Con el fin de analizar el fuerte impacto de la pandemia por covid-19 en el mercado laboral en Bogotá y formular acciones para potenciar el trabajo de calidad en un contexto de recuperación lenta, Probogotá Región y la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) presentaron el estudio “Propuestas para reducir el desempleo y la informalidad de Bogotá”.
Este es un diagnóstico que arrojó, entre otras conclusiones, que la tasa de desempleo es más alta para las mujeres, los jóvenes y las personas más vulnerables, y que en Bogotá el 56% de los ocupados son empleados particulares, en su mayoría formales, pero que el 35% son trabajadores por cuenta propia, en su mayoría informales.
“Se estima que de los $35,5 billones que perdieron los hogares a nivel nacional durante la pandemia, $11,8 (33 %) fueron en Bogotá. Este período fue nefasto para las mujeres, pues la brecha con los hombres se hizo más grande; mientras en 2019 era de 2,5%, en el último año alcanzó el 4,5%. Las mujeres debieron abandonar el trabajo para ser cuidadoras de tiempo completo en los hogares durante la pandemia. Por eso, urgen cambios estructurales que apalanquen su bienestar”, explicó María Carolina Castillo, presidente de Probogotá Región.
Y con relación al otro componente, el de la informalidad, el estudio de Probogotá Región y ANIF subraya que la informalidad laboral y empresarial sigue siendo una constante en la capital de la República. Si bien el 56% de los ocupados en Bogotá son empleados particulares (que en su mayoría son formales), el 35% son trabajadores por cuenta propia (quienes en su mayoría son informales).
Por su parte, la mayoría de empresas en Bogotá son microempresas y pertenecen al sector servicios. La informalidad, a pesar de ser inferior al promedio nacional, es muy alta. El 38% de los ocupados en la ciudad ganan menos de 1 salario mínimo. Antes de la pandemia, este porcentaje era inferior al 30%. La inactividad sigue siendo un gran reto para superar, especialmente para las mujeres. El aumento de las horas trabajadas por ocupado explica en parte el rezago de la recuperación del mercado laboral respecto al crecimiento económico en la ciudad.
Más del 82% de las empresas en la capital son microempresas. El número de compañías que cotizan a seguridad social se redujo en la pandemia. A propósito, Mauricio Santamaría, presidente de ANIF, aseguró que “los hogares informales en Bogotá tienen una mayor proporción de niños, de madres cabeza de hogar menores de 21 años, de adultos mayores y menor porcentaje de personas con educación superior. La edad, el ser mujer y tener adultos mayores en el hogar, son variables que se asocian a la condición de informalidad en Bogotá. Es prioritario modernizar el mercado laboral para que el crecimiento económico se refleje en el empleo”.
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Seis propuestas para generar empleo
A partir de este panorama, Probogotá Región y ANIF presentaron seis propuestas para impulsar el trabajo formal en Bogotá, comenzando por garantizar la protección social y bajar los costos de contratación a las empresas.
Que la contribución a la salud sea financiada a través de impuestos generales. Se debe llevar a cabo una implementación de manera gradual, comenzando por mujeres y jóvenes entre 18 y 25 años.
En un segundo lugar, este estudio indicó que hay que apostarle a un salario diferencial por regiones y permitir la contratación y cotización por horas. En tercer lugar, es necesario promover la generación de empleo femenino mediante incentivos tributarios a sectores empleadores de mujeres, metas de empleo femenino en las entidades del sector público y privado, licencia de maternidad compartida y becas educativas a las mujeres en sectores dominados por hombres.
Además, realizar campañas y programas para reducir el embarazo adolescente e identificar a las mujeres que perdieron su empleo en el sector público a raíz de la pandemia y ayudarles a recuperarlo.
También está la propuesta de promover la generación de empleo de jóvenes con incentivos tributarios y subsidios a la nómina, priorización de jóvenes en la contratación de obras públicas de la ciudad y formación para el trabajo.
Bogotá deberá incentivar políticas que promuevan la formalidad empresarial con beneficios y reducción de costos en las etapas iniciales de la creación de las empresas y simplificación de trámites, y por último, deberá garantizar una vejez sin pobreza, que los adultos mayores pobres reciban una transferencia mínima igual a la línea de pobreza extrema (canasta básica de alimentos) y que se promueva el ahorro pensional durante la edad productiva.