Harold Trompetero, reconocido director de cine colombiano, siente orgullo y satisfacción al lograr que su última película sea proyectada en la pantalla grande, no solo en Colombia, sino en España, Perú y Estados Unidos. Se trata del film “Un parcero en Nueva York”, que narra la historia de un hombre de 50 años acosado por la pobreza y las deudas, que deja su país y su familia en busca del llamado sueño americano.
Para el 18 de agosto está previsto el estreno de la película, que fue rodada entre Bogotá y Nueva York, con un elenco de lujo integrado por Carlos Hurtado, Judith Segura, Walther Lenguas, Diego Camargo, Francisco Bolívar, Érika Glasser, Cristina Pimiento, Alberto Barrero, Tavo Bernate, Jorge Pinzón, Tato Cepeda y Camilo Baena.
El productor y guionista ha sido ganador de diferentes galardones y reconocimientos a nivel internacional. Recientemente participó en la Comic Con Colombia en la que ofreció una conferencia sobre “Cómo hacer cine en Colombia y no morir en el intento”.
EL NUEVO SIGLO lo entrevistó para conocer más detalles sobre su película y de su experiencia en la producción cinematográfica en el país.
EL NUEVO SIGLO: Según su perspectiva, ¿cómo hacer cine en Colombia y no morir en el intento?
HAROLD TROMPETERO: Básicamente lo que hemos hecho en Colombia para hacer cine y no morir en el intento es pensar en el público, desde nuestra casa productora Trompetero Producciones, que lleva más de 12 años haciendo películas comerciales. Obviamente hemos contado con los beneficios tributarios que brinda el Estado y lo que hemos buscado es tratar de hacer películas contando con el apoyo de inversionistas, producciones que puedan llegar a valerse por sí misma.
En este momento de la pospandemia, la autosostenibilidad que hemos logrado se ve un poco afectada porque el público ha bajado el comportamiento de ver películas; lo otro es que la gente se centra mucho en ver cine de las grandes propuestas de Hollywood. “Un parcero en Nueva York” es como la gran apuesta para revivir ese noviazgo que hemos tenido con el cine popular colombiano, es un esfuerzo que hemos hecho con varios productores, como un impulso, como lo que se hizo con “El paseo” en diciembre, películas como “La pachanga”, “Todos para uno”, “Nadie sabe para quién trabaja”. Para poder hacer cine en Colombia se debe tener una mezcla de factores, como contar con los estímulos estatales, con el apoyo de la industria privada, con la respuesta del público y, por último, tratar de hacer cine que tenga una sostenibilidad en el mercado.
ENS: ¿Quiere decir que en la producción del cine colombiano hay obstáculos que llevan a quedarse atrás?
HT: Claro, el cine colombiano tiene muchos obstáculos y problemas, pero el principal es que el público nos dé su apoyo y nosotros también poderle responder. Porque no se trata de pedirle al público que vaya y mire las películas sino que también hagamos producciones que la audiencia quiera ver y un ejemplo de eso es “Un parcero en Nueva York”, que es una película pensada en todas estas circunstancias sociales y políticas que estamos viviendo, para tratar de hacer una comedia de esta situación y relatar esa búsqueda del sueño americano. Es un reflejo de esa posibilidad que muchas personas mencionan. Otro problema es la distribución de los espacios, es importante que los teatros vean la viabilidad de mostrar las películas. Se suma la promoción, otro gran problema porque muchas veces uno piensa en el costo de la producción, pero no se proyecta en todo el dinero que hay que gastar para hacer publicidad.
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ENS: En ese contexto, ¿cómo logró llevar su película al cine?
HT: Con el apoyo de la inversión privada, por nombrar algunos: Cinecolor, canales de comunicación, Revista 15 minutos, Davivienda y muchos más que están dispuestos a apoyar el cine, la cultura, la industria cinematográfica. Lo otro es que esta producción cuenta con las dimensiones de una superproducción, porque fue rodada casi toda en Nueva York, con unos escenarios magníficos, bajo unas tormentas de nieve torrenciales y de una manera muy racional, para que los costos no fueran tan elevados. Creo que también lo logramos porque hicimos una historia muy afín con el público, con mucho humor porque la comedia es un culto, con mucho sentimiento nacional y una racionalidad en los tiempos de producción.
ENS: ¿Cómo fue esa experiencia de rodar la película entre Bogotá y Estados Unidos?
HT: El proyecto se había empezado antes de pandemia, pero se canceló por ese motivo. Nos llevó alrededor de tres años organizarla, ensayarla, viajar a Nueva York y estudiar las locaciones. Ya el tiempo del rodaje sí fue muy corto: en total fueron 15 días de rodaje, cinco en Nueva York y 10 en Bogotá. Aquí estuvimos en La Calera, midiendo los recursos y además que teníamos un súper equipo en las dos locaciones. Por ejemplo en Nueva York van a poder ver los mismos escenarios que en películas como Spider-Man y otras grandes apuestas de Hollywood. Fue rodada bajo un invierno máximo en los últimos 20 años y el equipo se puso la camiseta para poder cumplir con el objetivo.
ENS: ¿Usted cree que las historias de comedia venden más que otros géneros?
HT: La comedia tiene un punto a favor y otro en contra: lo bueno es que la gente siempre busca querer reírse en el cine, pero a veces este tipo de género no tiene la apuesta bien definida para lograr que a la gente le cause risas y lo que ocurre es que la audiencia se va a sentir defraudada. Lo más importante en hacer cine es siempre llegar al corazón, si uno le llega al corazón y la hace reír es maravilloso y esta película tiene esa particularidad, que si bien es una comedia también es muy sentimental, donde se revive el amor por lo nuestro, lo colombiano, los amigos, el sabor de nuestra tierra, nuestras costumbres. Creo que la comedia da un punto maravilloso para poder conquistar al público.
ENS: ¿Qué cree usted que sea lo mejor que tiene el cine nacional?
HT: Nuestro cine es muy importante porque se transmite nuestra cultura, lo que somos y cómo somos, es lo más importante, rescatar nuestra esencia y creo que todas las películas que hay en Colombia en este momento, popular o no, cómicas, dramáticas, divertidas, están es ese caldo para poder reconstruirnos como sociedad, para ser un mejor país. “Un parcero en Nueva York” es eso y más en un momento coyuntural político de muchos problemas económicos, donde todo el mundo se ha paseado por la idea de irse. Entonces esto es un reflejo, para burlarse un poco y verle la otra cara al sueño americano.
ENS: ¿Cuál es el siguiente paso como director de cine?
HT: Seguir impulsando el cine. Por ejemplo, se logró que “Un parcero en Nueva York” esté en los teatros de España el 19 de agosto. Además se realizará una gran premier en Nueva York y en Manhattan para los latinos que quieran verla; asimismo, se va a estrenar comercialmente en Perú antes de que llegue a las plataformas digitales. Entonces hay que hacer proyecciones de cómo trascender nuestras fronteras para ser más autosustentables.
ENS: ¿Qué experiencias le ha dejado producir cine en el país?
HT: Me ha ayudado mucho a sanar heridas, he curado penas de amor, superado duelos personales, me he divertido, me ha llevado alrededor del mundo, a lugares muy lejanos como China, India, Europa, Estados Unidos, Latinoamérica. Entonces ha sido como una reconstrucción del quehacer cinematográfico y una revaluación de lo yo soy personalmente.