
Las marchas conmemorativas del Día Internacional de la Mujer, teñidas de morado y verde, que recorrieron varios puntos neurálgicos de Bogotá, dejaron tras de sí una estela de daños materiales que costarán millones a la ciudad. Si bien la jornada buscaba visibilizar la lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres, también se vio empañada por actos vandálicos que generaron controversia y rechazo.
Sobre la Carrera Séptima, manifestantes encapuchadas realizaron grafitis y destrozaron estaciones del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), rompiendo los vidrios de las paradas. Estatuas emblemáticas ubicadas en la plazoleta del Concejo de Bogotá fueron intervenidas con pintura verde y morada, incluyendo letras "8M". Algunas esculturas, como la de Luis Carlos Galán, fueron objeto de actos aún más graves, con fuego encendido a su alrededor.
Estos actos de vandalismo no solo representan un costo económico para la ciudad, sino también un impacto negativo en el patrimonio cultural y el espacio público.
Parálisis en el Centro de la Ciudad
Además de los daños materiales, las movilizaciones provocaron una significativa parálisis en el centro de Bogotá. Colectivos feministas bloquearon importantes vías como la Calle 26, la Calle 45 entre carreras 7 y 13, y la Avenida Caracas con Avenida Boyacá, generando congestión vehicular y afectando la movilidad de miles de ciudadanos.

Las acciones vandálicas generaron diversas reacciones en la opinión pública. Si bien muchos defienden el derecho a la protesta y la expresión en el marco del Día de la Mujer, otros condenan los actos violentos y el daño al patrimonio de la ciudad.
Las autoridades distritales aún no han cuantificado el costo total de los daños causados por las marchas, pero se espera que la cifra ascienda a varios millones de pesos. Además, se investigan los hechos vandálicos para identificar a los responsables y determinar las sanciones correspondientes.