La mortalidad total por pesca de tiburones aumentó de 76 millones a 80 millones de tiburones por año, a pesar de que la proliferación paralela de legislación protectora para reducir el corte de aletas.
Los resultados, publicados en la revista 'Science', son producto de un equipo internacional de investigadores que trabajan para comprender las tendencias en la mortalidad de tiburones en 150 países pesqueros y en alta mar. Examinaron las capturas de tiburones de 2012 a 2019, un momento en el que se implementaron muchas regulaciones nuevas, para ver si las medidas de conservación redujeron las pérdidas de especies.
También realizaron entrevistas en profundidad con expertos en pesca de tiburones para contextualizar mejor las tendencias actuales en el corte de aletas y las prácticas de pesca de tiburones. En total, el conjunto de datos rastreó el destino de aproximadamente 1.100 millones de tiburones capturados por pesquerías en todo el mundo.
Más del 30% de esta captura correspondió a especies actualmente amenazadas de extinción. Si se tienen en cuenta también los tiburones no identificados adecuadamente por especie, la estimación de mortalidad global aumentó a 101 millones de tiburones en 2019.
El aumento provino principalmente de la pesca costera de tiburones.
Estas actividades representan el 95% de la mortalidad total por pesca de tiburones a nivel mundial en términos del número de tiburones individuales capturados y asesinados. La mortalidad de tiburones en estas pesquerías aumentó constantemente en un 4% entre 2012 y 2019.
Esto contrasta con las pesquerías reguladas en alta mar, especialmente en el Atlántico y el Pacífico occidental, donde la mortalidad de tiburones disminuyó en aproximadamente un 7%.
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Si bien los investigadores encontraron que las prohibiciones de corte de aletas probablemente redujeron el corte de aletas de tiburón en el mar, estas regulaciones tuvieron poco efecto sobre la mortalidad en general.
De hecho, es posible que incluso hayan aumentado las capturas, posiblemente al incentivar el uso pleno de tiburones y crear mercados adicionales para la carne de tiburón y otros productos. Sin embargo, las prohibiciones totales de la pesca de tiburones, a través de medidas protectoras como santuarios de tiburones, pueden tener éxito, lo que destaca una oportunidad para priorizar estas y otras medidas de conservación basadas en áreas.
"De nuestro análisis se desprende claramente que tomar medidas enérgicas contra el corte de aletas de tiburón no es suficiente", afirma en un comunicado la coautora del estudio Echelle Burns, científica de datos de la Universidad de California en Santa Bárbara.
"Medidas más específicas que aborden la mortalidad de los tiburones, como prohibir la pesca en ciertas áreas o exigir a los pescadores que liberen especies vulnerables que capturaron accidentalmente, pueden ayudar a proteger más tiburones", añade.
Así, a modo de conclusión, los autores recomiendan combinar protecciones geográficas con regulaciones de pesca para mejorar las perspectivas de los tiburones. Las nuevas políticas deben desalentar específicamente la retención de especies amenazadas y sobreexplotadas y ayudar a reducir la captura incidental de tiburones.
También destacan la importancia de la rendición de cuentas de las flotas, las empresas pesqueras y los órganos de gestión para apoyar la implementación exitosa de estas medidas.