Los militares participarían en la mesa de conversaciones con miras a un acuerdo de paz que el Gobierno reanudará en la primera semana de noviembre próximo con el Eln en Venezuela. Así se desprende de las afirmaciones el día de ayer del ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien dijo que los uniformados deben involucrarse en este proceso.
El anuncio se dio después de que el pasado martes el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, y el comandante del Eln ‘Antonio García’ firmaron en Venezuela un acuerdo que restableció la mesa de conversaciones que quedó suspendida en 2018, debido a que finalizó el gobierno de Juan Manuel Santos.
“Las Fuerzas Militares deben estar involucradas en todo el proceso de paz. Hemos planteado repetidamente que la paz es un proceso de construcción colectiva en el que sectores tan importantes para la paz como las propias Fuerzas Militares deben estar involucradas”, expresó el ministro Velásquez.
Aclaró que “no se ha hablado en concreto desde el Gobierno en cuanto a la composición de la mesa de negociación, pero esos son procesos que se irán desatando en los próximos días”.
El presidente Gustavo Petro dijo que dentro de los cambios que se plantea su gobierno para el país está lograr unas Fuerzas Militares orientadas más hacia la paz, sin que ello implique mover sustancialmente el foco que por más de 60 años ha estado dirigido a la guerra debido al conflicto armado por la presencia de las guerrillas, paramilitares y otros grupos delincuenciales organizados.
A finales de agosto pasado, el jefe de Estado dijo durante el acto de reconocimiento de tropas que “debemos empezar a hablar no solo de cómo nos preparamos para la guerra, que hay que hacerlo, sino también de cómo nos preparamos para la paz. En tiempos de paz, las Fuerzas Militares continúan cumpliendo su misión constitucional: defender la soberanía”.
No sería la primera vez si el gobierno Petro decidiera que algunos generales y otros altos oficiales del Ejército participaran en las conversaciones con el Eln, pues ocurrió en el proceso que llevó a cabo la administración Santos en La Habana (Cuba) con la guerrilla de las Farc.
En esa oportunidad el primer contingente de militares que participaron en la mesa con las Farc estuvo integrado por el entonces número dos del Ejército, general Javier Flórez, tres coroneles y un almirante.
La participación de los uniformados fue clave en La Habana, no solo porque se sintió su voz y la tropa fue representada, sino que por su experticia en el tema militar ayudaron a diseñar el proceso para la desmovilización y entrega de armas por parte de las Farc.
Gestos de paz
Un total de 10 grupos delincuenciales organizados han manifestado su intención de participar en las conversaciones con el Gobierno Nacional de cara a su eventual sometimiento a la justicia, dentro de la política de paz total que ha fijado el presidente Petro.
Al respecto el ministro Velásquez advirtió ayer a los grupos que han manifestado interés en este proceso, que es necesario que den muestras de su voluntad con hechos concretos como suspender el fuego de forma unilateral.
Dijo el titular de la cartera de Defensa que la intención es “que se pueda percibir un clima de tranquilidad que muestre al país la conveniencia de profundizar en estos procesos diferenciados de paz”.
Sostuvo también Velásquez: “Lo que esperamos es que, en la medida en que se avance en estas conversaciones preliminares, efectivamente haya un cese de las confrontaciones que lo que han generado es estos problemas graves para las comunidades atrapadas en medio del fuego de estas organizaciones”.
Agregó sobre el Eln que “están en toda su voluntad de llegar a acuerdos en estas negociaciones, pero si están comprometidos con la paz deben dar muestras positivas de esa voluntad, por ejemplo, las personas que tengan en su poder, que las liberen, ese es un aporte importante y una demostración fuerte de su real voluntad”.
Asimismo advirtió el ministro de Defensa sobre las operaciones del Ejército en todo el país que “no hay ahora ninguna instrucción de dejar de desarrollar sus actividades, como lo obliga a la Constitución. Al contrario, se ha insistido con la Fuerza Pública que se deben desplegar todas sus capacidades para garantizar seguridad también en los territorios”.