntos jurídicos, sino sobre historia, y sobre un campo que había sido inexplorado en ese momento, que era la historia económica de Colombia. Sobre ese tema, había dos o tres libros nada más. El de Luis Ospina Vásquez y el de Nieto Arteta. Mi tesis se convirtió en la Introducción a la historia económica de Colombia, que tiene 23 ediciones legales y contando las ‘piratas’ se estima que se han editado más de 100.000 ejemplares de esa obra. Pero lo interesante fue una nueva visión de mirar nuestra historia. Y luego sí hice mis estudios profesionales de historiador en París y tuve un doctorado en la Universidad de Sorbona.

  • Su acercamiento a la política

ENS: ¿Y cómo llegó su interés por la política?

ATM: Me dediqué a la docencia por mucho tiempo, pero en la época de los 60 y los 70 había una efervescencia política en las universidades, y en todo el mundo: el movimiento de ‘hippies’ en Berkeley, la Guerra de Vietnam, la Revolución Cubana. Todo eso me llevó a interesarme por la vida política, no en el entendido de la acción política electoral, sino en la ideológica.

ENS: ¿Y por dónde encausó su lineamiento político?

ATM: Nuestra generación, los que nacimos durante la Segunda Guerra Mundial y un poco después, estuvimos marcados por la violencia, lo más grave fue la violencia concomitante con la política. La violencia como una forma de hacer política, que se expresó muy claramente en los movimientos guerrilleros que hubo en todo el continente, especialmente luego de la Revolución Cubana. Pero en Colombia, como lo hemos visto y padecido, realmente yo tomé una posición reformista, de que son necesarios los cambios sociales y políticos en este país, pero la vía es a través de la reforma y siempre en el marco del Estado de Derecho de la democracia.

ENS: ¿Qué defectos le ve a la democracia en general?       

ATM: Yo creo en la democracia, y asumo las palabras de Churchill, porque es el menos malo de todos los sistemas. La democracia tiene muchos defectos, pero si me muestran otro mejor, adhiero.

ENS: ¿Qué espera de la política en Colombia?

ATM: Espero que podamos llegar a que haya un ejercicio de la política donde se puedan expresar los diferentes sectores. El país necesita una izquierda y una derecha democráticas fuertes que puedan concurrir en las propuestas, siempre en el marco del Estado de Derecho.

  • Con tarjeta de periodista

ENS: ¿Cuéntenos cómo fue esa experiencia como periodista?

ATM: Ejercí el periodismo en la revista Alternativa, que era una revista con un tinte muy especial, crítica del sistema, novedosa y que tuvo una existencia no muy larga, pero que fue un hito en el periodismo colombiano. Yo tuve carné de periodista. Al tener un año sabático en la universidad, me fui a hacer unos trabajos de investigación en archivos en Francia, pero aproveché para ser corresponsal de Alternativa. Allá, le hice reportajes a lo más connotado de la izquierda no comunista de Francia y de Europa, como a Nicos Poulantzas, al director de Le Monde Diplomatique y ejercí el periodismo allá y en Colombia con la revista. Luego tuve una columna en El Mundo de Medellín, que dirigió Darío Arizmendi.

ENS: ¿Cuál fue la mayor enseñanza que le dejó el periodismo?

ATM: En el mundo académico, desafortunadamente, y con pocas excepciones, los autores escriben de una manera muy abstrusa, porque escriben para los colegas y no para la gente. El periodista tiene que escribir para la gente. Y a mí me ayudó en mi estilo, en poder, en mis trabajos y en mis libros, tratar de escribir de manera clara, para que la gente me entienda y no simplemente para mis colegas. 

  • La historia en los colegios

ENS: ¿Por qué es importante que se enseñé la historia en los centros educativos?

ATM: Es un desastre para este país. Un país que no conoce su historia no sabe para dónde va. Y realmente llevamos dos o tres generaciones que han pasado con la enseñanza primaria, secundaria y universitaria sin conocer la historia de Colombia. No se pide que sean especialistas o historiadores, pero cada ciudadano en una sociedad seria, en un país serio, debe conocer lo mínimo de su historia. Cuando un colombiano va a obtener la ciudadanía española o la norteamericana, le exigen, como les exigen a sus ciudadanos en los currículos universitarios, que conozca los principales hechos del país. Por eso se menosprecia, se hace una torre de no sé cuántos pisos en Cartagena al lado de uno de los monumentos más importantes de América. O se pintan las murallas, como sucedió esta semana. Eso no puede ser.   

ENS: ¿Un gobernante que admire?

ATM: Willy Brandt, lo califico como un hombre consecuente, que siendo alemán se enfrentó a Hitler. Como canciller de Alemania hizo una apertura hacia el este muy importante, era un hombre realista e hizo la política con ética, según sus ideales.

ENS: ¿Y de Colombia?

ATM: Conocí a tantos. Carlos Lleras era un estadista. Tuve una relación muy contradictoria con el doctor Álvaro Gómez, él era un luchador ideológico y tuvimos desencuentros. Tuve la satisfacción de poder haber contribuido un poco a su liberación, como lo relato en el libro, y ahí está la fotocopia de la nota que de su puño y letra me escribió para agradecerme eso. Después hicimos una muy buena relación, lo visité en París, le tenía un gran respeto. Él fue víctima de la violencia en Colombia.