Elecciones de 2018 – 2022: tres diferencias y dos similitudes | El Nuevo Siglo
En palabras del exministro Fernando Cepeda Ulloa, “el Centro Democrático ya no se presenta como un partido de oposición en busca de la Presidencia, sino como un partido en busca de la reelección”. /CPI
Foto CPI Colombia
Lunes, 26 de Octubre de 2020
Redacción Política

Como ya se ha dicho en estas páginas, el 12 de octubre el manifiesto leído por el expresidente Álvaro Uribe dio oficialmente la largada para la campaña presidencial de 2022.

Las circunstancias en que se está dando la evolución de los acontecimientos políticos dio pie a una conversación de periodistas de EL NUEVO SIGLO con el exministro Fernando Cepeda Ulloa, con quien se sacaron tres diferencias y dos similitudes entre lo está aconteciendo de cara a los próximos comicios y lo que vivió el país en 2018.

Tema de campaña

Un primer aspecto es que mientras en 2018 el tema de la campaña giró en torno al proceso de paz, en esta oportunidad será la emergencia sanitaria derivada de la pandemia del Covid-19.



Cepeda señaló al respecto que “las elecciones no están ocurriendo después de un proceso de paz que tomó realmente ocho años. Las negociaciones tomarían cuatro o más, pero realmente fueron ocho años del presidente Santos. En este caso no hay eso. No hay un presidente que haya durado ocho años y no hay un suceso de esa significación”.

Como lo ha señalado este Diario y se recodará unas líneas más abajo, claramente el llamado del Centro Democrático en su consigna de “ojo con el 2022” es a continuar por la senda trazada no solo desde 2018, sino desde 2016, cuando el no ganó el plebiscito convocado para refrendar lo acordado con las Farc en La Habana.

Sin embargo, aunque ese tema sigue siendo vigente, pasará a un segundo plano ante una pandemia que ha golpeado en forma inclemente las economías familiares.

El tema indudablemente va a ser la pandemia y cómo se manejó. Los argumentos en favor y en contra son conocidos, porque son copiados, se repiten en todas partes del mundo. No hay nada original en eso”, sostuvo el exministro Cepeda.


Un primer aspecto es que mientras en 2018 el tema de la campaña giró en torno al proceso de paz, en esta oportunidad será la emergencia sanitaria derivada de la pandemia del Covid-19.


¿Oposición?

En alguna oportunidad se escribió en estas páginas que la senda antes mencionada podría remontarse no solo a 2016, sino incluso a 2002, porque no hay duda del peso político del expresidente Uribe en la Colombia actual.

Sin embargo, aun eso tiene cambios en esta ocasión, porque frente a 2018, ahora el exmandatario está en una situación diferente, pues en aquel entonces, anotó Cepeda, “había un candidato planteado por el expresidente Uribe, pero como un candidato de oposición. Tanto el expresidente Uribe, su candidato como el partido Centro Democrático eran un grupo de oposición política”.

“En cambio ahora no se ve un candidato que tenga esa característica, esa condición durante estos cuatro años. Uno podría decir que es Petro, pero lo que usted encuentra en los análisis es que dicen que Petro está solitario, porque fue alcalde, porque fue candidato, porque fue derrotado y porque se ha colocado no en la oposición, sino si ustedes quieren en una subversión no armada. ¿Qué quiere decir subversión no armada? Que ha dicho que el presidente es ilegítimo, que no hay que pagar impuestos, que no hay que pagar servicios públicos. Eso es una posición subversiva, no es oposición. Y además todos los grupos que están en la oposición no quisieron coincidir en declararlo de hecho, porque legalmente no existe la figura, jefe de la oposición”.



Efectivamente, un aspecto clave de la campaña que viene adelantando el senador Gustavo Petro, de Colombia Humana, es lo que ha denominado “desobediencia civil”, que por un lado viene siendo la otra cara de la moneda del “ojo con el 2022”, pero por otro precisamente es un camino de radicalización en sentido contrario al expuesto por el uribismo.

¿Reelección?

De lo anterior se desprende que en 2022 el uribismo buscará la reelección, no ya del presidente Iván Duque, porque ya no es legalmente posible, pero sí de su gestión de gobierno. No en vano el numeral de las redes sociales del Centro Democrático, sus congresistas y militantes fue #VolvióLaSeguridadDemocrática a raíz del abatimiento del jefe guerrillero Andrés Felipe Vanegas, alias ‘Uriel’.

En palabras del exministro Cepeda, “el Centro Democrático ya no se presenta como un partido de oposición en busca de la Presidencia, sino como un partido en busca de la reelección, así no haya estado totalmente identificado con el gobierno del presidente Duque”.


Como lo ha señalado este Diario y se recodará unas líneas más abajo, claramente el llamado del Centro Democrático en su consigna de “ojo con el 2022” es a continuar por la senda trazada no solo desde 2018, sino desde 2016.


Por eso en su declaración del 12 de octubre Uribe hizo una defensa de la gestión de su partido en la dirección del Estado, anotando que “con ejemplar dedicación presidencial, durante la pandemia, nuestro sistema de salud se ha dotado mejor y los actores han respondido con mayor presteza en la prevención y atención a los ciudadanos”; gestión que contrapuso a las amenazas que, desde su punto de vista, afronta Colombia y que se deben conjurar en las elecciones presidenciales de 2022. Así, por ejemplo manifestó que “la derrota de la impunidad y del narcoterrorismo, que son parteras de violencias que nos afectan, también constituye premisa para una mayor eficacia del principio de Seguridad con Legalidad, que guía al presidente Duque”.

Uribe

Como ya se mencionó, un factor común entre 2018 y 2022 es la influencia de Uribe, no solo como jefe indiscutible de la centroderecha colombiana, sino aun en la izquierda, porque representa las políticas que quieren derrotar.

De nuevo entra a jugar muy fuertemente el expresidente Uribe, que es reconocido por todos como un dirigente político que no pierde elección. Que haya perdido la segunda vuelta en el 2014 es una historia muy complicada, pero ganó la primera. Con una diferencia, que esta vez ha tenido el Gobierno. En las ocasiones anteriores no, excepto cuando ayudó a elegir a Santos”, aclaró Cepeda.



Consultas

“Insistiremos”, dijo el 12 de octubre el expresidente Uribe, “a través de los compañeros del Centro Democrático y de otros partidos, en puntos de agenda legislativa que incluyen la reducción de la jornada de trabajo y el bono solidario para los niños de hogares de menores ingresos”.

Lo clave allí, como en otros apartes del manifiesto, no son las propuestas, sino que se perfila un procedimiento similar al desarrollado antes de 2018, cuando el precandidato Duque compitió por la nominación del Centro Democrático, para luego ir a una consulta con Alejandro Ordóñez y Marta Lucía Ramírez en la que se definió la candidatura única de la centroderecha. Esta vez sería con las colectividades que acompañan a Duque desde el Congreso (conservadores, cristianos y La U).

Y es precisamente este el tema que no han podido resolver en la otra orilla, porque Petro quiere una consulta con izquierda y centroizquierda, pero en hay quienes difieren proponiendo consultas separadas.


Un aspecto clave de la campaña que viene adelantando el senador Gustavo Petro, de Colombia Humana, es lo que ha denominado “desobediencia civil”, que por un lado viene siendo la otra cara de la moneda del “ojo con el 2022”, pero por otro precisamente es un camino de radicalización en sentido contrario al expuesto por el uribismo. 


Esto deja en claro que unos y otros aprendieron la lección, sentenció el exministro Cepeda: “¿Cuál lección? La lección que dice que hay que realizar un acto político de significación nacional que catapulte al partido y al candidato. ¿Qué acto de significación nacional ocurrió? Ocurrió el plebiscito y al ganarlo el expresidente Uribe se catapultó. Y luego otro hecho político de gran significación nacional que los demás candidatos no vieron, no valoraron sino al día siguiente de haber ocurrido, que fue la consulta interpartidaria, la escogencia del candidato del Centro Democrático, que favoreció a Iván Duque, y la escogencia de Petro, de su partido Colombia Humana. Y a partir de ese momento no quedaron sino dos candidatos: Duque y Petro. Los demás se desvanecieron”.

En ese contexto, estimó Cepeda, es que tanto Uribe como otros dirigentes están proponiendo referendos de las más diversas características; además, apuntó, “como se dan cuenta de la importancia que tuvo la consulta, todos están viendo cómo montan coaliciones vía una consulta, cómo se unen para hacer una consulta y escoger un candidato, que como resultado de esa consulta tenga el apoyo de otras personas”.