Una experiencia de sonidos, palabras y conocimientos, plasmados en un libro de narraciones ancestrales, una cartilla pedagógica interactiva y un compendio de 38 audios, describen la relación de la comunidad indígena de Umancia, del pueblo muruimuina en Putumayo, con el jaguar (conocido como janayari por la comunidad y panthera onca en nombre científico).
Este felino, el tercero más grande del planeta y pieza clave en la regulación de los bosques amazónicos, habita Colombia desde el Caribe y los bosques húmedos del Chocó, hasta las partes bajas de la cordillera de los Andes, la Orinoquia y la Amazonia.
El kit educativo del jaguar, denominado ‘Ambil, Mambe y Janayari’, es la segunda publicación elaborada por el equipo de monitoreo comunitario de Umancia, Jɨkanua Uai y Eroinano, con el apoyo de la Asociación de Cabildos Indígenas del Resguardo Alto Predio Putumayo (Acilapp) y WWF. Es un legado para la comunidad, que reposa en su Centro Educativo con el propósito de fortalecer el uso de su lengua y la transmisión de conocimientos entre generaciones, y constituye una hoja de ruta para las actividades diarias en sus territorios.
Asimismo, es un documento de consulta abierta para todas las personas, con narraciones escritas y registradas en audio -en lengua mɨnɨka y español-, a través del cual el pueblo muruimuina de la comunidad de Umancia comparte su sabiduría y vivencias en torno a la relación entre el humano y el jaguar. Una relación que siempre ha estado direccionada desde la maloca, con mambe (que extraen de la hoja de coca para el consumo ritual) y ambil (el zumo que se obtiene del tabaco) como prácticas propias con las que recogen y apoyan su pensamiento. Se trata de una relación de elementos que hasta hoy se conserva y se aplica para el buen manejo del territorio que habitan.
Estas herramientas pedagógicas y comunicativas fueron creadas a partir de los conocimientos, usos y costumbres de la comunidad, y están dirigidos a niñas y niños de escuelas comunitarias y sus docentes, como una estrategia para el reconocimiento de su territorio. La colección de materiales y su proceso de creación aportan a la gobernanza de la comunidad y al fortalecimiento de capacidades para la conservación del jaguar y el bosque.
El jaguar es el felino más grande en América y de su conservación depende el bienestar de varias especies y ecosistemas del continente. Su mandíbula, la más poderosa entre todos los felinos, puede atravesar el caparazón de una tortuga. Es una especie que requiere de grandes territorios para subsistir, por lo que protegerlo significa conservar amplias extensiones de bosque conectados en todo el continente. Son buenos nadadores y sus manchas -también llamadas rosetas- funcionan como las huellas dactilares de los humanos, pues son únicas en cada individuo.
La presión sobre los ecosistemas que habita ha llevado a su desaparición en el 46% de su rango de distribución original y a su extinción en países como Uruguay y El Salvador. Pese a los esfuerzos para su conservación, el jaguar sigue en peligro debido a la pérdida y degradación de hábitat por el crecimiento de la frontera agropecuaria, la minería y la explotación forestal indiscriminada; el tráfico ilegal; los conflictos con humanos, y el cambio climático.
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“La comunidad de Umancia ha trabajado con WWF Colombia en la conservación de su territorio y en el proceso, el conocimiento ancestral y occidental se complementan para seguir preservando estos ecosistemas amazónicos. Las palabras que se utilizan para manejar el medioambiente también existen en nuestro idioma; tenemos ese conocimiento y con esa base estamos trabajando. Agua, tierra y aire nos muestran cómo actuar y nos dicen que las debemos mantener y hacerlas conocer para que no se pierda ese conocimiento propio. Además, es un conocimiento que milenariamente nos ha mantenido y puede hacer parte de la participación incluyente en temas ambientales de nuestro país”, señala el abuelo Abraham López, de la comunidad de Umancia.
“Promover la conservación de una especie tan importante biológica y culturalmente como el jaguar no se puede hacer solo desde el punto de vista de la ciencia occidental. Experiencias como esta, basadas en los conocimientos tradicionales, que en sí mismos reconocen la importancia del territorio, el bosque y sus especies como pilar de la salud general de sus habitantes humanos y no humanos, nos presentan nuevas oportunidades para entender y practicar la conservación”, destaca Jaime Cabrera, especialista en Gobernanza Indígena de WWF Colombia.
Un legado
El kit educativo del jaguar es el resultado del trabajo de los monitores Jɨkanua Uai y Eroinano, una investigación que empezó aún en pandemia, pues en el largo proceso de conservación y fortalecimiento de la gobernanza que han llevado durante siete años, con el apoyo de WWF Colombia, reconstruir su historia, preservar su lengua y persistir en el manejo de su territorio ha sido una prioridad.
A través del monitoreo comunitario, y ante la imposibilidad de hacer nuevos recorridos para instalar cámaras durante casi dos años, la comunidad se centró en la investigación propia y, entre abuelos y jóvenes, decidieron recoger su conocimiento ancestral para transmitirlo por medio de los cuentos del jaguar.
A la fecha, son 13 monitores que junto con toda la comunidad de Umancia han manifestado su intención de ahondar más en sussaberes. Sus investigaciones han sido plasmadas en libros -ahora en audios y los demás componentes del kit- y esperan registrarlos pronto en video para mantenerlos vivos entre generaciones.
Asimismo, añoran registrar las historias de peces, aves y plantas medicinales, que recopilan su conocimiento sobre el manejo ambiental, y que aún ponen en práctica, lo que ha resultado en una amazonia mejor conservada en los territorios que habitan.