El fin de los diccionarios o del acceso a la información | El Nuevo Siglo
Gráfico EL NUEVO SIGLO
Domingo, 8 de Julio de 2018
Mario F. Hurtado

El pasado miércoles, al ingresar al internet, muchos nos llevamos una sorpresa. Wikipedia, la biblioteca online más usada en el mundo estaba fuera de servicio. El motivo, una reforma sobre los derechos de autor que se presentó en el Europarlamento. La ley buscaba imponer unas sanciones a quienes no paguen derechos de autor. Eso trae según los críticos a la reforma consecuencias graves porque no se podría agregar información a la Web lo que afectaría a portales como Wikipedia o no se podrían compartir noticias. Los defensores de la Ley afirman que no es cierto. Dicen que lo que se pretende en poner en cintura a los grandes monopolios de la Web, que controlan la información y no respetan los derechos de autor.

Lo cierto es que fue un duro golpe para millones de personas que, a diario, ante la menor duda consultan Wikipedia. Un lugar del mundo, la biografía de un futbolista, de un político, el nombre de un producto. Wikipedia se convirtió, a pesar de las críticas, en uno de los medios más consultados en el mundo para obtener información. Inclusive, se ha convertido en un dolor de cabeza en la academia, porque cientos de estudiantes a diario plagian información o construyen su información sólo con Wikipedia, y dejan de lado el sentido de la investigación bibliografía y de las consultas.

Un repaso al pasado

Los millenials no saben estas historias, pero antes del mundo en línea uno de los grandes productos de consumo de cualquier familia era tener al menos una enciclopedia física. Solían ser de 10 a 14 tomos. En el mundo hispano, grandes editoriales como Salvat, Océano, Planeta, Espasa Calpe o Larousse llevaban a domicilio las bibliotecas, y era la mano de consulta de niños para hacer sus tareas. Llegaron a ser grandes imperios las editoriales con la venta de enciclopedias en todo el mundo.

El fin de las enciclopedias físicas comienza cuando aparece el internet y un exitoso pero efímero invento, llamado Encarta. Era una enciclopedia que se instalaba en el computador y tenía la novedad de ahorrar espacio y ofrecer más información. Los estudiantes se volvieron sus principales usuarios para hacer tareas y consultar información. Sin embargo, su permanencia en el tiempo fue corta ante el origen de la información online, la capacidad de construir contenido en línea, de ampliarla y de crear los hipertextos, es decir que por ejemplo al buscar Colombia, poder dar clic a otras definiciones en el interior del contenido y seguir ampliando la información.

Hoy las enciclopedias en físico desaparecieron, las editoriales que pagaban a autores, editores y correctores por la elaboración de toda la información se encuentran con serios problemas económicos o tuvieron que reinventarse.

Los diccionarios

Al igual que las enciclopedias, los diccionarios físicos eran una herramienta de estudio central. Hacían parte de la lista de materiales escolares y todas las editoriales ofrecían un diccionario escolar. Hoy se siguen produciendo, pero las ventas de los mismos se han reducido de forma considerable. Junto a la noticia del cierre temporal de Wikipedia el miércoles, se informó que la RAE (Real Academia Española de la Lengua) tiene pérdidas millonarias por las pocas ventas del último diccionario en el mercado. Según Pedro Álvarez para el periódico El País la gente prefirió no pagar los 99 euros que cuesta el diccionario impreso y esperar opciones online. Se afirma que se han realizado donaciones de miles de diccionarios a escuelas e incluso a naciones africanas con el objetivo de reducir el número de diccionarios sin venderse en las bodegas.

El debate sigue siendo sensible. Porque un día sin Wikipedia demostró que hay una dependencia a la información online y una cultura de la consulta mediata y fácil. Por otra parte, preocupa que se publique información errada, sin revisión o sin controles, y sin derechos en una sociedad que es poco informada y que le cuesta discernir entre la información verídica y la falsa. Prueba de ello, las cadenas falsas de noticias, más conocidas como fakenews.

Se muere una época la construcción de la información elaborada con tiempo y calidad por una inmediata y sin derechos. Pero al tiempo, la libertad de información es una de las premisas del mundo de hoy. Por ahora seguirá la hegemonía de Wikipedia y de portales similares. Pero la evolución de las consultas de la información demuestra que siempre vendrán nuevos cambios. Lo ideal es mantener lo mejor de cada sistema, el rigor de los diccionarios, la información clara y organizada de las enciclopedias, respetando los derechos de autor y la facilidad de acceso que ofrece Wikipedia.