Por primera vez, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), autorizó una transacción de obligaciones ambientales a través de un banco de hábitat en Colombia, generando un ambiente de optimismo entre los inversionistas nacionales e internacionales que buscan realizar inversiones de impacto y apoyar el medio ambiente en Colombia.
El ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, señaló que “este es un momento histórico, pues se ratifica la importancia, de abrir mayores oportunidades a los inversionistas generando nuevos negocios que respalden el cumplimiento de las obligaciones ambientales y aseguren proyectos de conservación y restauración, que además generarán fuentes de empleo para Colombia”.
Esta transacción de compra de cupos en un Banco de Hábitat para el cumplimiento de obligaciones ambientales que avala la ANLA, está respaldada en la Resolución 1051 de 2017, que le apuesta a la creación y regulación de Bancos de Hábitat.
Añadió el ministro Murillo que, “con los Bancos de Hábitat se materializa la apuesta de país, de asegurar que las medidas compensatorias y las inversiones ambientales estén orientadas a resultados. A través de esta estrategia se dinamiza la economía de la restauración y genera un ambiente inversionista para la conservación de la biodiversidad”.
Para Mariana Sarmiento, gerente general de la empresa Colombiana Terrasos, inversionista y gestora de Bancos de Hábitat, “esta es una señal muy importante para el país en la medida en que detona y viabiliza la inversión privada en la creación de estos bancos de hábitat que operan bajo el principio de pago por resultado. Se abren las puertas a la inversión local y extranjera para generar las inversiones en conservación ambiental”.
Gregory Watson, especialista Líder del Fondo Multilateral de Inversiones FOMIN del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien ha invertido a la fecha un millón de dólares en Bancos de Hábitat en Colombia, aseguró que, “esta señal de la ANLA genera un escenario atractivo para inversionistas en mercados ambientales en Colombia. Es una muestra de que se pueden hacer inversiones económicas en conservación de la biodiversidad que al mismo tiempo generen retornos y dinamicen economías. Estas iniciativas son la oportunidad ideal para lograr preservar el medio ambiente y tener un crecimiento económico para el desarrollo rural empresarial de una región”.
Para Watson, una de las razones por las que el BID es inversionista en Bancos de Hábitat en Colombia, es que el país tiene una riqueza ambiental enorme, pero adicionalmente el gobierno ha generado unas condiciones propicias para aportarle a los Banco de Hábitat.
Por su parte, el Oleoducto Central (Ocensa) el primer cliente del Banco de Hábitat del Meta considera que esta apuesta es una oportunidad grande para quienes tienen obligaciones ambientales, dado que asegura que los recursos serán ejecutados de una manera transparente en la medida en que los pagos solo se realizan a medida que se cumplan los resultados en materia de conservación.
En este sentido Bancolombia, entidad financiera que administra el Patrimonio Autónomo del primer Banco de Hábitat, destacó que “innovar en modelos financieros para la bioeconomía a través de esquemas como los Bancos de Hábitat es parte de la esencia y compromiso sostenible de Bancolombia. Este mecanismo moderno ayuda a desarrollar y proteger los principales corredores ecosistémicos del país, facilitando el cumplimiento de las obligaciones ambientales por parte de las compañías, motiva inversión privada, genera transparencia y las empresas pagan una vez se cumplan con los hitos, metas u objetivos pactados”.
A partir de diciembre del 2016, Colombia formalmente ha incorporado los bancos de hábitat como mecanismo de implementación de inversiones y compensaciones, obligatorios en el Decreto 2099. Posteriormente, los Bancos de Hábitat fueron reglamentado a través de la resolución 1051 de 2017 e incorporados en el Manual de Compensaciones Ambientales regulado por la resolución 256 de 2018. Esto es un avance muy importante ya que si bien las compensaciones ambientales son un instrumento de gestión ambiental establecido desde 1993, esto facilita su implementación y seguimiento.
Estos bancos son un mecanismo incorporado en varios países, que han demostrado hacer más eficientes los procesos de compensación ambiental, en la medida en que facilitan su cumplimiento a través de proyectos de desarrollo y, al mismo tiempo, facilitan el control y vigilancia por parte de las autoridades ambientales.