Antes de cumplir los 100 días de mandato, Gustavo Petro ya había tenido la primera marcha en contra de las reformas que proponía; aunque la convocatoria no fue numerosa, la movilización más reciente citada en el mismo sentido, el pasado miércoles, sí mostró que cada vez el descontento contra el Gobierno es más generalizado.

En noviembre los ciudadanos mostraron su inconformidad por algunos puntos en la reforma tributaria, el aumento del precio del dólar, la reforma política, la paz total, entre otros.

Pierre Onzaga, quien ha estado al frente de la organización de las marchas, aseguró en ese entonces: “queremos dejar claridad que este es un movimiento evidentemente ciudadano apartidista, sin bandera o rótulo diferente al de Colombia, y que se mantendrá de esta forma con el fin de ser la voz representativa de los ciudadanos que no se identifican con los partidos hoy en día por sentirse traicionados por plegarse al Pacto Histórico. Este grupo ciudadano se conforma entonces como el bloque de oposición de todos los ciudadanos”.

Durante esta manifestación, una de las ciudades que presentó mayor participación fue Cúcuta, la capital de Norte de Santander, donde durante el extenso recorrido se escucharon consignas como: "Cúcuta no se vende, abajo el presidente", "Sí a la minería, no a la reforma tributaria", "No a la importación de gas".

A pesar de que en esa ocasión la marcha no fue multitudinaria, la congresista María Fernanda Cabal destacó la convocatoria en la ciudad fronteriza: “Cúcuta marcha por la libertad, porque su vecino inmediato es Venezuela y han visto las heridas que causa el socialismo”. 

En contraste con esa movilización, el miércoles pasado fue evidente que la convocatoria tuvo un mayor éxito y que en más ciudades las calles se vieron colmadas con marchantes en contra de las políticas de Petro.

Y si un partido supo capitalizar la cantidad de personas que salieron a caminar, sin duda fue el Centro Democrático. En Bogotá los senadores Paloma Valencia y Miguel Uribe mandaban constantemente, a través de sus redes sociales, reportes de cómo se desarrollaba la marcha; lo mismo hacían Paola Holguín desde Medellín y María Fernanda Cabal en Cali.

Sin embargo, al respecto expresó Miguel Uribe: “Lo del miércoles no corresponde exclusivamente al Centro Democrático. Nosotros individualmente respaldamos las marchas, salimos, pero lo de ayer no responde a un sector político, responde a una ciudadanía empoderada y consciente que está preocupada, que sale a marchar”.

Del mismo modo, se refirió a las marchas del martes pasado, en las cuales se apoyaban las políticas de Petro, pero que no tuvieron la misma convocatoria. Según Uribe, “Gustavo Petro utilizó recursos públicos para convocar y la logística y, no solo eso, además hubo denuncias de personas a las que les pagaron para salir a marchar”.

Mientras que Cabal desde la capital vallecaucana escribió: "Rechazamos en las calles a un Gobierno que se ha preocupado por sacar de las cárceles a los criminales que por ayudar a los ciudadanos, a los que asfixia con más impuestos".

Elecciones a la vista

A ocho meses de las elecciones regionales estas marchas marcan el punto de partida y pueden ser el pulso para las gobernaciones, alcaldías, concejos y asambleas.

Sin duda, por ahora el Centro Democrático arrancó en punta, aprovechó el bajonazo y la desazón que se siente por el actual Gobierno, reflejados, además de los más recientes sondeos, por la poca acogida que se ha mostrado a la reforma a la salud, la inflación insostenible, la devaluación del peso, la ley de sometimiento a criminales, la política de hidrocarburos y las contradicciones entre sus funcionarios.

Además, la frase que había utilizado al finalizar la marcha a favor de su Gobierno desde el balcón, el pasado martes, donde indicó “El presidente de Colombia invita a su pueblo a levantarse", no cayó bien en algunos sectores, que calificaron esta expresión de amenaza y lo llegaron a tildar de tirano.

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Ahora el uribismo, al parecer, cuenta con la sartén por el mango y por ahora puede tener varios frentes para fortalecer la oposición, que en un principio estaba empañada por la fuerte coalición de Gobierno con la que contaba Petro y que pareciera irse desmoronando.

Así, frente a las elecciones de octubre el Centro Democrático, que venía debilitado con los resultados de las votaciones parlamentarias y presidenciales (donde ni siquiera tuvo candidato propio) de 2022, empezaría a tomar aire, y por cada paso en falso que dé el gobierno de Petro, el uribismo no desaprovechará la oportunidad y empezará a ganar puntos a favor.  

Trámites en el Congreso

Pero al mismo tiempo dentro del Congreso la coalición puede ir desinflándose. Los mismos aliados del Gobierno, al ver la poca convocatoria o seguimiento que la gente en la calle ha tenido de sus reformas, pueden darle la espalda a la hora de aprobar las iniciativas consideradas claves.

Hasta el momento el Partido Liberal, a través de su jefe, César Gaviria, se ha mostrado renuente a apoyar la reforma a la salud. En un documento de 49 páginas el expresidente fijó su posición sobre la reforma y a su vez hizo algunas propuestas sobre puntos fundamentales que, según su criterio, deberían estar incluidos en el proyecto de ley que se llevará al Congreso.

En el informe que denominó “Desempeño del sistema de salud en Colombia para no arrasar, sino fortalecer”, y que también está firmado por Germán Escobar Morales, ex viceministro de salud pública del gobierno Duque, uno de los puntos destacados es donde habla de las EPS, resaltando que los usuarios a través de las encuestas han calificado su atención como buena o muy buena, por lo que sugiere que no deberían ser eliminadas, pero sí reguladas.

El Partido Conservador eligió nuevo presidente y ha sido claro en señalar que habrá unas líneas azules y que la colectividad tendrá sus propias opiniones. Por ejemplo, frente a la reforma a la salud, el presidente de la colectividad manifestó que no están de acuerdo con acabar las EPS.

“Desde el partido hemos expresado que no queremos que se acaben las EPS, vamos a estudiar la letra. A nosotros se nos ha dicho que no se van a acabar; sin embargo, ese es un estudio que vamos a hacer y yo creo que hay una estructura de un sistema de salud en las EPS que debemos conservar y, repito, construir sobre lo construido”, agregó.

Sin al apoyo de estas dos bancadas mayoritarias será muy difícil para el Gobierno impulsar los proyectos prometidos en campaña. 

Mientras tanto, el Partido de la U tendrá una jornada hoy en Cali donde los ministros de las diferentes carteras expondrán las reformas que presentarán este año al Congreso de la República; de igual manera, se discutirán aspectos del Plan Nacional de Desarrollo y de la recién presentada reforma a la salud.

Sobre esta jornada de trabajo Dilian Francisca Toro, directora de La U, señaló: “Estamos haciendo lo que sabemos hacer: escuchar. Escucharemos a los ministros del Gobierno respecto a sus reformas; antes de tomar decisiones en bancada, también tendremos espacios para escuchar a la ciudadanía, a las regiones, al país real, así como a expertos en salud, en hacienda pública y en todos los temas que propone el Gobierno en su agenda legislativa. Luego de estos encuentros y diálogos deliberaremos internamente y propondremos una agenda de partido con las propuestas a cada uno de los proyectos que se discutirán en el Congreso”.