El derrame de Lizama | El Nuevo Siglo
Foto AFP
Sábado, 7 de Abril de 2018
Alvaro Sánchez

“Hay que buscar fallas en sistemas de emergencia de Ecopetrol”

Estos días se ha estado hablando en todos los foros y en todos los medios sobre el derrame de petróleo acaecido el pasado 2 de marzo en el llamado pozo de Lizama, ubicado en Barrancabermeja y operado por Ecopetrol; al respecto se han dicho verdades, verdades a medias y mentiras absurdas, que mezcladas en el entendimiento del público en general va adquiriendo visos de una catástrofe ambiental sin precedentes.

Efectivamente el derrame en cuestión ha generado un grave, quizá gravísimo daño a varios de los ecosistemas asociados, además se debe resaltar que los sistemas de contención del derrame fallaron ostensiblemente y que el manejo ambiental de la contingencia dejó mucho que desear. Veamos cuáles fueron las consecuencias calculadas a 31 de marzo, fecha en la que no se había terminado de medir el impacto.

Como primera medida se contaminaron en mayor o menor medida 51 cuerpos de agua, esto significa aproximadamente el 83% de los cuerpos de agua que se relacionan directamente con el área de posible afectación, es decir, es un desastre en términos de la pérdida de agua tratable o utilizable en la zona. Agreguémosle a esto el hecho de que se afectaron 26,3 kilómetros de la cuenca del río Sogamoso teniendo como consecuencia la afectación de todas las comunidades asociadas a su cuenca y la pérdida de posibilidades de captación para usos agropecuarios.

Se habían reportado 13 casos de personas con enfermedades derivadas del derrame, hecho que no deja de ser notorio por cuanto las consecuencias del mismo en la salud deberían salir a flote algunos meses o años después; por esta razón un número elevado de enfermedades ya reportadas es un mal presagio para el futuro.

De los animales afectados solo se pudo rescatar cerca del 15%, es decir alrededor de 1.600, se sabe de la muerte de 2.460 y el resto están en algún grado de afectación en que solo el tiempo permitirá saber que ha pasado con ellos. Todo esto ocurrió con el derrame de solo 550 barriles de petróleo.

Viene ahora el tiempo del arrepentimiento y de la búsqueda de responsables. Se lee en la prensa que la Anla abre un proceso sancionatorio contra Ecopetrol, que la Fiscalía General de la Nación abre investigaciones por la responsabilidad en el derrame y otro poco de noticias que apuntan a la búsqueda de culpables y a las sanciones económicas; pero del fondo del asunto, que debiera ser la búsqueda de las fallas de los sistemas de emergencias de Ecopetrol y la corrección adecuada de los mismos, no se oye mencionar ni una sola palabra.

A mi modo de ver estamos pagando las consecuencias de una política inadecuada de ahorro en Ecopetrol instaurada durante la presidencia del Dr. Juan Carlos Echeverry, política que derivó en la merma de presupuestos para este tipo de planes de contingencia y por consiguiente en las falencias desnudadas en la primera emergencia de mediano tamaño que ocurre después de los mismos. Soy, como es sabido por quienes leen mis columnas y por mis alumnos y colegas, un defensor de la minería y de la explotación de petróleo, pero siempre dentro del marco de unas políticas que garanticen el cuidado del medio ambiente y la capacidad de controlar emergencias como la presentada y en este caso específico es claro que el sistema falló y requiere de una mejora sustancial e inmediata.

Tengo la certeza de que veremos titulares con las condenas de algún ingeniero y quizá algún operario por los daños causados, esto no será ni justo ni equilibrado, lo que quisiéramos ver es una inversión que le de al país la seguridad de que cuenta con sistemas y equipos que le permitan garantizar que este tipo de impactos no volverá a ocurrir aunque ocurran contingencias.

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@alvaro080255