Navidad: vida, familia y oración | El Nuevo Siglo
/AFP
Lunes, 23 de Diciembre de 2024

En un mundo cruzado por guerras, pulsos geopolíticos, crisis económicas, tensiones sociales −al por mayor− y tragedias de la más distinta índole, se celebra hoy la Navidad, una de las significaciones centrales dentro del catolicismo, no tanto por los regalos y el ambiente festivo que la rodea, sino por el mensaje profundo que rodeó el nacimiento de Jesús.

El papa Francisco en sus mensajes navideños siempre busca relievar ese sentido espiritual de la Navidad en la feligresía. Y lo hace, año tras año, partiendo de la enseñanza de los evangelios y la doctrina cristiana hasta llegar a su aplicación práctica y cotidiana.

El cierre de este 2024 no ha sido la excepción. Por ejemplo, en uno de sus pronunciamientos, la mayoría vía cartas y mensajes porque se encuentra un poco delicado de salud, llamó la atención sobre el milagro de la maternidad y lo que significa la vida.

“… El Evangelio nos presenta a María que, tras el anuncio del ángel, visita a Isabel, su pariente anciana, que también espera un hijo. Así, es el encuentro de dos mujeres felices por el don extraordinario de la maternidad: María acaba de concebir a Jesús, el Salvador del mundo e Isabel, a pesar de su avanzada edad, lleva en su seno a Juan, que preparará el camino que precederá al Mesías, Juan Bautista”, señaló el pontífice.

Y a partir de allí, el papa aprovecha para hacer una reflexión sobre el don de cada vida, de cada niño, de cada madre. “… He leído en el programa ‘A Sua immagine’ algo hermoso que estaba escrito: ¡Ningún niño es un error!”. En un mundo en donde el debate alrededor de la interrupción del embarazo es cada día más intenso, el llamado papal llama a la humanidad es el de entender y defender el derecho a la vida. Habla de la belleza de las mujeres en cinta e incluso trajo a colación los tiempos en que cuando una embarazada subía a un bus de inmediato alguien le daba el puesto para sentarse. “¡Un gesto de esperanza y de respeto!”, precisó.

Todo ello para concluir que en “estos días nos gusta crear un ambiente festivo con luces, adornos y música navideña. Recordemos, sin embargo, expresar sentimientos de alegría cada vez que nos encontremos con una madre que lleva a su hijo en brazos o en su regazo. Y cuando esto nos suceda, oremos en nuestro corazón…”. Todo ello para cerrar con un llamado a la reflexión para todos los católicos: ¿Sostengo y defiendo el valor sagrado de la vida de los pequeños desde su concepción en el seno materno?”.

En otro pronunciamiento, el pontífice argentino se concentró en el concepto de la familia y lo que esta célula básica de la sociedad significa dentro del entramado social. “… San Juan Pablo II dijo que, para la Iglesia, la familia es como ‘su cuna’ ¡Amen a la familia, por favor! Y es cierto: la familia, en efecto, fundada y arraigada en el matrimonio, es el lugar donde se genera la vida −¡y qué importante es, hoy en día, acoger la vida!−. Luego es la primera comunidad donde, desde la infancia, uno se encuentra con la fe, la Palabra de Dios y los sacramentos, donde se aprende a cuidarse unos a otros y a crecer en el amor, a todas las edades. La fe debe transmitirse en la familia…”, explicó.

Luego, en un ejemplo más de cómo aterrizar en lo cotidiano el mensaje doctrinal, el papa se hizo los siguientes interrogantes: “Una pregunta que hago a los padres que tienen hijos pequeños: ¿juegan con sus hijos? ¿Juega con sus hijos? Es importante tumbarse en el suelo con el niño, con la niña, ¡jugar con los niños! Luego, otra cosa: ¿visitan a sus abuelos? ¿Los abuelos son de la familia o viven en una residencia de ancianos sin que nadie les visite? Puede que los abuelos estén en la residencia de ancianos, ¡pero vaya a visitarlos! Que los sientan siempre presentes”.

Tras ello, el máximo jerarca de la Iglesia Católica enfatizó sobre la importancia de orar como herramienta integradora: “… Siempre unidos, les recomiendo, también en la oración juntos, porque sin oración no se puede seguir adelante ni siquiera en la familia. ¡Enseñen a los niños a rezar! Y a este respecto, durante estos días, les sugiero que encuentren algún momento para reunirse en torno al pesebre, dar gracias a Dios por sus dones, pedirle ayuda para el futuro y renovar el afecto mutuo ante el Niño Jesús”.

En un mundo convulso como el actual, en donde el materialismo y el individualismo priman, los mensajes del papa son muy atinados, porque llaman a defender la vida, a la solidaridad y el amor por el prójimo. Ojalá sus palabras tengan eco.