El senador de la república José David Name, del Partido de La U, realizó un debate de control político sobre los aumentos de las tarifas de energía en Colombia desde la Comisión Quinta y sobre ello habló con este Diario.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué ha pasado con los precios de la energía en la costa desde que están con el nuevo proveedor?
JOSÉ DAVID NAME: Si hacemos el comparativo de las tarifas 2020 a agosto de 2022 han aumentado en forma acelerada y desproporcionada, para ambos operadores, Air-e y Afinia. Recientemente el DANE informó que, para lo corrido de este año, la variación más alta del IPC de los servicios de electricidad para agosto de 2022 ocurrió en el departamento de Santa Marta (49,9%), seguido de Riohacha (47,1%), Barranquilla (44,4%), Sincelejo (40,7%), Valledupar (40,4%), Montería (40,4) y Cartagena (39,24%).
ENS: ¿A qué se deben los costos excesivos? ¿Qué responde la empresa?
JDN: Adicionalmente, en el contexto nacional existen al menos cuatro causas de los aumentos tarifarios del servicio de energía. La primera es el incremento significativo en la variación del Índice de Precios al Productor, que es, a juicio de los expertos, el indicador que más ha incidido en el aumento: durante este año ha alcanzado el 20,4%. Es importante recordar que este índice impacta los cargos de generación, transmisión y distribución de la tarifa de energía.
La segunda causa está referida a las restricciones en la oferta de energía que presionan el alza en su precio. En primer lugar, el retraso en la entrada en operación de Hidroituango, que debió darse en 2018 y que representa el 17% de la energía del país. A la par, la falta de implementación y conexión de las plantas de fuentes no convencionales (eólicas y fotovoltaicas); un caso ejemplificador es La Guajira, el departamento con mayor potencial renovable, pero que no ha logrado la terminación de las líneas de transmisión que permita su uso a través del SIN.
La tercera causa es la posición dominante de las generadoras eléctricas y las dádivas que reciben sin esfuerzo ni necesidad alguna, como el cargo de confiabilidad, que, al estar dolarizado, hoy implica casi $84 pesos en la tarifa.
La cuarta se relaciona con el contexto internacional, los altos precios de los hidrocarburos. La guerra en Ucrania ha tenido un efecto en el comportamiento de los combustibles fósiles al alza, que puede influir en el costo del gas importado que usan algunas térmicas.
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ENS: ¿El servicio presenta mejoras desde que hubo el cambio de operador?
JDN: Las inversiones se están haciendo, pero su horizonte de ejecución es a cinco años, así las mejoras en el servicio no se perciben en igual medida; según los informes de la Superintendencia de Servicios, Air-e y Afinia mejoraron los indicadores de cantidad y duración de las interrupciones del servicio, pero el gran rezago en la realización de las inversiones necesarias por los anteriores operadores, no se puede borrar de la noche a la mañana; han sido 30 años de olvido.
Los operadores tienen un plan de inversiones que justifica, en parte, el cargo de distribución. Sin embargo, el esfuerzo financiero en las grandes inversiones para mejorar la prestación del servicio en la región no debe recaer solo en el bolsillo de los usuarios. Es necesario que el Estado asuma parte de responsabilidad y busque la financiación de las obras de gran envergadura.
ENS: ¿Qué proponen ustedes para mejorar la situación?
JDN: Primero, revisar y cambiar regulación para la formación de precios. Segundo, poner techos a la indexación de cada factor de la fórmula. Tercero, cambiar la regulación del cargo de confiabilidad y realizar subastas anuales. Cuarto, no permitir trasladar pérdidas no técnicas a los usuarios de la Región Caribe. Y, por último, promover la generación de ingresos (gravando a las hidroeléctricas) que permitan aliviar el déficit presupuestal en materia de subsidios eléctricos, tal cual Alemania o Italia. En este momento está en estudio por el Ministerio de Hacienda una proposición para ser incluida en la Reforma Tributaria, que suscribimos junto con el senador Mauricio Gómez Amín.