LA SATISFACCIÓN global con el sueño sigue siendo baja, ya que la preocupación o el estrés, las relaciones y el uso del teléfono celular se constituyen como inhibidores clave del sueño, según una encuesta de Royal Philips.
Esta compañía, líder mundial en tecnología de la salud, anunció los hallazgos de su encuesta anual del sueño en el informe, “Wake Up Call: Global Sleep Satisfaction Trends” (Llamada de atención: tendencias mundiales de satisfacción con el sueño). La compañía encuestó a más de 13.000 adultos en 13 países para recoger actitudes, percepciones y comportamientos en torno al sueño.
La preocupación y el estrés
De acuerdo con la encuesta, solo el 49% de las personas en todo el mundo están satisfechas con su sueño, esto se debe a la preocupación o al estrés como el factor más limitante de una buena noche de sueño. Por ejemplo, la lectura antes de ir a la cama fue la estrategia más popular utilizada para mejorar el sueño en 2019 con 39 %, pero solo el 28 % de las personas reportan haber leído para mejorar el sueño en 2020. Otras distinciones notables en el comportamiento relacionadas con el sueño, aparecieron a través de las diferencias de edad y género.
“La disminución de personas que toman medidas para mejorar el sueño es alarmante, especialmente cuando está claro que la gente en todo el mundo valora profundamente el sueño. El déficit de sueño afecta a las personas tanto mental como físicamente, por lo que necesitamos educarlas sobre los recursos disponibles para el sueño y darles la confianza que sus esfuerzos darán sus frutos”, dijo Mark Aloia, PhD, Líder Global de Cambio de conducta, sueño y cuidado respiratorio de Philips. “A medida que nos adentramos en la próxima década, Philips se centra en diseñar un futuro en el que la tecnología aprovechada en todo el ecosistema del sueño pueda ayudar a las personas a sacar el máximo provecho de sus vidas”.
Factores sociales
Los factores que ponen en riesgo la calidad del sueño se derivan de las distracciones sociales y tecnológicas. En lo que respecta a las relaciones, el 36% de las personas con pareja coinciden en que a veces duermen separados para mejorar su sueño, y el 30% coinciden en que su dificultad para dormir o la de su pareja está afectando su relación. A pesar de las recomendaciones de los expertos en sentido contrario, casi cuatro de cada diez informan que usan sus teléfonos justo antes de dormirse (39 %) o tan pronto como se despiertan (39 %).
Si bien, los factores externos pueden alterarse para mejorar el sueño, algunas condiciones de sueño están fuera del control de la persona. Este año, los encuestados informan de menores tasas de insomnio, ronquidos, trastornos por los turnos laborales y dolor crónico, pero la apnea del sueño sigue siendo constante (2019: 10% en comparación con 2020: 9%). De los que informaron tener apnea del sueño, el 51% dijo que su apnea del sueño está afectando a su(s) relación (relaciones). Sin embargo, el 48% de las personas con apnea del sueño dijeron que sentían que dormir bien estaba fuera de su control, aunque existen varias soluciones para tratarla.
El deseo de ayuda está ahí, ya que el 60% de las personas coinciden en que están interesadas en nueva información o estrategias que les ayuden a dormir mejor. Los nuevos datos de este año muestran que el 15% ha probado o está usando marihuana o aceite de cannabidiol (CBD) para mejorar su sueño.
Colombia no es la excepción
Según La Asociación Colombiana de Medicina del Sueño, los colombianos duermen un promedio de 6,75 horas, una cifra por debajo de los estándares recomendados para un descanso óptimo. En el país, 4 de 10 personas sufren de insomnio, 3 de cada 10 ronca y 2 de cada 10 toman medicamentos para poder conciliar el sueño. Uno de los trastornos del sueño más común es la apnea de sueño y en Colombia han sido diagnosticadas 160.000 personas con esta afección.
La apnea obstructiva del sueño es una afección que ocurre como resultado de la obstrucción repetida de las vías respiratorias superiores durante el sueño, privando de oxígeno al corazón, al cerebro y a otros órganos. Con el tiempo, esto puede dar lugar a distintas dolencias y graves problemas, como presión arterial alta, ataques cardíacos, arritmia, somnolencia diurna excesiva, errores en el trabajo, accidentes de tráfico e inclusive, la muerte. El tratamiento inexistente o insuficiente para la apnea del sueño puede resultar en que los pacientes requieran visitas costosas a la sala de emergencias, hospitalizaciones y citas médicas frecuentes.
En Colombia, el sistema de salud tiene cobertura para la atención de esta enfermedad y hasta el momento 72.000 personas en el país están siendo tratadas. Estas cifras están en crecimiento pues se estima que anualmente ingresan 12.000 nuevos pacientes a tratamiento.