Un planeta en agonía | El Nuevo Siglo
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Sábado, 5 de Enero de 2019
Alvaro Sánchez

Desde 1997 el programa medioambiental de la organización de Naciones Unidas, (UNEP), ha venido insistiendo vehementemente en la situación ambiental del planeta, aunado a esto ha manifestado su preocupación por el deterioro del mismo. La principal preocupación radica en que en concepto de todas las comisiones de expertos, el discurrir de las cosas en el planeta es imposible de sostener y ya no hay margen de maniobra para posponer los controles por más tiempo.

Los números no ayudan para nada; en los últimos cincuenta años la humanidad se ha multiplicado por 2,72;  el consumo se ha multiplicado por cerca de 4 sin control ninguno, y como si todo esto no fuera suficiente el uso indiscriminado de fertilizantes está agotando los suelos productivos que pudieran alimentar a la humanidad.

Un problema al que se le ha dado poca importancia es el del nitrógeno, la dimensión del mismo no ha sido medida en detalle y podría llegar a ser una de las principales limitantes para la supervivencia del ser humano en el planeta; existen muchas áreas del planeta que reciben compuestos de nitrógeno, no siempre dosificados adecuadamente, que está produciendo cambios no deseados en los ecosistemas. También es de anotar que en los mismos últimos cincuenta años se ha quintuplicado el uso mundial de fertilizantes químicos, en particular inorgánicos nitrogenados, que han pasado de 12 millones de toneladas a más de 86 millones de toneladas anuales. La liberación de nitrógeno en el ambiente puede alterar el crecimiento y la composición de las especies y reducir la diversidad de las especies.

Si bien no todos los productos químicos son dañinos, la exposición a algunos de ellos ha motivado diferentes efectos secundarios en el ser humano: desde pequeñas malformaciones congénitas, pasando por afectaciones respiratorias agudas, hasta problemas de cáncer. Sonaría retórico si no se supiera que el uso global de pesticidas es la causa de que resulten gravemente envenenados cada año entre 4,5 y 5 millones de personas; lo anterior sin tener en cuenta la disminución radical (cerca del 40%) en la pesca en el mismo periodo.

Cada año se aumenta el número de los mal llamados “Desastres naturales”, en lo corrido de la última década han ocurrido 11 veces más desastres de este tipo que en toda la década de los sesentas y por lo menos 2,2 veces más que en la década anterior.

A pesar de todos los esfuerzos globales por reducir las emisiones de dióxido de carbono, estas continúan en niveles similares a los de la década de los noventas y no se percibe un ambiente global que permita visualizar una disminución de las mismas. La cantidad de vehículos, tractores y máquinas industriales crece a diario en  el planeta y aumenta el problema en mención.

Existen un sinnúmero de señales adicionales que nos muestran la limitación de nuestra tierra para albergar al ser humano; en 2001 se encontró que cerca del 27% de los mamíferos y del 13% de las aves existentes estaban en riesgo alto de quedar totalmente extintos, estudios de 2012 muestran que de seguir los mismos patrones de consumo de agua el planeta tendrá graves problemas por este líquido en 2025, el planeta ha aumentado la producción agrícola en un 39% durante la última década pero en el mismo lapso ha aumentado el consumo de químicos agrícolas en cerca de un 97%.

Se podrían seguir enumerando indicadores de la estupidez humana en el manejo de nuestra fuente de vida, lo que ha hecho perdurar al hombre como especie sobre el planeta es su capacidad de pensar pero parece ser que no la estamos utilizando para garantizar que podamos seguir disfrutando de esta vivienda especial.

alsanchez2006@yahoo.es

@alvaro080255