LA OBESIDAD se ha convertido en una gran amenaza nutricional para América Latina y el Caribe, ya que cada año hay 3,6 millones más de personas con este padecimiento en la región. En Colombia, según la más reciente Encuesta Nacional de Situación Nutricional, el 56,4% de los colombianos adultos entre los 18 y 54 años de edad tienen exceso de peso, lo que representa un aumento de 5,2% respecto a 2010.
“El sobrepeso y la obesidad son la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede incrementar la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, entre otras condiciones graves. Uno de sus indicadores es el índice de Masa Corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso del individuo en kilos entre el cuadrado de su altura en metros (kg/m2). Para los adultos se considera sobrepeso, cuando el IMC es igual o superior a 25; y obesidad, cuando el IMC es igual o superior a 30”, afirmó el doctor Carlos Fernández Newball, asesor médico de Bayer.
Entre las consecuencias más comunes ligadas al sobrepeso y la obesidad se encuentran condiciones no transmisibles como las enfermedades cardiovasculares (cardiopatías y accidentes cerebrovasculares); diabetes; trastornos del aparato locomotor, así como algunos tipos de cáncer (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon).3
De acuerdo con la Federación Mundial del Corazón, las enfermedades cardiovasculares son la causa de muerte más común, alcanzando los 17,9 millones de decesos al año (31% de las muertes totales en el planeta), sobre el cáncer, que cobra 8,2 millones de vidas.
Por eso, es importante cuidar de la alimentación y los hábitos diarios. Conozca a continuación algunas recomendaciones para prevenir la obesidad en este tiempo.
1. Huir del sedentarismo: aunque estamos en cuarentena obligatoria la actividad física diaria es fundamental, ya que son hábitos prácticos que pueden contribuir a una vida más sana. La ingesta calórica debe ser proporcional al gasto de energías para evitar un aumento de peso malsano.
2. Comer balanceado: es recomendable hacer 4 o 5 ingestas al día para evitar llegar a las comidas principales con hambre excesiva. En estas meriendas se deben consumir alimentos saludables, que aporten vitaminas, minerales y fibra alimentaria; este tipo de nutrientes están en frutas, lácteos, semillas, bocadillos saludables, entre otros.
3. Más ensaladas, frutas y verduras: para prevenir la obesidad en el ámbito familiar, es preciso que las ensaladas y verduras sean las protagonistas tanto en el almuerzo como en la cena. “Comer al menos 400 gramos, o cinco porciones de frutas y verduras al día, ayuda a garantizar una ingesta diaria suficiente de fibra dietética”. Los padres enseñan a través del ejemplo, por lo que aprender a cocinar para toda la familia con verduras y hortalizas es un gran paso para un futuro saludable.
4. Sin exceso de calorías: es necesario priorizar los alimentos saludables, frescos y naturales que aportan al cuerpo todos los nutrientes que necesita diariamente. El agua, las infusiones de frutas y el té natural son alternativas saludables. Es preciso limitar la ingesta de bebidas azucaradas, refrescos, alcohol y jugos envasados. El consumo de azúcar libre debe ser menos del 10% en la ingesta calórica total diaria.
5. No más fritos: las grasas saturadas y trans presentes en los alimentos fritos pueden obstruir las arterias, aumentando el riesgo de padecer ataques al corazón y accidentes vasculares cerebrales (ACV)7. De acuerdo con la OMS, “la ingesta de grasas saturadas debe representar menos del 10% de la ingesta calórica total, y la ingesta de grasas trans, menos del 1%”.
“La detección temprana de factores de riesgo, como hipertensión y niveles altos de colesterol y glucosa, junto al tratamiento con fármacos cardioprotectores, como Aspirina 100, según la prescripción de un médico, son fundamentales para las personas con enfermedades cardiovasculares o con alto riesgo de padecerlas”, sostiene el Dr. Fernández Newball, quien concluye afirmando que de esa manera se puede prevenir la formación de coágulos de sangre que obstruyan el flujo sanguíneo al corazón o al cerebro.