El próximo 19 de enero se estrena en Colombia “Pepe Cáceres”, la película protagonizada por Sebastián Eslava, hijo del reconocido torero colombiano, quien además comparte el rol de director con el cineasta Camilo Molano Parra.

Considerada la primera figura colombiana en el mundo de la tauromaquia, Cáceres confundió la búsqueda del amor con la del reconocimiento, en una clara necesidad de ser deseado, y experimentó un auténtico sentimiento de satisfacción cuando se enfrentaba a los toros, a los que consideraba sus mejores y únicos amigos.

La historia de este noble y romántico personaje, desde su infancia en Honda, al lado de su abuela Clementina, hasta sus grandes triunfos en España y Colombia, es recogida en esta película en la que su propio hijo, Sebastián Eslava, presta su piel y su gusto por el toreo para darle vida, y de alguna manera acercarse al hombre al que conoció solo a través de los relatos y los archivos que rescató en su investigación, pues falleció cuando él apenas tenía dos años de edad.

EL NUEVO SIGLO lo entrevistó para conocer más detalles sobre la película y la experiencia de adentrarse en los secretos de su padre.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo fue esa experiencia de estar en la piel de un padre que no conoció?

SEBASTIÁN ESLAVA: Con mucha responsabilidad. Y para poder dar lo mejor de este personaje tuve mucho tiempo para prepararme, para investigar y siento que se hizo con mucho profesionalismo, mucha pasión. Fue todo un reto.

ENS: ¿Cuánto tiempo le llevó prepararse para interpretar al gran torero?

SE: Fueron años de producción. La idea surgió desde que yo tenía como 20 años, ahora tengo 37 y ya al hacerla se investigó tanto para la escritura del guion como para el personaje.

ENS: ¿Por qué se demoró tanto tiempo para hacer una película?

SE: El cine tiene sus tiempos, sus características son muy complejas. Es un mundo con mucho arte en el que se requiere de bastante dinero. Realmente la película tardó el tiempo que necesitaba para que fuera suficientemente madura.

ENS: ¿Cómo hizo para recrear el personaje de un torero de la talla de Pepe Cáceres?

SE: Leyendo todo sobre él. También escuché todas las historias que me contaron; por ejemplo, mi mamá, mis amigos y otras personas me hablaron de él. Digamos que eso se va interiorizando y uno de alguna manera va creando el personaje. Ahora, en la parte física sí tuve que entrenar mucho sobre el toreo. En España estuve varios meses, tuve la oportunidad de estar frente a los toros y sentir ese miedo, esa adrenalina de estar cerca del animal. Es jugarse la vida en el ruedo porque en cualquier momento esos animales embisten a matar, es su naturaleza. Era necesario experimentar esa sensación para poder transmitirla en la pantalla.

ENS: ¿Y le gustó experimentar ese tipo de emociones?

SE: Realmente sí. Desde que era un  niño siempre me han gustado los deportes con riesgo. Esa sensación de estar allí con el animal al frente es muy difícil de describir, pero me di cuenta de que llevo a mi papá en la sangre.

ENS: ¿Qué fue lo que lo impulsó a hacer una película de su padre?

SE: Fue algo muy interno. Fue una idea que se me cruzó hace años y que se sostuvo en el tiempo. No hubo un momento en mi vida que no tuviera en la cabeza esa idea. Entonces más bien fue una necesidad espiritual de conectarme con mi papá, de sanar la herida de su ausencia.

ENS: ¿Llenó el vacío que Pepe Cáceres dejó en su vida?

SE: Sí y lo más interesante es que logré poder tener confianza en mí mismo. Creo que la película me llevó a darme cuenta de que no soy “el hijo de…”, soy Sebastián Eslava, soy yo mismo y he podido hacer las paces con la sombra de mi padre.

ENS: ¿Después de adentrarse en la vida de su padre, qué fue lo que más lo marcó?

SE: Todo ese amor propio que tenía, esa capacidad de nunca sentirse por debajo ni por encima de nadie. Él siempre se caracterizó por ser respetuoso, era un hombre muy generoso con la gente que lo quiso, siempre quería ayudar, fue filántropo y creo que fue una de las cosas más bonitas que conocí de él.

ENS: ¿Cómo describiría usted esta película?

SE: Como el retrato de un hombre que logró sobreponerse a los demonios de su infancia, haciendo una catarsis al enfrentarse a un animal de 500 kilos y bailar con el miedo. Es una película de superación que, por ejemplo, ha sido un trabajo sicoanalista, donde al investigar a mi papá, conocer sus secretos, su luz, su oscuridad y encarnarlo, me ha permitido humanizarlo y liberarme un poco de ese fantasma de la figura paterna. Considero que mi papá hizo lo mismo a través de los toros, de alguna forma pudo exorcizar esos demonios de la infancia a través de su profesión.

ENS: ¿Cómo fue ese proceso para llegar a dirigir, o codirigir, junto a Camilo Molano?

SE: Yo tenía una ambición muy grande con esta película, quería contar con un director con bagaje internacional. Finalmente decidí aceptar el consejo de Andy Baiz (“La cara oculta”, “Roa”, “Narcos”), quien me recalcó que él no le soltaría la dirección a nadie. Fue entonces cuando me decidí y le pedí a Camilo Molano que me acompañara, porque era un gran reto dirigir y protagonizar.

ENS: El estreno es el 19 de este mes ¿Qué expectativas tiene?

SE: Que la gente reciba la historia de cómo la hicimos. Que toque sus corazones y que entiendan que fue en otra época, que aunque sea una película de un torero es la historia de hombre que fue muy importante para Colombia.