Guerra, petróleo y Colombia

El exministro Amylkar Acosta es uno de los mayores conocedores del tema energético en el país. Esta semana indicó que la crisis geopolítica que ha tenido como detonante la invasión rusa a Ucrania obligará a la Unión Europea, en primera instancia, a volver a encender las plantas térmicas a carbón que habían apagado para reemplazarlas por las fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER), en procura de la descarbonizacion de la economía, como se acordó en la COP21 de París (2015). De acuerdo con Acosta, a la Unión Europea “desde luego, le tocará pagar el carbón a precios exorbitantes que, antes de la invasión de Rusia a Ucrania, por otras razones, después de cotizarse en 2020 a 35 dólares la tonelada, se elevó a comienzos de febrero hasta los 180 dólares. Esto, a su vez, repercutirá en los precios y tarifas de energía, ya de por sí altísimas, y atizará aún más la hiperinflación global”.

Coletazo

Según el exsenador y extitular de la cartera de Minas y Energía, esta crisis llevará a que el viejo continente “al mismo tiempo tendrá que meter el acelerador a fondo a la transición energética, para reducir su dependencia, sobre todo del gas natural ruso, que le provee el 40% de su demanda”. Todo lo anterior explica por qué se están afectando también los precios del petróleo, que ya habían alcanzado los 90 dólares el barril y ahora sobrepasaron la barrera psicológica de los 100 dólares, que no se veía desde agosto de 2014. ¿Cómo impacta todo esto al país? De acuerdo con Acosta “tanto el aumento del precio del carbón como el del petróleo benefician a Colombia, por ser estos los dos primeros renglones de exportación. El coletazo se sentirá en los precios de los combustibles, pero al no ser políticamente viable en esta coyuntura electoral elevar el precio al consumidor final, se abultará aún más el déficit del Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles (FEPC), que ya supera los $8 billones, presionando aún más el ya de por sí alto déficit fiscal del Gobierno central”.

Razones de la reunión

La cumbre de los presidentes Biden y Duque la próxima semana en Washington, cuya ocurrencia había sido advertida por esta Sección días atrás, tendrá en el tema de la lucha antidroga uno de los principales asuntos a discutir. “… La reunión estaba dilatada pero es claro que la Casa Blanca quiere enviar un mensaje geopolítico al continente, no solo en el sentido de que Colombia continúa siendo su principal socio en Suramérica, sino que también hay un componente relacionado con las alianzas de Moscú con los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela… No olvidemos que fue una Subsecretaria de Estado la que hace dos semanas advirtió del riesgo de interferencia externa en las elecciones colombianas y que esta semana se informó de ejercicios militares de ambas naciones en el Caribe, incluso con un submarino nuclear norteamericano”, precisó un experimentado internacionalista consultado por EL NUEVO SIGLO.

¿Por quién votará?

A diez días de los comicios parlamentarios, el anuncio del presidente Iván Duque en torno a que sí votará en las consultas interpartidistas del 13 de marzo, causó revuelo en los corillos políticos en torno a cuál podría ser el precandidato de preferencia del Jefe de Estado. Para algunos observadores, la baraja no pasaría de dos nombres: Federico Gutiérrez y Enrique Peñalosa, ambos de la coalición de Equipo por Colombia. Muy pocos creen que el Jefe de Estado votaría por algún aspirante de los bloques de Centro Esperanza o del Pacto Histórico, ambos opositores a su labor de gobierno.