La JEP y sus demonios | El Nuevo Siglo
Jueves, 1 de Noviembre de 2018

Durante el cuatrienio 1988 a 2002, el proceso de paz con las Farc fue el protagonista teniendo en cuenta las grandes expectativas que produjo el encuentro en la zona del Caguán entre el entonces candidato Andrés Pastrana Arango, junto con su asesor Camilo Gómez, el comandante de dicha organización Manuel Marulanda Vélez y Raúl Reyes.

Todavía reposa en nuestra retina la famosa silla vacía. Lo que mal comienza, mal termina, dice un refrán. Dicho y hecho. La silla vacía de Marulanda Vélez  no fue más que el preámbulo de lo que sería el fallido proceso de paz con las Farc, donde las concesiones del gobierno de APA fueron superiores y, algunas, inauditas frente a las exigencias de las Farc como la del despeje del Caguán.

Precisamente, la semana pasada se produjo el relato ante la JEP – Justicia Especial para la Paz - de los secuestrados por las Farc durante la época más tenebrosa del Caguán.

Uno de ellos, el coronel Mendieta, se presentó con el fin de describir  no solo cómo se produjo el sangriento ataque a Mitú el 1 de noviembre de 1998. Posteriormente, durante su secuestro, las imágenes de los colombianos reposan ante la mirada escalofriante del Mono Jojoy.

No solamente, fue el Coronel Mendieta quien entregó su doloroso testimonio ante la JEP la semana pasada. También, lo hicieron el ex senador del Huila Orlando Beltrán, Luis Eladio Pérez, el ex senador Gechem , Gloria Polanco, la ex senadora del Partido Liberal Consuelo de Perdomo quien perdió a su esposo estando en cautiverio. A propósito, la hija de la Dra. Perdomo relató con frialdad que fue una persona de su mismo grupo político quien le recomendó a las Farc su secuestro. Sería bueno que la JEP, averiguara quién fue. La misma Ingrid Betancourt desde París sostuvo que las Farc fue una guerrilla machista y misógama.

El ex senador Beltrán comentó que: Yo pensé que las heridas y secuelas del secuestro ya se habían logrado superar, pero me doy cuenta que no, con lágrimas en sus ojos.

Pasaron, uno a uno, solicitando que no existiera ni perdón, ni olvido, para la cúpula de las Farc. Pidieron, además, que las Farc le ofrezcan un  perdón, de verdad, a los colombianos por el daño causado. No, ese perdón cínico que se vio durante la obra de teatro del Colón en Bogotá o en Cartagena. Un perdón verdadero con acción y reparación.

Si la JEP quiere servirle al pueblo de colombiano, debería ubicarse del lado de las víctimas, no de los victimarios, del conflicto armado con el fin de sanar las heridas que aún persisten.

De lo contrario, la JEP se convertirá en un demonio de ocho cabezas, como la fue la zona de distensión del Caguán, donde se produjeron los secuestros, extorsiones, crímenes, más inhumanos que podamos ver los colombianos, los cuales todavía están en nuestra memoria.

 

Puntilla: ¿Ustedes saben si en un gesto de solidaridad, el Centro de Democrático produjo algún comunicado a favor de Andrés Felipe Arias y su valiente señora Catalina Serrano?