Reynolds, el colombiano que revolucionó el latir del mundo | El Nuevo Siglo
Cortesía
Domingo, 30 de Septiembre de 2018
Cindy Johana Serrano

Hace más de siete décadas, el transistor cambió la lógica del mundo. El teléfono, los computadores y demás inventos tecnológicos son una realidad gracias a este diminuto y desconocido invento. Pero éste no solo fue un pilar para la invención de productos que facilitan la vida, sino también para los que la salvan. Y ese fue el caso del marcapasos, una de las creaciones más impresionantes de la medicina, que ha logrado arrebatarle a la muerte 80 millones de almas, y, que además es una de las insignias de la ciencia colombiana, pues su creador no es nada más y nada menos que el maestro y doctor Jorge Reynolds.

No le ha tocado fácil, pues han sido muchas puertas las que ha tenido que tocar para que su invento, que comenzó como un motor de batería de 55 kilos, hoy sea microscópico, más pequeño que un arroz, y esto porque en más de 60 años de investigación, ningún Gobierno ha financiado alguno de sus proyectos.

Pese a dichos obstáculos, Reynolds es uno de los científicos más respetados dentro de la rama de la cardiología a nivel global, sus más de 174 artículos y su participación en 42 sociedades de ciencia dan prueba de ello. Es por eso, que en honor a su trayectoria e ingeniosa mente, la Universidad del Área Andina abrió un minimuseo como un tributo a sus descubrimientos sobre el corazón.

Reynolds habló con este Diario sobre los 60 años de su invento, el lanzamiento de su libro ‘Historia de la estimulación artificial’ y su trayectoria en el campo de la ciencia y la medicina.

EL NUEVO SIGLO: Hace un año cuando usted habló con este medio para recordar los 70 años del transistor, usted dijo que ese invento había cambiado al mundo. ¿Qué piensa al saber que su invento, el marcapasos, también lo hizo?

JORGE REYNOLDS: Efectivamente el comienzo en 1958 de la tecnología ya aplicada en la medicina, en la cardiología específicamente, dio un vuelco no solamente con el marcapasos, sino con el diagnóstico, el tratamiento de los pacientes. El primer marcapasos fue el comienzo de una nueva tecnología para contrarrestar el problema de las arritmias cardiacas, de un aparato que pesaba alrededor de 50 kilos, y hoy día tenemos el nuevo nanomarcapasos que pesa punto siete gramos. Esta es la proporción en 60 años de cómo la tecnología ha mejorado y, obviamente, se vuelve cada día de mayor injerencia en nuestra vida. No sólo en la medicina, sino en todo.

ENS: ¿Cómo ha sido la transformación de ese marcapasos de 1958 hasta nuestros tiempos con el nanomarcapasos?

JR: Es ver un poco la proporción del peso en este caso, de 50 kilos a punto siete  gramos. Entonces vemos cómo el transistor, del que hablamos en la entrevista pasada, ha influido en la miniaturización de los equipos.

ENS: ¿Cuánto falta para que el primer nanomarcapasos sea una realidad dentro del cuerpo del hombre?

JR: Estamos ya listo técnicamente. Sólo falta la parte legal para la implantación en el primer paciente. Todo esto es la burocracia que hay para poder dar el visto bueno a un nuevo dispositivo con todas las seguridades y demás. Así que estamos esperando que antes de finalizar este año ya sea implantado en el primer ser humano.  Probablemente se hará en Estados Unidos.

ENS: A propósito del nanomarcapasos, ¿cuántos años lleva trabajando en él?

JR: La idea comenzó en el año 2000, llevamos 18 años de investigación para volverlo una realidad.

ENS Hace un año dijo que el futuro del marcapasos estaba en llegar a los bilógicos y qué si Colombia lo lograba, eso iba a hacer un hito en nuestra historia ¿qué tan lejos estamos de que sea una realidad?

JR: Hoy en día estamos trabajando cada día más intensamente en la regeneración del corazón humano a través de las células madres. Esto está vigente y es el probablemente el reemplazo de todos los tipos de marcapasos. Es la regeneración del sistema,  ya sea para humanos o para animales. Los dispositivos pasarán a la historia para una nueva regulación celular.

ENS: Cuéntenos un poco sobre su nuevo libro ‘Historia de la estimulación artificial’.

JR: El lanzamiento lo hicimos en la Universidad del Área Andina. Es una recopilación de la electricidad y su uso en el corazón. La electricidad fue el primer fenómeno que el ser humano percibió viendo los rayos. Es la historia de todos los pasos que ha dado el mundo en la utilización de la electricidad como beneficio propio. Los primeros ensayos en la estimulación de corazón, el primer marcapasos que nosotros desarrollamos aquí en Colombia y cómo ha sido esa evolución yendo hacia el futuro de la rehabilitación celular del corazón humano.  

ENS: … Es decir que dentro del libro están incluidos los detalles de su trabajo con las ballenas para el perfeccionamiento del marcapasos…

JR: Claro, toda la investigación con las ballenas, con humanos, a grandes alturas, a grandes profundidades. También en condiciones extremas como en los deportistas y también en animales. Conocer cómo funcionan esos sistemas circulatorios y aprender de ellos permite generar la tecnología para mejorar el del hombre.  

ENS: ¿Cómo ve la comunidad científica colombiana de hoy? ¿Estamos dando pasos agigantados o seguimos “cojos” en la apuesta por la ciencia?

JR: Efectivamente estamos esperanzados de que el nuevo gobierno tenga mucho más injerencia en ayudar a la ciencia y la tecnología. Un país que no tiene ciencia y tecnología propia es un país que no puede avanzar. Creo que tenemos la parte más importante: el colombiano, el ser humano. Ojalá el gobierno pueda mejorar estas condiciones para que los colombianos no tengan que salir del país a realizar su sueño y que desgraciadamente no volver. Como suele pasar. Los conocen en todas partes del mundo, menos en Colombia porque no hay interés en desarrollar la ciencia y la tecnología. Vea lo que ha pasado con las regalías. Ojalá el nuevo gobierno pueda mejorar estas condiciones y poner el país en el sitio de desarrollo y tecnología que le corresponde.

ENS: ¿Aún siguen sin respaldar algunas de las propuestas que usted ha hecho para investigar?

JR: Yo no he tenido ninguna ayuda económica en estos 60 años por parte de Colombia para el desarrollo de mis investigaciones. Todo lo he sacado gracias, eso sí en miniatura, a partir de platicas. Eso ha sido una de las cosas en que tiene que cambiar el país. El país tiene que ponerse a la par con una tecnología, por lo menos de Latinoamérica inicialmente, y ¿por qué? no, a nivel mundial.