¿Debe sentarse el Gobierno con el Eln? | El Nuevo Siglo
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Lunes, 30 de Marzo de 2020
Redacción Política
Al anunciar cese al fuego unilateral por crisis del Covid-19 desde este miércoles hasta el 30 de abril, Eln plantea retomar diálogo en La Habana. Aquí 5 puntos por los cuales no sería viable

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1. ¿Retomar el diálogo? La emergencia sanitaria por la epidemia del Covid-19 es, sin duda, la más grande que ha enfrentado el país en las últimas décadas y requiere concentrar toda la capacidad estatal y gubernativa en contener la curva de contagios y muertes, así como en paliar los efectos sociales, laborales y económicos de todo orden que está implicando para toda la población. En ese orden de ideas, no parecería oportuno que en estos momentos el Gobierno abra una agenda de negociación con el Eln cuando debe estar enfocado, casi que exclusivamente, desde el Presidente de la República hacia abajo, en enfrentar la crisis sanitaria que tendrá su pico más grave a mediados de abril.

 

2. Patinar sobre los mismos inamovibles. De la carta en la que el Eln anunció su cese al fuego unilateral durante abril debido a la emergencia por el coronavirus, se deriva que ese grupo subversivo, con el que se rompieron negociaciones hace más de un año luego del atentado de enero 15 de 2019 contra la Escuela de Cadetes General Santander,  en Bogotá, no hay ningún tipo de cambio en sus posturas sobre cómo, cuándo y dónde renovar las tratativas. Como se sabe, el Gobierno Duque exige que el Eln libere a todos los secuestrados, cese las acciones terroristas contra la infraestructura nacional y toda acción hostil hacia la población civil. En la misiva firmada por la cúpula de esa guerrilla no hay ningún tipo de cesión o disposición a aceptar de entrada alguno de los puntos exigidos por la Casa de Nariño y, por lo tanto, sentarse a la mesa significaría volver a discutir sobre lo tanta veces hablado sin ningún tipo de luz al final del túnel.

 

3. Imposible cese al fuego bilateral: Con casi 50 millones de colombianos en cuarentena para tratar de frenar la curva de contagios del Covid-19, la presencia y operatividad de toda la fuerza pública a lo largo y ancho del territorio nacional es más imperativa ahora que nunca. No sólo porque hay que controlar que la población cumpla efectivamente el aislamiento social y no incurra en actos irresponsables en sitios públicos, sino porque el pie de fuerza policial y militar debe garantizar la seguridad ciudadana, evitar saqueos en establecimientos de víveres y productos prioritarios así como garantizar que la justicia siga funcionando en contra de otros fenómenos delincuenciales como el narcotráfico, el contrabando, la escala mortal contra líderes sociales e incluso el cumplimiento de medidas más drásticas, si es el caso, sobre restricciones a la movilidad.

 

4. Proceso contra Maduro y disidencias de Farc. Si hay un momento inoportuno para tratar de reabrir un canal de entendimiento primario con el Eln es precisamente el actual, porque la semana pasada Estados Unidos escaló su ofensiva contra la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, sindicándolo de narcotráfico y terrorismo, en complicidad con las disidencias de las Farc, y muy seguramente en el transcurso del proceso judicial saldrá también la connivencia criminal entre el régimen chavista y los ‘elenos’. No hay que olvidar que hay investigaciones serias que evidencian que no menos de 3 mil hombres del Eln estarían ya operando en Venezuela, protegidos por las fuerzas militares y la Guardia Nacional de ese país, sobre todo en áreas de frontera con Colombia.

 

5. Legitimidad de Guaidó. Si algo ha evidenciado el Gobierno Duque es que por ninguna circunstancia va a debilitar la legitimidad que le reconoce al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, quién ha sido enfático en denunciar la alianza criminal entre la dictadura de Maduro y los ‘elenos’ y en advertir que tan pronto como asuma el poder en el Palacio de Miraflores volcará toda la fuerza estatal para neutralizar la presencia de esa guerrilla en la vecina nación y capturar a los jefes elenos para someterlos a la justicia allí o entregarlos a las autoridades colombianas.