En el Senado de la República se discutirá, en segundo debate, el proyecto de Ley por medio del cual se crea la cátedra de Cambio Climático, cuyo ponente será el congresista del Polo Democrático Robert Daza.

El proyecto propone la creación de una cátedra que capacite a líderes, desde la escala nacional hasta la local, en la problemática que el cambio climático representa para el país. Por medio de esta iniciativa se busca que la incorporación de la gestión del cambio climático abarque rápidamente la legislación y administración de lo público. La capacitación de los liderazgos servirá para alertar sobre la grave amenaza que representa la crisis climática.

Según señala la iniciativa, el deterioro de las condiciones ambientales que puede causar el cambio climático tiene como consecuencia el aumento de riesgos para la salud humana y para la biodiversidad natural o domesticada que habita en el país. Los cambios en las condiciones ambientales pueden causar o exacerbar enfermedades en la población, llevando incluso a la muerte. Se anticipa un aumento en lesiones, fatalidades e impactos en la salud mental, alergias, asma y afecciones cardiovasculares; malaria, dengue y otras enfermedades transmitidas por vectores; malnutrición, diarrea, cólera y demás afecciones vinculadas al deterioro de la calidad y suministro del agua.

Biodiversidad

Según advierte Daza, “la riquísima biodiversidad que caracteriza a Colombia, segundo país en especies del mundo, y primera en el indicador per cápita, está fuertemente amenazada por el cambio climático. La alteración de condiciones ambientales reduce el hábitat óptimo de miles de especies, lo cual, a su vez, podría reducir sus poblaciones e incluso encaminarla por la vía a la extinción”.

En este contexto, el proyecto señala que países como Colombia cuentan con potencialidades que les permiten alcanzar su meta de mitigación y adaptación al cambio climático. “Por sus características geofísicas, el país cuenta con un enorme potencial para una transición en la matriz energética y una diversificación en su canasta generadora; pasando a la generación de energías limpias y sostenibles”.

“Debido a su ubicación tropical, cuenta con un gran potencial para la generación energética a partir de celdas fotovoltaicas, una tecnología que ha venido aumentando en desarrollo y accesibilidad en los últimos años. De igual forma, Colombia es uno de los siete países del mundo con mayor potencial para mitigar sus emisiones a partir de soluciones climáticas basadas en la naturaleza”, agrega la iniciativa.

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Motivos 

Una de las razones que pueden explicar las demoras en el desarrollo e implementación de instrumentos que permitan una gestión eficaz del cambio climático puede ser el desconocimiento de los tomadores de decisiones. El cambio climático es un tema muy amplio que acumula nueva evidencia científica global y nacional a una velocidad que hace difícil el ponerse y mantenerse al día en el tema. Se hace necesario un proceso continuo de capacitación para que los tomadores de decisiones puedan diseñar y aplicar de forma consciente la información en el diseño y ejecución de políticas.

El país ha comenzado a realizar acciones educativas respecto al cambio climático. Entre 2000 y 2010 y 2016, se realizaron en el país 309 acciones vinculadas a la Estrategia Nacional de Educación, Participación y Sensibilización de Públicos frente al Cambio Climático. Esto equivale a 44 acciones anuales a lo largo del país, lo cual puede ser insuficiente ante la magnitud y urgencia de la crisis climática. Es necesario multiplicar los esfuerzos educativos y divulgativos de la información sobre cambio climático.

Por eso asegura el ponente que “el presente proyecto de ley busca fomentar un sentido de responsabilidad y protección de los recursos naturales del país. Impulsar una cultura del cuidado respecto de la naturaleza y sus derechos es trascendental para construir una Colombia sostenible con justicia ambiental. La lucha contra el cambio climático también es un reto educativo y divulgativo”.

Propuestas 

Asimismo, el presidente Gustavo Petro presentó medidas concretas para enfrentar la crisis climática. Durante la COP 27 expuso un decálogo de propuestas de acción, una de ellas detener el uso de combustibles fósiles y la llamada descarbonización de la economía.

Otro de los puntos centrales del decálogo es el nuevo llamado al mundo para rescatar la selva amazónica, como uno de los pilares medioambientales planetarios, y anunció que Colombia aportará US$200 millones, durante dos décadas, con este propósito. Asimismo, espera el aporte del mundo para este fondo.

También, que la banca privada y multilateral debe dejar de financiar al sector de los hidrocarburos, y que el Fondo Monetario Internacional (FMI) avance en el canje de deuda de los países en desarrollo, por inversión en la adaptación y mitigación del cambio climático.

Abogó por una movilización de la humanidad para corregir el rumbo climático, que no será solucionado por los que llamó “tecnócratas influenciados, muchos, por los intereses de las empresas del carbón, del petróleo y del gas”.

Dijo que será la ONU la encargada de la planificación pública, global y multilateral, para hacer la transición del mundo energético, a punta de combustibles fósiles, a las energías alternativas.

De igual manera, el presidente participó en el foro de Bosques y Clima, como parte de la COP, y propuso la creación de un frente común, con Brasil y Venezuela, y otras naciones para salvar la Amazonía.

"La selva amazónica, junto a polos y océanos y bosques del norte de Canadá y Siberia son los pilares climáticos, cuya destrucción provoca un punto de no retorno, un camino hacia la extinción de la vida en el planeta. Salvar la selva amazónica no es la principal política, pero sí es sustancial como parte de una agenda a la solución de la crisis climática. Es una de las grandes esponjas de absorción de CO2, que se puede convertir en uno de los más grandes emisores del CO2 a la atmósfera, si se quema”, señaló Petro.

Por último el mandatario afirmó que la propuesta colombiana de reducir deuda por acciones climáticas, y con ellas liberar presupuestos nacionales para la adaptación —con el FMI como eje— fue acogida como la Agenda del Sur, que debe ser fortalecida.