AL CONSIDERAR comida casera como una opción para alimentar a las mascotas, es importante que estos amantes consulten con un veterinario sobre la adecuación nutricional de una receta, ya que estudios realizados por investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de California, Davis, descubrieron que la gran mayoría de las preparaciones carecen de nutrición.
Los investigadores analizaron 200 recetas diferentes de alimentos para perros que encontraron en sitios web, libros de texto veterinarios y de cuidado para mascotas. Los resultados mostraron que el 95% de las recetas eran deficientes en al menos un nutriente esencial y el 84% carecía de múltiples nutrientes requeridos.
Los síntomas de una dieta inadecuada pueden afectar la salud de la mascota con bastante rapidez, particularmente, respecto a las dietas deficientes en vitaminas solubles en agua, como la vitamina B, que no se almacenan en el cuerpo. Dependiendo de la etapa de la vida del perro o gato, las consecuencias de la deficiencia de nutrientes pueden ser más graves, especialmente, para los cachorros en crecimiento y las hembras en embarazo.
Al respecto, Carlos Cifuentes, médico veterinario y vocero de Pet Food Institute, advierte que “cada mascota tiene requerimientos diarios de nutrientes que dependen de la especie, raza, edad, actividad física y estado de salud. Cuando se ofrece comida casera, es difícil establecer cuánta cantidad de estos nutrientes estamos otorgando, lo que conlleva a que se presenten desórdenes nutricionales, que generan obesidad o pérdida de peso. En algunos casos, la comida casera resulta ser más costosa que los alimentos concentrados. No obstante, si decide ofrecer comida casera, es necesario establecer una cita con el veterinario para que guíe todo el plan nutricional con base en un examen clínico de la mascota, estado metabólico, entorno y familia”.
Los principales problemas de salud a causa de una mala nutrición son patologías de la piel debido a la falta de zinc, problemas de huesos y articulaciones por no consumir calcio, además de pérdida de peso y acumulación de grasa en el hígado a causa de la falta de colina.