
En el marco de la 68ª. sesión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago, defendió la posibilidad de revisar la clasificación de la hoja de coca dentro de la lista de estupefacientes sometidos a fiscalización internacional.
Sustentó su ponencia en el artículo 3 de la Convención Única de Estupefacientes de 1961 de la Organización de las Naciones Unidas que plantea: “si la Organización Mundial de la Salud comprueba que un preparado, dadas las sustancias que contiene, no se presta a uso indebido y no puede producir efectos nocivos, y que su contenido de estupefaciente no se puede recuperar con facilidad, la Comisión de Estupefacientes de la ONU (CND, por sus siglas en inglés) podrá, de conformidad con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, incluir este preparado en la Lista III".
La ministra enfatizó que la hoja de coca y la cocaína no son lo mismo y que la evidencia científica respalda una reevaluación de su estatus legal. Además, señaló que la convención prevé, en el artículo 3, la modificación a la esfera de aplicación de la fiscalización, y que esto revierte importancia porque, desde sus inicios con el protocolo de 1972, surge la posibilidad de que muchas de estas situaciones pudieran ser variadas en el tiempo a través de dos requisitos esenciales:
El primero es mostrar evidencia frente a la necesidad que lleva a cambiar la matrícula de esta sustancia entre las listas. En dicho artículo se prevé la opción de proponer en la CND, la reforma, modificación o traslado de sustancias entre las listas cuando se encuentren elementos necesarios para hacerlo. Desde ahí decir también que la Organización Mundial de la Salud (OMS) es uno de los entes que permite entregar insumos científicos sobre el particular.
En segundo lugar, que la clasificación vigente de la hoja de coca significa haber desconocido elementos que son beneficiosos o favorables. No solamente el tema de lo que consideró en su momento la convención sobre la posibilidad de sacar elementos farmacéuticos o tranquilizantes como parte de la materia prima, sino que también hoy en día se está apuntando a investigaciones importantes en términos de comestibles, combustibles, etc. que podrían mirarse a la luz de todos los países y analizase.
“Los productos que son ilícitos son los productos que salen de este procesamiento en particular: el clorhidrato, la base y la pasta. Desde un punto de vista técnico y científico la evidencia es clara y en términos farmacológicos los estudios han demostrado que el consumo de la hoja en estado natural tampoco genera dependencia ni presenta potencial adictivo", sostuvo.
Igualmente, la alta funcionaria del Gobierno colombiano agregó que “desde un punto de vista técnico y científico la evidencia es clara y en términos farmacológicos los estudios han demostrado que el consumo de la hoja en estado natural no genera dependencia ni presenta potencial adictivo. Además, para alcanzar la convivencia ilícita del cultivo de la hoja de coca, desde un enfoque de política de drogas, podemos señalar que el presidente Petro ha solicitado el desarrollo de una regulación interna en torno a los usos que permite la Convención en Colombia, y en este momento estamos tramitando una serie de proyectos en este sentido".
Durante su exposición, la ministra resaltó que el gobierno colombiano seguirá luchando de frente contra el narcotráfico, especialmente combatiendo las organizaciones criminales: “Desde ese contexto para nosotros es claro que seguimos en la lucha y en los esfuerzos contra el narcotráfico, que seguimos con la necesidad de manejar la erradicación del narcotráfico como una de las criminalidades que agotan nuestros países, pero que dentro de este contexto también debemos decir que los productos que son ilícitos son los que salen de este procesamiento en particular.
El clorhidrato, la base y la pasta. Y sobre estos supuestos estamos mirando que en Colombia y en particular el presidente de la República ha hecho una solicitud el año pasado sobre la necesidad de replantear este punto, de acuerdo con los postulados que significan entender que debe haber una revisión de acuerdo con la misma convención" recalcó.
Colombia propone una regulación internacional que permita el uso industrial y comercial de la hoja de coca en su estado natural, aprovechando su potencial en sectores como la salud y la alimentación.
En este espacio de discusión internacional en materia de drogas también participó el vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca Céspedes, quien durante su intervención planteó que “se debe trabajar una ciencia plurinacional del cultivo, cuidado, consumo, distribución, industrialización de la sagrada hoja de coca y entregar a toda la humanidad los beneficios, propiedades curativas, alimenticias y nutricionales y aportar así a la construcción de una política mundial de drogas desde el culto a la vida".