“Legado”, una carta a la paternidad en la pluma de Tim Keppel | El Nuevo Siglo
El libro cuenta la historia de Lou, quien aunque es un hombre ya maduro, no pierde la esperanza de convertirse en padre.
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Jueves, 21 de Abril de 2022
Redacción Cultura

La familia, las relaciones de amistad y la crisis de la mediana edad han sido las constantes en las obras que Tim Keppel ha lanzado y “Legado” no es excepción. Con este, su más reciente libro, el escritor se acerca también a las vicisitudes de la vejez.

El autor participó de la actual edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Filbo, que irá hasta el 2 de mayo en Corferias, donde lanzó este miércoles su nueva novela.

El libro cuenta la historia de Lou, quien aunque es un hombre ya maduro, no pierde la esperanza de convertirse en padre. Lo que no imagina es que, al cumplir su deseo, se adentrará en una batalla dolorosa e inevitable contra el paso del tiempo y contra sí mismo. Sus torpes esfuerzos por cuidar a otros, su amargo divorcio, el anhelo incesante por las mujeres, los vicios sutiles y sus dilemas masculinos pondrán en jaque, siempre que sea posible, la relación que aspira a tener con su hija.

Con precisión e intensidad, Tim Keppel compone el retrato de un hombre sacudido por los desencantos del destino. Su honestidad es conmovedora y su humor es un alivio cuando la vida se revela golpe a golpe y las expectativas son desmentidas por la realidad.

Sobre sus inicios en la escritura, sus inspiraciones y “Legado”, el autor estadounidense, radicado en Cali desde 1995, habló con EL NUEVO SIGLO.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo recuerda ese encuentro con la escritura por primera vez?

TIM KEPPEL: No leía mucho de niño como mis otros amigos escritores, yo practicaba deportes. En la secundaria dejé mi obsesión por ellos y como una casualidad un amigo hacía stand up comedy y yo le ayudaba a escribir los chistes. En esa época me ofrecieron un curso de escritura creativa y me metí, allí aprendí qué era la escritura, leí a muchos autores estupendos y me enamoré de la literatura, mis profesores me animaron y aquí estoy, 50 años después, metido en la literatura.

ENS: “Legado” es su nueva novela, ¿cuál es el origen de esta historia?

TK: Este libro se trata de un hombre llamado Lou, que llega a un punto en su vida en que da un giro y se enfrenta al final sin haber logrado mucho de lo que él quería, solo. Siempre quería tener un hijo, pero cumple 50 años y aún no ha tenido ninguno. Luego, por fin, tiene una hija y por varias circunstancias no la puede ver, lo que es muy frustrante, ese giro que hace su vida.

Todos los escritores, al menos los que quiero, tienen un elemento autobiográfico, pero esto no se trata de escribir de la vida de uno, sino de la vida. Me interesan las diferentes etapas de la vida como la llegada a la adultez, la crisis de mediana edad, claro que he tenido la crisis de mediana edad toda la vida. Luego enfrentando la vejez y la muerte, eso también tuvo mucho que ver con esta historia.

Yo no soy amante de la ficción fantástica, melodramática e histórica, aunque para esta última depende de cuánto desarrollen los personajes porque lo que a mí me interesa es una profunda visión psicológica y emocional en los personajes, no tiene que ser  algo que ha pasado, pero tiene que ser algo que me convenza que ha pasado, que me hace importar lo que pasa con esos personajes, si empiezo a sentir que es puro invento pierdo el interés. Me gustan las historias acerca de personajes que están pasando por circunstancias que me suenan, que me hacen ver más a fondo la vida. 



ENS: La paternidad y las relaciones matrimoniales son el pilar de “Legado”, ¿por qué decide apostarles a estos temas?

TK: Me interesan las relaciones entre personajes, que sean románticas, familiares o amistades y en un libro anterior enfoqué a un personaje que experimentó la muerte de su madre. En esta ocasión tiene que ver con la paternidad. Lo que pasa es que uno conoce a alguien y se convierte en un metiche, como digo, porque siempre pregunto por la familia, las amistades más cercanas y esa es la mejor manera de conocer a la persona. Lo más vital, a lo último de la vida, lo que importa son las relaciones más cercanas y la paternidad es una de ellas. Este personaje, Lou, tuvo una acción muy importante con su papá, así que cuando por fin tiene la oportunidad de ser papá lo toma muy enserio.

ENS: En los primeros días de la Filbo realizó el lanzamiento de “Legado”, ¿qué significa para usted hacer parte de una de las fiestas del libro más importantes a nivel internacional con su más reciente obra?

TK: Uno escribe todos los días tratando de no evitar la esperanza y la desesperanza, entonces cuando sale un libro es gratificante que hay gente que quiere leerlo. He estado en varias ferias y me alegra ver gente que quiere leer, que aman los libros y que quieren estar con otros escritores que le dedican sus vidas a las letras. Es un evento importante y muy divertido.

ENS: Desde hace varios años decidió radicarse en el país, ¿qué fue lo que le atrajo de Colombia?

TK: Siempre he sido una persona inquieta y viajera. No quería una vida convencional como el resto de mi familia. Por eso, empecé a viajar y en la secundaria tuve la oportunidad de ir a México, entonces me enamoré de América Latina. Luego estuve en Guatemala, Nicaragua y otros países. No conocía Colombia.

Pero también como una coincidencia un día que estaba enseñando inglés como segundo idioma en Filadelfia, leí una revista para profesores de lenguaje y vi un puesto en el Centro Colombo Americano en Cali. Ellos pagaban el tiquete de avión. Entonces fui por un año, me gustó mucho, pero no quería seguir enseñando solamente lo básico del idioma y me fui a Estados Unidos, donde hice por tres años un doctorado en literatura y así me tuvieron en cuenta en la Universidad del Valle después.

Me fascina la gente. En Cali tienen tanto calor como el clima. Me gusta la naturaleza y que las regiones en Colombia son como seis o siete países diferentes en uno. He viajado a todos menos al Chocó y quiero ir este año.

ENS: ¿Qué le ha aportado su experiencia aquí en Colombia a sus obras?

TK: Es bueno para un escritor vivir en otra cultura, ayuda al lenguaje porque conociendo dos idiomas se beneficia a la expresión de varias maneras. También brinda la perspectiva de vivir en otro país siempre siendo forastero porque cuando uno está viviendo en su propio país se vuelve como entumecido y no eres tan atento a todos los detalles como cuando estás en otro país.