
La situación fiscal del país es cada día más crítica y las medidas que se están adoptando desde el Gobierno para contener esa preocupante circunstancia no están dando el resultado esperado. Por el contrario, cada vez son más las alarmas encendidas en cuanto a las consecuencias de esta difícil situación económica a corto, mediano y largo plazo.
De hecho, se teme que el nuevo incumplimiento de la Regla Fiscal, unido a la insuficiencia de los recortes presupuestales aplicados por el Ejecutivo, en conjunto con un recaudo tributario que sigue por debajo de las metas anuales y el ambiente adverso para un nuevo intento de reforma impositiva en el Congreso, lleve a que las próximas notas de las firmas calificadoras de riesgo vayan en retroceso, lo que seguramente complicaría aún más el clima de negocios, la llegada de inversión extranjera y encarecerá la deuda externa, entre otros lesivos coletazos.
El último campanazo sobre la problemática fiscal lo dio el centro de estudios económicos Fedesarrollo ‒cuyo director ejecutivo es Luis Fernando Mejía‒, según el cual en los últimos cinco años el promedio del déficit fiscal en Colombia llegó a un 6%. Un dato más que preocupante si se tiene en cuenta que en ese lapso se tramitaron y aprobaron dos reformas tributarias, la última (primer semestre del gobierno Petro) por más de 80 billones de pesos de expectativa de recaudo, el monto más alto de la historia y que recayó, principalmente, en las empresas y personas naturales.
Las cifras son contundentes: según Fedesarrollo los resultados fiscales de 2024 y las proyecciones para 2025, que superan el déficit promedio de 3,6% del PIB registrado entre 2000 y 2019, reflejan un deterioro estructural en las cuentas fiscales.
Tanto el Comité Autónomo de la Regla Fiscal como el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana también lanzaron sendas alertas al respecto en los últimos días, confirmando la gravedad de la situación.