Volver a la década de los sesenta, en que los planes de ahorro para las familias era el elemento fundamental a la hora de adquirir bienes o cumplir son sus objetivos de educación, propusieron varios sectores del país como elemento fundamental para elevar el desarrollo social en medio de la pandemia.
Para lograr que se incentive a los ahorradores, el analista Ricardo Ramírez, experto en el manejo de planes de inversión, dijo que hoy es fundamental “regresar a aquellos años en que el concepto del ahorro se transmitía de padres a hijos; esa era una disciplina que a miles de colombianos les sirvió para cumplir sus objetivos”.
Señaló el experto que, para reactivar esta situación, “es clave desarrollar programas para incentivar a los ahorradores desde la niñez, en una estrategia articulada entre el Gobierno y el sector privado. “En ese sentido, los bancos pueden ser los grandes impulsores, lo mismo que el Ministerio de Hacienda y la Superintendencia Financiera”.
En este mismo sentido, Fabio Chavarro, gerente corporativo del Grupo Juriscoop, dijo que “todos tenemos claro que debemos ahorrar o invertir para tener una seguridad financiera en el futuro o conseguir nuestras metas, pero muchas veces las excusas hacen que se postergue esta decisión y nunca se comience a hacerlo. Podemos compararlo con lo que pasa en esta época del año, que posponemos muchos planes”.
Decisiones
El directivo dijo que este es el momento en que las personas deben dejar atrás las excusas y empezar su plan de ahorro o inversión con pequeñas cantidades.
Por su experiencia en el sector solidario, Chavarro comentó que “el ahorro y la inversión pueden ser acciones complementarias y ligadas la una a la otra, pero con diferencias. Lo que los hace distintos es el objetivo que tenga la persona de cara al futuro, el producto elegido, el nivel de riesgo que quieran aceptar y la rentabilidad de los productos”.
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Por un lado, la acción de ahorrar permite acumular dinero de manera segura, es decir, guardar una plata para conseguir un objetivo en el futuro o tener un fondo de emergencia disponible en todo momento ante cualquier eventualidad; y, por otro lado, invertir consiste en poner una cantidad de dinero “a trabajar” para obtener ingresos adicionales y buscando rendimientos mayores.
Sostuvo el directivo que “si tu objetivo es a corto plazo y vas a necesitar el dinero en cualquier momento, lo mejor es ahorrar”. Aseguró que “los productos de ahorro, tales como las cuentas de ahorro, el ahorro programado o los depósitos a plazo son productos muy seguros, que ofrecen una rentabilidad moderada pero segura, que te permiten disponer del dinero en un plazo corto de tiempo y con los que la posibilidad de perder el capital es muy remota, especialmente si lo haces en una entidad vigilada por la Superfinanciera o por la Supersolidaria”.
Alternativas
Indicó el analista que, por ejemplo, si las personas están pensando en continuar los estudios y realizar una especialización, se pueden fijar una meta de ahorro en un año e ir ingresando mes a mes una cuota fija para conseguir el objetivo en el plazo establecido.
Si, en cambio, “ya eres una persona ahorradora, tienes una cantidad de plata o un capital, quieres incrementar considerablemente su valor y además no vas a necesitar ese dinero en un periodo de tiempo corto, lo mejor es que pienses en invertir y busques un producto para esto; como pueden ser los CDT’s, fondos de inversión, acciones, finca raíz, bonos, entre otros”, añadió Chavarro.
Manifestó que se debe tener en cuenta que dentro de las diferentes opciones de inversión existe un riesgo para el inversionista. “Es importante entonces estar seguros de cuál es el objetivo de nuestro ahorro o inversión, si tenemos previamente un capital ya consolidado o si lo que queremos es empezar a guardar una plata para disponer de ella a corto plazo. Y sobre todo pensar muy bien en el riesgo que queremos asumir”.