Academia de Jurisprudencia e instituciones | El Nuevo Siglo
Sábado, 12 de Enero de 2019

En torno al abogado litigante existe el prejuicio de que es un sujeto parasitario, toda vez que su oficio no le permite crear bienes de riqueza de ningún linaje. A diferencia del escultor que triunfa fulgurantemente con la plasticidad de sus obras; del médico, que devuelve con sus conocimientos la salud al moribundo, o del industrial que además de crear frentes de trabajo, abastece mercados con sus productos; y del comerciante que maneja sumas fabulosas, los abogados litigantes en cambio, permanecen ociosos en sus bufetes, vegetando a la espera de los conflictos ya producidos o en vía de producirse entre personas dedicadas por entero al trabajo creador.

El cargo no resiste análisis “De nada sirve la economía más fértil, -anota Ángel Osorio- ni las ciencias más avanzadas, ni las artes más depuradas, ni la más hermosa cultura, ni las más dilatadas conquistas territoriales, si el hombre no goza de la libertad de su conciencia y de su pensamiento, si no es enteramente dueño de su hogar, si no posee pacíficamente su hacienda, si no encuentra garantizadas sus desavenencias y discordias con leyes justas y jueces probos e independientes. El patrimonio principal del hombre es su dignidad, y no hay dignidad segura sin justicia que la ampare. Quienes se consuelan –o se enorgullecen- de una opresión del alma, alegando que, en cambio, existe una buena aviación, no deben ir en los aviones, sino como mercancías”.

La Academia Colombiana de Jurisprudencia es un poderoso foco de irradiación cultural. Por mandato legal asesora al gobierno en temas jurídicos. Sus integrantes son calificados hombres de ciencia. En estos días integró su nueva junta Directiva. Quedo conformada de la siguiente manera: presidente Fernando Sarmiento Cifuentes; primer vicepresidente Augusto Trujillo Muñoz, segundo vicepresidente Juan Rafael Bravo Arteaga, tesorero Gilberto Álvarez Ramírez, secretario general Jaime Cerón Coral, bibliotecaria Consuelo Acuña Traslaviña, directora de la revista Liliana Estupiñán Achury.

Por su fervor, desinterés, y mística al servicio de la institución y del país fue reconfirmada la misma directiva del año pasado. Una Academia es un puñado de investigadores que hacen ciencia y trasmiten ciencia. Piensan los temas más apasionantes, los debaten desde todos los ángulos y los actualizan con claridad, conocimiento de causa, madurez y beneficio para la comunidad.

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Abogado ¿es parte interesada o colaborador de justicia?

Según los italianos: “El defensor no es un razonador imparcial. Y es esto lo que escandaliza a la gente. A pesar del escándalo, el defensor no es imparcial, porque no debe serlo. Y porque no es imparcial el defensor, tampoco puede ser, ni debe ser imparcial el adversario. La parcialidad de ellos es el precio que se debe pagar para obtener la imparcialidad del juez, que es, pues, el milagro del hombre, en cuanto, consiguiendo no ser parte, se supera a sí mismo”.

“Los abogados son, según Canaballas, los que con sus sanos consejos previenen el mal de la turbación; los que, con rectas decisiones, apagan el fuego de la ya encendida discordia; los que velan sobre el sosiego público”.