Lo que estaba definido desde hace meses, pero el Ejecutivo se negaba a reconocerlo, finalmente fue confirmado ayer en Davos (Suiza). La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, aseguró que el Gobierno nacional no firmará más contratos de explotación de carbón y petróleo.
En medio de un panel sobre transición energética que se desarrolla en Davos (Suiza), la funcionaria indicó que “sabemos que muy pronto, quienes son los importadores de carbón ya no van a estar importando y nosotros necesitamos rápidamente generar una economía alternativa”.
En ese sentido, Vélez añadió que “decidimos también que no vamos a conceder nuevos contratos de exploración de gas y de petróleo”.
Vélez enfatizó que, aunque esa decisión ha sido muy polémica en el país, “para nosotros es una señal clara en la lucha contra el cambio climático, porque sabemos que es una decisión planetaria, es absolutamente urgente y necesita acciones urgentes”.
Explicó que hay un momento global muy complejo y que “ha habido un impacto sobre el abastecimiento en el caso de Europa. Principalmente, los compromisos sobre las metas climáticas, no han cambiado”, dijo.
Contrastes
Este anuncio, que se temía en el sector petrolero, coincidió con el de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), que en una rueda de prensa informó sobre un incremento de inversiones este año de $3,3 billones.
Inmediatamente, el presidente de la ACP, Francisco José Lloreda, calificó de "ridículo" este anuncio y le preguntó al gobierno del presidente Petro: "¿Al fin qué?", frente a las aparentes contradicciones con respecto a este tema.
"Quién entiende al Gobierno: mientras el presidente de Ecopetrol afirma en Davos-Suiza, que el país debe seguir explorando y produciendo petróleo y gas, en línea con el Minhacienda, la Minenergía dice que no habrá nuevos contratos de exploración. ¿Al fin qué?", escribió Lloreda en Twitter.
También aseguró que el presidente Gustavo Petro ha reconocido que el aporte del país a la crisis climática es casi ínfimo (0,37 % del total).
"No obstante, el Gobierno se rasga las vestiduras en Davos diciendo que no habrá nuevos contratos de exploración de gas y de petróleo dizque para salvar el planeta. Ridículo", escribió.
El excandidato presidencial Federico Gutiérrez también criticó el anuncio, calificando de irresponsables al gobierno de Gustavo Petro y a la ministra Irene Vélez, pues dijo "no tiene límites".
"Condenan a Colombia a tener que importar gas de Venezuela. Condenan a los más pobres a pagar más por el gas y combustibles. Transición energética sí, pero de manera responsable", escribió en Twitter.
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Consecuencias
De acuerdo con esta situación y en un análisis de Corficolombiana, la producción de crudo empezaría a caer desde este año al ritmo de la declinación natural de las reservas y como resultado de la menor inversión.
Sostiene el informe que, para Colombia, esta decisión tendría consecuencias importantes no solo sobre la inversión en exploración, sino también en aquella destinada al desarrollo y explotación de yacimientos descubiertos de petróleo y gas. Los efectos macroeconómicos serían drásticos e inmediatos sobre la tasa de cambio y la balanza comercial.
“Esto debilitaría la actividad petrolera para crear una política centrada en energéticos renovables no convencionales. Lo anterior no solo desincentivaría las nuevas inversiones en exploración de hidrocarburos, sino también aquellas en proyectos de desarrollo de reservas y recursos descubiertos, haciendo más lenta su ejecución e incluso poniendo en riesgo su viabilidad económica”, añade el informe de Corficolombiana.
Las principales consecuencias de una política de hidrocarburos que descarta la nueva exploración es que anticipa desde este año el inicio de la caída en la producción de crudo y al año 2028 la pérdida de la autosuficiencia petrolera.
"Esto supondría que desde el próximo año empezarían a caer los ingresos del país por exportaciones de crudo –su principal fuente de divisas– y desde 2028 tendríamos que importar petróleo para satisfacer la demanda interna (destinando divisas que tendrían que ser generadas por una fuente distinta al sector petrolero y sacrificando su uso para comprar otros bienes y servicios del exterior)", sostiene el análisis.
Contradicciones
La posición del Gobierno en Davos de no permitir nuevos contratos contrasta con la que expuso hace dos meses la ministra de Minas, en el sentido de que serían respetados los 330 contratos para exploración y explotación de hidrocarburos, de acuerdo con la planificación establecida por las empresas contratistas en el marco de las disposiciones contractuales vigentes.
En esos momentos, la funcionaria explicó que actualmente el país cuenta con más de 147 contratos en fase de explotación. Y que se producen alrededor de 750 mil barriles de petróleo día y 1.100 millones de pies cúbicos día. Y que cuenta con unas reservas probadas para 7,6 y 8 años de petróleo y gas, respectivamente.
Vélez recordó que hay suscritos 207 contratos con áreas en exploración, de los cuales 117 se encuentran en ejecución, es decir, cerca del 56 % de los mismos. “Queremos reactivar los restantes para poder contar con estos recursos y aprovecharlos correctamente”, aseguró en ese momento la funcionaria.
Solo el pasado 22 de diciembre, en la presentación del Plan Financiero de 2023, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, se refirió a la posibilidad de que se firmaran nuevos contratos de petróleo y gas en el país.
El funcionario fue enfático en decir: “No estamos cerrados” a nuevos contratos, ante la consulta de los medios.
Además, señaló: “Vamos a ver el resultado completo de todos estos contratos ya firmados, que es el tema que ha hecho el Ministerio de Minas y Energía”.
Las petroleras miran a otro lado
Exxon Mobil Corp y Chevron Corp, las dos compañías petroleras más grandes de EE.UU., se retiran de los grandes proyectos petroleros. Los dos gigantes de los combustibles fósiles planean gastar la mayor parte de sus presupuestos anuales en las Américas este año, pero no en Colombia. Chevron dice que invertirá el 70 % del capital asignado para la producción en campos petroleros en los EE.UU., Argentina y Canadá, y Exxon dice que lo gastará una parte similar de su presupuesto en la cuenca Pérmica de Nuevo México y el oeste de Texas, Guyana, Brasil y proyectos de gas natural licuado.
Se espera que su enfoque en el hemisferio occidental continúe durante años, ya que dan prioridad a los crecientes rendimientos de los accionistas y reducen los costosos proyectos de perforación fronteriza.
Su retiro de lugares como el sureste de Asia, África occidental, Rusia y partes de América Latina a veces por elección, a veces por decreto, marca una era de recortes para las empresas a las que habían apostado durante décadas por todo el mundo.