Antiguos romanos habrían extinto las ballenas del mediterráneo | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 11 de Julio de 2018
Agence France Presse
Los cetáceos grises que ya están cerca a su extinción, empezaron a reducir sus número desde hace cientos de años debido a la caza. 

 

Hace 2.000 años, las ballenas francas del Atlántico norte y las grises existían en el Mediterráneo, según un estudio publicado este miércoles, un hallazgo que permite suponer que los romanos las cazaban, contribuyendo así a su desaparición. 

Los análisis moleculares de osamentas halladas en la región de Gibraltar, en el sur de España, muestran que ambas especies estaban presentes en el Mediterráneo hace 2.000 años, "probablemente para reproducirse", explica a la AFP Ana Rodrigues, investigadora del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia. 

Hasta ahora, se consideraba que los vascos habían sido los primeros cazadores de ballenas hace 1.000 años, frente a las costas de Biarritz, Hendaya y Anglet, en la frontera franco-española.

Pero el hallazgo de estas osamentas cerca del estrecho de Gibraltar, "en sitios arqueológicos de locales romanos para el salado de pescado, abre la posibilidad de una industria ballenera", según Rodrigues. Esta industria "pudo haber contribuido a su desaparición".

También llamadas ballenas negras, las francas del Atlántico Norte están consideradas como una especie en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Se estima que quedan menos de 500, frente a la costa este de América del Norte. 

La ballena gris sólo está presente en el Pacífico Norte.

Los romanos eran "extremadamente eficaces para explotar los recursos marinos, incluidos los grandes pescados como los atunes", recuerda Darío Bernal-Casasola, de la universidad española de Cádiz. 

Pero no tenían "la tecnología necesaria para capturar las grandes ballenas, las especies de alta mar, que siguen presentes en el Mediterráneo", según Rodrigues.

En cambio, las grises y las francas "son costeras y muy visibles en sus zonas de reproducción", precisa la investigadora.

Los romanos podrían por lo tanto haberlas cazado a bordo de pequeños barcos a remo y con arpones, como hicieron más tarde los cazadores vascos.