¿Se gesta un nuevo orden mundial? | El Nuevo Siglo
Foto ONU
Sábado, 5 de Marzo de 2022
Redacción internacional con Europa Press

LA ‘ofensiva militar’ total rusa en Ucrania, que desde hace 11 días se desarrolla por orden del presidente Vladimir Putin es un abierto desafío ara Occidente, una ‘prueba de fuego’ sobre la eficacia de Naciones Unidas y un termómetro de la influencia política que las potencias tienen a nivel global.

Más allá del rechazo y la condena de la mayoría de la comunidad internacional por una guerra que reiteradamente ha sido calificada como “premeditada” y “no provocada” es evidente que el actual esquema de seguridad europeo -que garantiza la fuerza disuasiva de la Otan con Estados Unidos a la cabeza- tenderá a modificarse, ya que es el inamovible de Rusia para poner fin al actual conflicto.

¿Está gestándose un nuevo orden mundial? Esa es la pregunta que tras bambalinas todos se hacen. Ello puede ser prematuro, pero, a juzgar por la exigencia rusa de una nueva arquitectura de seguridad europea y la posición que varios países adoptaron en las recientes votaciones tanto de la Asamblea extraordinaria de Naciones Unidas como del Consejo de Seguridad de dicho organismo para ‘deplorar’ la invasión rusa, exigir el retiro de sus tropas de Ucrania y crear una comisión internacional para investigar posibles violaciones al derecho internacional, no sería descabellado.

El miércoles de esa semana, en una Asamblea General extraordinaria, la onceava desde su creación, aprobó con 141 votos a favor una resolución no vinculante que ‘deploraba’ la invasión a Ucrania y exigía la retirada de tropas rusas. Los cinco que se manifestaron en contra fueron, por obvias razones, Rusia, su aliada Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y el africano Eritrea.

Entre tanto, 35 se abstuvieron de votar: los asiáticos China, India, Pakistán, Armenia, Bangladesh, Irán, Irak, Kazajistán, Vietnam, Sri Lanka, Tayikistán, Laos, Mongolia y Tanzania), 17 africanos (Argelia, Angola, Burundi, R. Centroafricana, Congo, Guinea Ecuatorial, Senegal, Sudáfrica, Sudán, Sudán del Sur, Madagascar, Malí, Namibia, Mozambique, Tanzania, Uganda y Zimbabue) y los latinoamericanos, declarados aliados del Kremlin, Cuba, Nicaragua, El Salvador y Bolivia.

El texto aprobado "deplora en los términos más fuertes la agresión de la Federación de Rusia contra Ucrania" en violación del artículo 2 de la Carta de Naciones Unidas, que prohíbe a sus miembros recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza e insta a todos los miembros a que respeten la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de cualquier Estado.

Un día después, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó en Ginebra por amplia mayoría (32 a favor, 13 abstenciones y dos en contra) la creación de una comisión investigadora sobre las violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario en Ucrania tras la invasión rusa.

En esta llamó la atención que al descontado voto negativo de Rusia, por ser una investigación en su contra, volviera a sumarse el africano Eritrea.

¿Se rompe neutralidad africana?

Los países del llamado continente negro han mantenido neutralidad frente a los conflictos mundiales y, con estas votaciones en Naciones Unidas, surge la duda si comenzó a romperse esa tradición. Abiertamente, muchos de ellos han manifestado su rechazo a la invasión rusa, mientras otros han optado por la mediación. Eritrea, ha fijado claramente su posición.

La abstención de Eritrea en la Asamblea General de la ONU y el voto en contra en la decisión del Consejo de Seguridad es, a juicio de los expertos internacionales, consecuencia de la expansión de la influencia rusa en el continente africano bajo el presidente Vladimir Putin desde que en 2006 se convirtiera en el primer líder ruso en visitar el África subsahariana.

No obstante, y a diferencia de lo ocurrido con Crimea en 2014, la invasión está poniendo realmente a prueba la habitual neutralidad de los países africanos en relación a la presión internacional abanderada por Estados Unidos contra Rusia en el foro de la ONU sobre el largo conflicto en Ucrania. Un informe de 2021 sobre las perspectivas de la cooperación África-Rusia, publicado por la Escuela Superior de Economía de Moscú, señalaba los países africanos han tendido a ser neutrales en lo que respecta a las acciones de Rusia en el pasado.

Este informe destacaba, por ejemplo, que "ninguno de los países africanos introdujo sanciones contra Rusia después de 2014. En la votación en la ONU sobre temas relacionados con Ucrania, la mayoría de los países del continente expresaron una posición neutral", según el informe divulgado por la BBC.

Putin ha dedicado parte de su política internacional a restablecer las conexiones económicas y militares con los países africanos, en particular los de la región del Cuerno de África, tras los llamados "años perdidos" de la era de su predecesor, Boris Yeltsin. En 2015, el presidente ruso mencionó explícitamente a África dentro de las líneas maestras de la nueva política de seguridad internacional del país, y cuatro años después organizó una cumbre ruso-africana en la ciudad de Sochi, que contó con la participación de 43 jefes de Estado y de Gobierno africanos. Una segunda cumbre está prevista para otoño, presumiblemente en Adís Abeba, la capital de Etiopía.

Malí, que también se abstuvo de votar el miércoles, alberga ahora a operativos rusos que están auxiliando a la actual junta golpista militar que gobierna el país en la lucha contra el yihadismo. Según las autoridades malienses, se trata de entrenadores militares dentro del programa de cooperación entre ambos países, mientras que Estados Unidos denuncia que son mercenarios del grupo ruso Wagner. Sea como fuere, a finales del mes pasado, la población de la capital de Malí, Bamako, salió a las calles con banderas rusas para celebrar su presencia al tiempo que aplaudía la salida de las tropas francesas.

En 2020, los países africanos importaron productos agrícolas de Rusia por valor de 4.000 millones de dólares; un 90% trigo. Egipto, que representó casi la mitad de las importaciones, seguido de Sudán (que se abstuvo en la votación del miércoles), Nigeria, Tanzania, Argelia (abstención), Kenia y Sudáfrica (abstención). "Rusia lleva desde 2014", según explicó a 'Foreign Policy' la investigadora de la Universidad de Quebec, Tatiana Smirnova, "diversificando considerablemente sus asociaciones económicas con los países africanos".

A ello hay que añadir otra cuestión esencial: Rusia protagoniza casi la mitad de todas las importaciones de armas en África, según la agencia de exportación de armas de Rusia y las organizaciones que supervisan las transferencias de armas, en lo que se trata de una representación de que Rusia exhibe intereses puntuales, en buena medida militaristas y caso por caso, lejos de la política más general de préstamos exhibida por China, por poner un ejemplo.

Una influencia irregular

De ahí el hecho de que países como Kenia se pronunciaran radicalmente en contra de la invasión de Ucrania y de las ambiciones expansionistas de Putin en el continente -como demostró el apasionado discurso de su embajador, Martin Kimani, quien llegó a remitirse al pasado colonialista de África-, lo que demuestra que las relaciones de Rusia en África están ligadas en gran medida a las élites gobernantes, necesitadas de poder militar, en países donde existe una enorme diferencia entre sus autoridades y el "pueblo llano".

"Es un número relativamente pequeño de países, pero todos tienen una característica que es que son bastante inestables y orientados a los recursos, o tienen líderes militares en la cima", estima el exasesor del Banco Mundial Harry Broadman a la cadena CNBC.

Pero, en términos generales, con Sudáfrica a la cabeza, los países africanos apuestan más por la mediación que por la condena, y han recibido con frialdad las sanciones internacionales contra Moscú, en particular en el ámbito de metales preciosos como el platino, que pueden conducir al encarecimiento de la demanda en pleno y difícil proceso de recuperación durante la pandemia de coronavirus, como explicó la Comisión Financiera y Fiscal (FFC) del país.

Ante esta coyuntura, la Unión Africana está encontrando dificultades para enviar un mensaje nítido a favor o en contra de la invasión.

Con todo, la influencia militar de Rusia es capaz de volcar la balanza en ciertos casos, como en Uganda (que también se abstuvo en la votación), donde el comandante de las Fuerzas de Tierra del Ejército e hijo del presidente Yowei Museveni dijo que “la mayoría de la humanidad (que no “son blancos) apoya la posición de Rusia en Ucrania”.