Retos del presidente Macron en sus 100 días de apaciguamiento | El Nuevo Siglo
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Sábado, 22 de Abril de 2023
Redacción internacional con AFP

EL presidente liberal Emmanuel Macron se dio 100 días para superar la conflictividad social impulsada por la oposición de izquierda y los sindicatos frente a su reforma pensional la que sacó avante tras surtir el proceso democrático y examen constitucional, superando el pulso planteado en las calles y el que se ha debilitado porque elevar en dos años la edad de jubilación era una medida impopular necesaria para evitar el colapso del sistema en un futuro cercano.

Este período en que espera calmar los ánimos tras asegurar que escucha los reclamos ciudadanos, será también un tiempo para buscar el consenso en torno a otros cambios, ejes de su segundo mandato.

Así, el joven mandatario derechista francés se enfrenta a varios retos, los que espera superar dentro del marco de la Constitución y la Ley.

"Tenemos ante nosotros 100 días de apaciguamiento, de unidad, de ambición y de acción al servicio de Francia", dijo el lunes pasado, en un discurso televisado.

Calmar los ánimos se vislumbra como una tarea difícil, porque impulsado por sus detractores y los dirigentes sindicales, se mantiene la convocatoria a una marcha el 1 de mayo, Día del Trabajo, al igual que abucheos y caceroladas en actos públicos.

Macron reiteró que las puertas del Elíseo están abiertas para el diálogo y que hará un "primer balance" de la situación social el 14 de julio, el día de la Fiesta Nacional.

Francia vive una crisis política y social desde enero por esta reforma que retrasa la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelanta a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.

Pese a las continuas protestas sociales contra esta reforma social en tres décadas, Macron no cedió e incluso decidió en marzo adoptar por decreto la reforma, sometiéndola al respectivo examen constitucional que finalmente le fue favorable.

Tras ese espaldarazo, en la madrugada del pasado sábado la convirtió en ley, que entrará en vigor para el "otoño" boreal.

Macron se propuso calmar la tensión en los próximos meses, y seguir adelante con su agenda reformista.

"Parece haber un ligero deseo de decir que la etapa de las pensiones terminó, y que es hora de pasar página. Pero para algunos franceses no es así", explicó Antoine Bristielle, analista de la Fundación Jean Jaurès.

Los sindicatos ya convocaron una "movilización excepcional" el 1º de mayo, mientras que la izquierda presentó una segunda petición para convocar un referendo para limitar la edad de jubilación a 62 años, sobre la que el Consejo Constitucional debe pronunciarse el 3 de mayo tras rechazar una primera.

En la calle, algunos manifestantes han intentado perturbar las visitas que Macron quiere reanudar. El miércoles, un centenar de personas protestaron con cacerolas en Muttersholtz, unas horas antes de que llegase el presidente para una visita.

"Las cacerolas no harán que Francia avance", respondió Macron durante su desplazamiento. "Hay que oír el enojo, y no soy sordo ante él (...), pero no me impedirá seguir desplazándome".

 

Tras una mayoría estable

Apenas un año tras su reelección, el oficialismo todavía debe afrontar cuatro años que pueden complicarse si no consigue apoyos en la Asamblea Nacional (cámara baja).

Macron le pidió a la primera ministra, Elisabeth Borne, "ampliar" su mayoría "tanto como pudiera", buscando por ejemplo el apoyo del partido derechistas Los Republicanos (LR), cuyos 62 diputados podrían asentar la mayoría presidencial.

El líder de LR en la Asamblea, Olivier Marleix, frenó rápidamente la idea: "No habrá ni coalición ni pacto de gobierno". La reforma de las pensiones dividió profundamente a su grupo.

Macron no se rinde, y entre las iniciativas nombradas, propuso "reforzar el control de la inmigración ilegal", algo que ya estaba contemplado en su programa electoral y que interesa a LR.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ya presentó en febrero un proyecto de ley sobre la inmigración, que tuvo que retirar al no contar con los apoyos suficientes.

Ahora pretende relanzarlo y el líder de LR, Éric Ciotti, indicó que si Darmanin "se alinea" con ellos, podrían negociar. Su partido rechaza la regularización de trabajadores sin papeles en Francia.

Si bien sus detractores, desde líderes políticos destacan que Macron vive la primera gran crisis de su segundo mandato y cuestionan el funcionamiento de la democracia francesa, el presidente francés ha reiterado su compromiso de sacar adelante su hoja de ruta programática, porque el país necesita los cambios que plantea, aunque ello siga minando su popularidad, que hoy está por debajo del 30 por ciento.