Exmilitares colombianos, ¿mercenarios en el mundo? | El Nuevo Siglo
Foto montaje El Nuevo Siglo
Domingo, 11 de Julio de 2021
Redacción Política

Los ojos del mundo están puestos sobre Colombia, esta vez por cuenta de la presunta participación de un comando integrado por exintegrantes del Ejército Nacional en el magnicidio del presidente de Haití, Jovenel Moise.

Aunque han surgido versiones encontradas sobre la intervención de los connacionales en el hecho ocurrido el pasado miércoles, EL NUEVO SIGLO consultó con el excomandante del Ejército, general (r) Jaime Alfonso Lasprilla, el exinspector de la Policía, general (r) William Salamanca, el presidente de Acore, coronel John Marulanda, y el director del Cerac, Jorge Restrepo, sobre la lectura que tienen sobre lo ocurrido.

De acuerdo con el excomandante del Ejército, general Lasprilla, “un soldado, un suboficial y un oficial después de que salen de las filas de las Fuerzas Militares, las instituciones pierden la responsabilidad con cada uno de esos hombres y mujeres y si incurren en hechos al margen de la ley no se los pueden achacar a las fuerzas”.

Sin embargo, dijo, que “uno asocia estos hechos a los temas de desempleo en el país y el crimen es una industria que ha venido creciendo y desafortunadamente busca a estas personas”.

“En las Fuerzas Militares y en la Policía se cuenta con programas en todos los niveles, tanto de carrera como del cuerpo administrativo, en principios, en valores, en el respeto a los derechos humanos, en el derecho internacional humanitario y en educación cívica, en especial, para los soldados regulares”, dijo.

Afirmó, que “en las Fuerzas Militares no se educa para el crimen. En las Fuerzas Militares no se forman criminales ni mercenarios y por el contrario se forman uniformados para servir a la sociedad, pues ingresan ciudadanos de todos los orígenes y de todos los estratos y reciben una educación que les permite ampliar sus conocimientos y fronteras para ser buenos ciudadanos para cuando dejan el servicio activo”.



“Los soldados profesionales hacen su carrera y en su trayectoria reciben cursos de capacitación y especialización y todos ellos llevan un componente enorme de derechos humanos y de derecho internacional humanitario, entre otras materias y entonces no se puede permitir que ciertos sectores perversos traten de atacar a la institucionalidad”, señaló.

Explicó que “cualquier colombiano que cometa un delito en el exterior, indudablemente genera un impacto negativo para el país y en este caso la muerte del Presidente de Haití es un hecho de suma gravedad, es un hecho condenable desde todo punto de vista. Reitero que cualquier crimen que se cometa por parte de colombianos en el exterior es muy grave”.

Indicó que el magnicidio del jefe de Estado, Jovenel Moise, tiene que poner a pensar no solo al Gobierno de Colombia sino a muchos países con relación al crimen transnacional organizado y "en estos momentos no se puede especular con estos graves hechos, pues ya hubo pronunciamientos del Presidente de la República, del Ministro de Defensa y de los comandantes de las Fuerzas Militares, del Ejército y de la Policía”.

“No se puede atacar a las Fuerzas Militares porque a un hombre el Ejército lo forma y lo prepara no solo para el servicio, sino para que sea un buen ciudadano ante la sociedad. Incluso hay cursos que se hacen con los soldados, los suboficiales y los oficiales para prepararlos para la vida civil, para cuando terminan su actividad militar. En cuanto a los soldados profesionales en el último año reciben una exigente preparación de profesión de carácter técnico o tecnológico para que se puedan desempeñar en la vida civil en alguna empresa”, acotó.

De igual forma sentenció que “si hay algún sector pensando que en las Fuerzas Militares o en el Ejército están preparando gente para el crimen, es perverso”.

“Hay una industria del crimen transnacional que no tiene fronteras y busca escenarios donde hay dificultades económicas y otros factores y por esta razón los países deben evaluar cuál es la mayor contribución para enfrentar esta modalidad criminal. Es necesario evitar señalar al Estado y a las Fuerzas Militares, porque cuando un hombre se desprende de las Fuerzas Militares pasa a engrosar a los llamados desempleados, pero no es ninguna justificación para que una persona incurra en crímenes”.

Apoyo total

Por su parte, el general William Salamanca, exinspector de la Policía, afirmó que es “muy lamentable que esto nos ocurra, afecta mucho la imagen de Colombia en el contexto internacional, pero reconozco el liderazgo de las Fuerzas Militares y de la Policía que reaccionaron de manera inmediata para prestar toda la ayuda posible en materia judicial y de información al Gobierno de Haití ante este atroz crimen del presidente Jovenel Moise, que rechazamos de manera vehemente”.

Explicó que “el trabajo de la Policía Nacional consiste en establecer lo que ocurrió en el país y quiénes son los autores intelectuales del crimen y por supuesto quiénes están detrás de este magnicidio”.

“Es necesario ir hasta las últimas consecuencias, pero reconozco la reacción inmediata del propio Gobierno en cabeza del comandante general de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro y del general Jorge Luis Vargas, director de la Policía, con sus capacidades de la institución y con la Interpol para fortalecer la investigación”, aseveró.

Fue enfático en afirmar que “cuando uno deja la institución es dueño de sus actuaciones y aquí es importante que la comunidad nacional e internacional sepa que ellos ya gozaban de su escenario del retiro. Así que el compromiso de la fuerza es a través de la Caja de Sueldos que su pensión llegue cada mes”.

Advirtió en que “la fuerza no tiene ninguna responsabilidad ni tiene esa tarea de hacer un seguimiento a quien se retira por tiempo cumplido o tiempo de servicio. Cada uno es dueño de sus actuaciones cuando deja el uniforme”.

Sin lugar a dudas, dijo el general Salamanca, “la imagen de Colombia se verá afectada, pero es necesario reconocer y exaltar la pronta reacción de las autoridades colombianas en cabeza del Presidente de la República de contribuir  con el esclarecimiento de las investigaciones, pero también reconocer que el propio comandante general de las Fuerzas Militares ha colocado todo a disposición de las autoridades de Haití para el desarrollo de la investigación, mirar las hojas de vida de los involucrados, sus nexos con otros militares en retiro que no se pueden desconocer y habrá que dejar todo en las manos de la comunidad internacional con sus capacidades investigativas para establecer si hay más personas vinculadas  en el magnicidio e insisto en las capacidades que la propia Policía está recogiendo para colaborar en la investigación”.



Agregó que “aquí la capacidad de la inteligencia colombiana de aglutinar y de convocar a los servicios de inteligencia de América Latina es importante para ir más allá y un paso adelante de la criminalidad nacional y quienes están detrás de este crimen que causó conmoción en Haití y en Colombia”.

Autores intelectuales

Entre tanto, el presidente de Acore, coronel John Marulanda, afirmó que “en este momento lo que es claro es que un grupo de colombianos, integrantes de una banda delincuencial, asaltó la casa presidencial en Puerto Príncipe, asesinó a Jovenel Moise e hirió gravemente a su esposa. Posteriormente en la reacción de la Policía fueron dados de baja dos colombianos que resultaron ser suboficiales del Ejército en retiro y fueron capturados 26 colombianos entre ellos varios militares en retiro de la Fuerza Pública”.

Dijo que “en este momento hay un intenso trabajo de intercambio de información entre las autoridades de inteligencia y policiales de Colombia, de Estados Unidos y de Haití para establecer qué organización está detrás de este asesinato”.

“Por ahora no se puede afirmar que se trató de una acción del terrorismo internacional porque hay muchas hipótesis planteadas por el Embajador de Haití en Colombia sobre la eventualidad de una organización criminal encabezada por rivales políticos del presidente asesinado. Hay otras teorías del narcotráfico como el motivador, el impulsador y sustentador de este magnicidio y hay otra que habla inclusive desde el propio Haití de participación de su Policía en este asesinato. Esas tres hipótesis están sobre la mesa en este momento y es necesario esperar el desarrollo de las investigaciones para poder determinar qué pasó”, indicó.

Afirmó que “es necesario terminar la investigación y en segundo lugar decirle a los medios de comunicación que no es cierto que el Ejército colombiano produzca mercenarios para Afganistán, para Haití, para Yemen y otras naciones, porque los militares nacionales en servicio activo que están en esos lugares están bajo la legalidad de la Organización de las Naciones Unidas haciendo trabajo reconocido a nivel mundial por su capacitación militar y su experiencia y que este es el primer hecho claro de mercenarismo en el que participan militares retirados colombianos”.

“Los detractores de la institución van a aprovechar estos graves hechos para continuar denigrando del Ejército Nacional, pero a pesar de ello la institución sigue siendo de las de mayor credibilidad en el país”.

Aseguró que “como conocedor de la materia, déjeme decirle que el magnicidio del presidente Jovenel Moise no les salió como seguramente lo habían planeado, pues dieron de baja a varios de los atacantes y capturaron a todos. Eso huele más bien a una encerrona”.

Agregó el coronel de la reserva activa que los mercenarios estuvieron en República Dominicana inicialmente, porque esa nación es el límite inmediato de Haití en esa isla y es uno de los centros de acopio más importantes de la cocaína colombiana que sale vía aérea desde Venezuela. "Entonces ahí entra a jugar esa maldición colombiana que se llama cocaína”.

Muy grave

Por su parte, el director del Cerac, Jorge Restrepo dijo que “el magnicidio de Moise es un delito de terrorismo internacional, al tiempo que advirtió que el crimen organizado en Colombia ha adquirido, unas dimensiones formidables y tiene un alcance de desestabilización regional que no habíamos sospechado”.

Agregó que de comprobarse la participación de los colombianos en la muerte de Moise, “este proceso llama la atención sobre la necesidad de adoptar medidas drásticas en un esfuerzo para prevenir la creación de grupos de mercenarios por parte de militares y de policías en retiro del servicio activo”.

“Es necesario mejorar las políticas de atención a los veteranos de la Fuerza Pública colombiana. No hay ninguna razón que permita explicar por qué un número tan alto de exmilitares colombianos y expolicías estén presuntamente involucrados en el magnicidio del presidente de Haití y que además estén en ese país donde hay una enorme prevalencia del crimen organizado”, señaló.

Agregó que “no hay razón diferente a que hubiesen hecho parte de un grupo de mercenarios que cometieron este hecho de terrorismo internacional. Sin lugar a dudas esto va más allá de un acto de crimen organizado”.

Restrepo explicó que “evidentemente este magnicidio lo que muestra es que hay una utilización por parte del crimen transnacional con fines terroristas de exmilitares y de expolicías colombianos. Esto es incontestable a estas alturas y lo que nos debe llevar es a pensar en acciones para prevenir el empleo por parte de grupos de mercenarios de nuestros miembros en retiro de la Fuerza Pública. Esto es lo que nos tiene que preocupar y no la estigmatización ni buscar dar explicaciones peregrinas a esta situación tan grave”.

Denunció que “el crimen internacional aprovecha las habilidades, pero también el bajo tono moral que tienen algunos de esos exmiembros de la Fuerza Pública. Yo creo que es muy importante ponerle todas las letras a estas personas que están deshonrando a las Fuerzas Militares y a la Policía y están traicionando a las instituciones de las que una vez hicieron parte”.

“El magnicidio del presidente Jovenel Moise es muy grave, tremendamente grave y creo que debe llevarnos no solamente al rechazo de la sociedad colombiana sino a poner en práctica políticas para prevenir este tipo de incorporación, digámoslo así, de miembros en retiro de la Fuerza Pública en grupos de mercenarios a nivel internacional”.

De otra parte, el director del Cerac, afirmó que es necesario diferenciar “la oferta de servicios de seguridad por parte de miembros en retiro de la Fuerza Pública a este uso de mercenarios. Es muy diferente la participación en actividades ilegales contrarias a la ley internacional que al trabajo legítimo como asesores de seguridad o al trabajo que pueden prestar en otros países como miembros de cuerpos de seguridad”.

Restrepo afirmó que “es necesario aceptar que estamos ante la utilización de miembros en retiro de la Fuerza Pública para la comisión de crímenes por estas organizaciones transnacionales y agregaría que este caso muy probablemente sea un caso de terrorismo internacional que tiene un impacto muy fuerte en la imagen de Colombia y es posible que haya algún tipo de retaliación por parte del Gobierno de Haití”.