Los lugares más pristinos del país, verdaderos oasis de paz y maravillas que por su belleza quitan el aliento, es lo que hay en los Parques Naturales Nacionales y que se pueden apreciar, en todo su esplendor en el libro que sobre éstos publica Villegas Editores

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NO hay colombiano que no se enorgullezca de los paisajes, las playas, las sabanas, la llanura, las cadenas montañosas, la riqueza hídrica, la variedad de climas, flora y fauna del país. Se saca pecho cuando se dice que Colombia tiene la mayor biodiversidad del mundo o cuando algún visitante extranjero declara su admiración por tan vasta e impensable riqueza natural. Sin embargo, se debería bajar la cabeza ante la falta de compromiso, que a todos nos cabe, por preservar ese invaluable patrimonio.

Es por ello que el editor Benjamín Villegas, en la presentación de otro de sus grandes trabajos “Parques Nacionales Naturales de Colombia” escribe bajo el acertado título “Un tesoro para proteger” que esa riqueza natural, “que es un gran patrimonio presente y futuro…puede estar desmoronándose en nuestras propias manos”.

El escrito de Villegas en este libro, uno más de sus excelsas obras de gran formato, alta calidad gráfica, pero sobre todo un testimonio inigualable de la variada riqueza que albergan en sus entrañas los Parques Nacionales, más que una llana presentación del contenido es una reflexión personal (tan extensiva como aplicable a todos) sobre cómo hay un “creciente deterioro material y cultural dentro del mal entendido progreso” y su preocupación llega al punto de cuestionarse si sobre los 45 años que ha dedicado a mostrar a propios y extraños lo mejor de Colombia, en todos sus aspectos, ha cumplido con el objetivo de aprender a valorar y cuidar lo que tenemos o, si por el contrario, al exponer tan vasta riqueza se ha despertado “una salvaje necesidad de correr a destruirla”.

Y tan profunda es su reflexión como el viaje a esta parte de la Colombia profunda, la de los Parques Nacionales Naturales que recoge este gran libro, donde los inspirados textos de Andrés Hurtado y las excelentes fotografías de Gabriel Eisenband y Andrés Mauricio López son, de primera a una última página, una velada invitación a tomar conciencia para proteger “los lugares más pristinos que nos quedan”.

Y esa es la esperanza que Benjamín Villegas comparte con la directora general de Parques Nacionales, Julia María Londoño con este libro, al señalar que “ojalá en cincuenta años muchos de los que conozcan y tengan este libro se puedan parar en los mismos lugares donde nuestros fotógrafos plantaron sus cámaras y ver en el horizonte los mismos ríos con sus riberas pobladas de árboles, los mismos palmares llaneros intocados y las mismas playas impolutas. Todo ello al servicio de una sociedad civilizada que logró conservar el tesoro natural con que nació ese país que sus abuelos y padres supieron preservar”.

Orgullo editorial

Este libro, con una fotografía paisajista admirable, captura la esencia de la “Colombia natural”, representada en cincuenta y nueve áreas pertenecientes al Sistema de Parques Nacionales Naturales y las nuevas áreas objeto de conservación.  En estas páginas, además de sus espectaculares imágenes, encontraremos vida, cultura y conocimiento tradicional e historias épicas de la naturaleza misma, contado todo por Andrés Hurtado García, el abanderado por excelencia de la naturaleza colombiana.

Aquí está inmerso un legado, el verdadero mundo donde todos queremos vivir, lleno de amaneceres brillantes, de cálidos atardeceres, de la simplicidad de la grandeza. El mundo de colores, el maravilloso mundo de nuestro patrimonio natural expresado en nuestras áreas protegidas que nos proporcionan beneficios ambientales, sociales y económicos incalculables, como incalculable es el daño y transformación que ha sufrido el planeta debido a las acciones del hombre.

En una época como la actual, en la que el ecoturismo gana cada día más adeptos en el mundo, la extraordinaria belleza de nuestros parques ha venido conquistando cada día a más colombianos y extranjeros, tanto que este hermoso libro es por si solo una seductora invitación a conocerlos.

El pasado 1 de julio, el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, ubicado en la parte central de la Amazonia colombiana, fue declarado Patrimonio Mixto (biológico y cultural) de la Humanidad para la Unesco. Esta importante noticia es un estímulo más para adentrarnos en el contenido de este libro que está organizado por las cuatro regiones del país: Andina, Amazonía y Orinoquía, Pacífico y Caribe. Todas ellas con riquezas tan vastas como únicas, sin duda un “botín” a preservar, contra viento y marea.