El presidente Iván Duque “habría podido construir una gobernabilidad manteniendo la coalición que finalmente lo apoyo en la segunda vuelta”, consideró el exministro Fernando Cepeda Ulloa al hacer un balance de la gestión del Mandatario, que el viernes cumple dos años en el poder.
EL NUEVO SIGLO: El gobierno Duque cumple dos años, ¿qué balance se puede hacer?
FERNANDO CEPEDA ULLOA: El presidente Duque recibió una situación con muchas dificultades que luego se complicaron al máximo con la pandemia.
La primera, recibió un proceso de paz que había roto el consenso político en Colombia: por lo menos había tres manifestaciones electorales que decían que la mayoría no estaba de acuerdo con el texto, no con el proceso de paz. La primera fue la elección en 2014 que ganó en primera vuelta Óscar Iván Zuluaga; la segunda fue el plebiscito por la paz y la tercera fue el triunfo presidencial de Iván Duque, o sea el Centro Democrático.
Esas tres expresiones populares de desacuerdo rompieron el consenso político que para mí es un elemento central del buen funcionamiento de un sistema político. Entonces el país quedó dividido casi por mitades y eso, naturalmente, ha dificultado toda la tarea de gobierno.
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La segunda gran dificultad, el tema de las pésimas relaciones con Venezuela que luego empeoraron con la situación de inmigrantes que hoy llega a casi dos millones. Toda Europa no fue capaz de recibir un millón de migrantes durante los últimos años.
A eso sume que el gobierno venezolano ha acogido no solamente las disidencias de las Farc, que ya algunos estiman en 5.000 hombres, al Eln, que algunos ponen en una cifra cercana, a organizaciones criminales, sino que además la frontera se ha convertido en un infierno de contrabando, de crimen, de tráfico de mujeres, de niños. Es decir, el infierno.
ENS: ¿Cuál es la otra gran dificultad?
FCU: El cuarto gran problema que heredó Duque fue la crisis del sistema de salud. Santos, en sus primeros meses de gobierno, hizo una cosa muy importante: denunciar lo que estaba pasando en Saludcoop, y utilizó la estrategia que usó como Ministro de Defensa de convertir algunos temas relacionados con corrupción en objetivos de alto valor. Así identificó el de la educación, el de estudiantes fantasmas, el pago de impuestos, etc.
Gravísimo, porque el contralor Edgar Maya hablaba de una corrupción de $50 billones por año en Colombia y de ellos $14 billones en el sector salud. A eso se agregó el problema de los precios del petróleo, que se derrumbaron aún más.
Quinto, a eso añádale, seis meses antes de cumplir los dos años, el tema de la pandemia, un problema que con esa dimensión jamás había tenido presidente alguno, problema ligado a un sistema de salud corrupto, cerca de 15 hospitales cerrados o intervenidos, con médicos que alegaban que hace seis meses y hasta un año no les pagan su salario, una deuda billonaria con clínicas y hospitales, en fin.
Pero al lado de todo eso había un problema mayor: la gobernabilidad. Aunque el presidente Duque ganó con el mayor número de votos no tenía una mayoría en el Congreso, y por alguna razón que no termino de entender resolvió no construir una coalición. Construyó una coalición para ganar en la segunda vuelta, pero esa coalición que yo denominaba el “partido presidencial”, se agotó en la elección, no continuó y el Presidente inició su mandato con vientos huracanados como los que vimos en la Plaza de Bolívar el día de su posesión.
Y solamente en un proceso que tomó más de un año, fue construyendo una especie de coalición que al parecer hoy está vigente y le da gobernabilidad.
Pero a todo eso añádele el problema de las drogas: los cultivos ilícitos llegaron a su nivel más alto, 200.000 hectáreas.
ENS: Y después vino la pandemia…
FCU: Claro, pasemos al tema de la pandemia, que produce una situación nueva, inédita e inusitada que le otorga al Presidente una capacidad que no había tenido. Al otorgarle esa capacidad de gobernar vía declaratoria de emergencia económica, de salud y ecológica, entonces tuvo una gobernabilidad a su alcance que le ha permitido expedir más de 170 decretos legislativos para lidiar, contra la pandemia. Eso cubría muchas más dimensiones e iban más allá de la salud.
Es más, ello le permitió visibilizarse. Al Presidente lo habían condenado a la invisibilidad. Yo decía que lo publicaban en página 4, después en la 6 y luego en la 11. Pero vino la pandemia y el Presidente pasó a ocupar un lugar central que no había tenido hasta el momento, pues no solo le dio visibilidad, sino liderazgo y presencia ante los ciudadanos y le permitió un manejo que muchos consideran muy bueno, otros no tanto.
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El hecho es que el Presidente pasó a ocupar un lugar central en la vida política colombiana que no tuvo antes, no se lo permitieron o no se lo reconocieron, a tal punto de que se hablaba de que el Presidente no existía, que no sabía qué quería hacer. Incluso, ya había candidatos. Yo hice una lista de 24, porque decían que había que ir pensando en reemplazarlo porque no había Presidente.
Pero esos 24 candidatos desaparecieron, no han jugado mayor papel. Yo diría que hoy son cuatro o seis y que estamos de nuevo en campaña presidencial hacia 2022, lo cual vuelve a cambiar el juego político.
ENS: El tema de la pandemia no estaba en las cuentas de nadie. ¿Fue, de alguna manera, el salvavidas para la gestión de Duque?
FCU: Yo creo que sí porque había un situación muy negativa en su contra, yo digo que injusta, pero en esa situación negativa él vio una oportunidad, tuvo un liderazgo que hoy se le reconoce y comenzó a actuar pero sin reticencias, y ahí va. Tiene un reconocimiento nacional e internacional a lo que ha hecho, aunque hay sectores que todavía dicen que no, que se equivocó. Pero bueno es inevitable, estamos en una democracia. Yo sí creo que, como usted dice, la pandemia es el equivalente de un enorme salvavidas para el Presidente, y vamos a ver si también para el Centro Democrático.
Error y legado
ENS: ¿Cuál considera que ha sido el principal error del presidente Duque en estos dos años?
FCU: Ya lo dije, él habría podido construir una gobernabilidad manteniendo la coalición que finalmente lo apoyo en la segunda vuelta. Ahí estaba el liberalismo y Cambio Radical, que se declararon independientes, aunque Cambio Radical ya está en otra posición: no es un partido de Gobierno pero tiene el Ministerio de Salud, nada menos.
El liberalismo ha sido oposición pero ha estado listo a colaborar cuando ha sido necesario hacerlo.
Así como hubo ejemplos de que no tenía una coalición en el caso de la JEP o las objeciones al proceso de paz, parece que ahora sí hay una mayoría en el Congreso: la hubo para la reforma tributaria, para la ley de financiamiento, para el presupuesto, ahora para la reforma constitucional de cárcel perpetua para violadores de niños, y en otros casos.
Entonces parecería que ya tiene una mayoría, que no está funcionando, por ejemplo, como la mayoría que tuvo el presidente Santos, que fue una aplanadora, pero que sí le permite unos consensos en el Congreso para la aprobación de su agenda legislativa.
ENS: ¿Qué marca el legado del presidente Duque en estos dos años?
FCU: Primero, no se puede decir que no obstante él era el representante de la oposición al acuerdo de paz, que lo haya debilitado: está el reconocimiento del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, está el reconocimiento del Instituto Kroc de la Universidad Notre Dame que hace el seguimiento del cumplimiento, pero claro hay voces que dicen que lo ha hecho trizas.
Yo no creo eso, por el contrario: creo que adoptó una actitud muy moderada frente al Acuerdo, si hubiera ganado Humberto de la Calle seguramente el Acuerdo había tenido otro tipo de tratamiento. Pero al ganar la oposición se reconocen las fallas que no se mencionan de las Farc en el cumplimiento del Acuerdo: qué tal lo del principal negociador (‘Iván Márquez’), es como si se hubiera escapado Humberto de la Calle… (risas). Eso es aterrador.
El señor se escapa, hace una disidencia, hace una declaración muy amenazante de lo que será el papel de las nuevas Farc. Entonces yo diría que parte del legado de Duque es haber preservado el Acuerdo de paz, no como lo hubiera hecho Juan Manuel Santos o si hubiera ganado Humberto de la Calle, pero para un partido de la oposición ha sido muchísimo más de lo que se esperaba.
Parte de su legado también es que acabó con todo ese cuento de la colusión entre el Ejecutivo y el Legislativo, el convertir el Congreso en una aplanadora. Está bien que haya una mayoría, está bien que haya oposición pero no que el Congreso sea una planadora. Eso también está en su legado, el haber reivindicado un poco la separación de poderes, así al Congreso no le guste eso.
Buen futuro, con ajustes
ENS: ¿Cómo pintan los próximos dos años?, ¿cuáles son los grandes retos del Presidente?
FCU: Si estos dos primeros años han sido tan difíciles, imagínese los próximos dos. Estos tendrán los siguientes problemas: el primero y más grande, cómo recuperar el empleo sobre todo para los sectores más vulnerables, no es nada fácil. Ningún Presidente ha tenido ese desafío en esa cantidad de empleos que hay que rescatar.
Dos, está expuesto a una protesta social si no logra un éxito temprano en esa materia. Y no sabemos si esa protesta social que puede presentarse en Estados Unidos, Europa o muchos países de América Latina van a estimular a manera de pandemia, de contagio, a las fuerzas sociales en Colombia y también se estaría enfrentando a una situación inimaginable de protesta social.
Tres, la readecuación de todo el sistema macroeconómico y del sistema financiero; es decir, la macroeconomía está en una situación como nunca en términos de déficit, endeudamiento, etc.
Entonces ahí también tiene un desafío enorme, hay muchos que dicen que ha estado muy conservador, que no ha querido gastar mucha plata, que otros países han emitido en forma muy generosa para afrontar la situación y que él no lo ha querido hacer, eso no depende de él sino del Banco de la República.
Y luego habla de que se buscará un endeudamiento internacional aún más grande. Ya vimos cuánto costó el endeudamiento en el nuevo presupuesto, una cifra descomunal.
Luego va a tener el problema de adecuar las relaciones internacionales de Colombia, particularmente frente a Estados Unidos si Trump no gana. No es nada fácil, entonces casi que uno diría: ‘bueno, que siga la pandemia…’ (risas)
Porque tiene poderes, tiene tantos que dicen que es un dictador: tiene el control de las Cortes, del Congreso, tiene poderes que no tuvo durante sus primeros dos años. Vaya usted saque 170 decretos o más de ese contenido, aunque le han tumbado varios, eso no es cualquier cosa. Y vaya saque usted eso en el Congreso, ¡por favor! De manera que usted tiene ahí una situación muy, muy difícil, como nunca.
ENS: ¿Cómo ve usted a las otras grandes reformas que se esperaban en este Congreso: justicia, laboral, pensional, tributaria, etc.?
FCU: Todo eso requiere de enormes consensos políticos. Es decir, el desafío que tiene el presidente Duque es cómo construir consensos políticos para tramitar esas reformas, así sea con mínimos. Entonces eso tiene que ver, esa es mi tesis personal, con la representación en el gabinete, en general en las posiciones más importantes del Gobierno, de los partidos políticos que podrían ayudarle a construir una coalición eficaz.
Coalición que debería construirse con el compromiso de ayudar a sacar de esas reformas, no reformas impuestas, sino consensuadas con las diferentes fuerzas políticas. Y luego va a tener el enorme y formidable desafío de la campaña electoral que comenzó ya y que va a ser tremendamente crítica de su gobierno y que puede llevar a un resultado, no de su reelección porque no hay, ¿pero habrá reelección del Centro Democrático o de una coalición en la que esté el Centro Democrático? Ese es el tema, imagínese la tarea.