El impacto humano sobre la naturaleza está llevando al planeta hacia límites peligrosos. Cada vez que una especie desaparece por cuenta de nuestras actividades productivas y por la forma en que consumimos, la estabilidad de la red de vida que nos sostiene también está en riesgo.
Las pruebas saltan a la vista. El Informe Planeta Vivo 2020 muestra que se está perdiendo la vida silvestre a ritmos alarmantes ¿Estamos a tiempo de revertir esta situación? Sí. Los humanos somos los responsables, pero también está en nuestras manos cambiar el rumbo. Y, justamente, esta Navidad se puede comenzar a hacerlo a través de los regalos.
¿Sabía que los regalos que tradicionalmente se dan en Navidad tienen un fuerte impacto en la naturaleza? ¿Que para producir un par de jeans se necesitan 8.000 litros de agua? ¿Qué todo el plástico que se regala probablemente terminará en los océanos? O que, ¿Cuando se regala un aparato que necesite energía eléctrica se está contribuyendo a la generación de gases de efecto invernadero y, por consiguiente, al calentamiento global?
Por eso, este año WWF Colombia lanzó su Programa de Adopción de Especies, una alternativa para regalar sin hacerle daño al Planeta. La idea es que, en vez de las compras navideñas tradicionales, los colombianos adopten simbólicamente una especie en peligro de extinción y apoyen de forma directa los proyectos de conservación y monitoreo de vida silvestre que la organización desarrolla en Colombia.
Por el momento, es posible adoptar un jaguar, un oso de anteojos, un elefante o una tortuga marina. Todas muy amenazadas por actividades humanas: al año, miles de tortugas marinas mueren o quedan malheridas por las redes o anzuelos de pesca; la cacería y los conflictos entre humanos y osos de anteojos siguen incrementándose en nuestro país; el jaguar es asechado por la deforestación que altera su hábitat, y, alrededor del 90% de los elefantes africanos han sido cazados furtivamente para quitarles sus colmillos en el último siglo.
Por medio de un aporte monetario (mínimo de $40.000 mensuales o $100.000 si es de única vez), quienes adopten estas especies financiarán programas como el monitoreo con cámaras trampa y capacitaciones a comunidades locales para mejorar sus índices de conservación. Además, tendrán la opción de descargar un certificado digital de la adopción, que podrán poner a nombre de la persona a la cual quieran regalárselo y enviárselo, y así contribuir a una Navidad libre de regalos nocivos para el Planeta.
Algunos datos asombrosos de las cuatro especies que hacen parte de este programa de adopción simbólica:
Las tortugas marinas: Son las navegantes de los océanos: una tortuga puede nacer en Colombia, crecer en Costa Rica, reproducirse en Australia y volver a Colombia a desovar, increíble, ¿no?
No tienen oídos externos, pero eso no quiere decir que no puedan escuchar. Son capaces de detectar sonidos de baja frecuencia, como vibraciones en el agua.
Lloran, ¡pero no de tristeza! Cada vez que salen del agua, una glándula ubicada en la órbita de sus ojos se encarga de expulsar el exceso de sal que almacenan en el océano.
Los osos de anteojos: A diferencia de los osos polares y pardos, no hibernan. Esto se debe a que viven en zonas tropicales y sus fuentes de alimentos están disponibles durante todo el año.
El color claro de su pelo en el hocico y alrededor de los ojos son características distintivas de la especie y únicas en cada individuo. ¡Como tus huellas dactilares!
Están muy bien adaptados para trepar. En los árboles encuentran gran parte de su alimento y en las ramas de los árboles, un lugar para descansar.
El elefante: Sus colmillos son en realidad dientes que se extienden más allá de su boca. Están conectados al cráneo y tienen terminaciones nerviosas, ¡al igual que tus dientes!
Durante su vida, cada elefante camina en promedio una distancia equivalente a darle 14 veces la vuelta al mundo.
Son diestros o zurdos en cuanto al uso de sus colmillos. Es por eso que el colmillo que usan con más frecuencia es generalmente el más pequeño.
El jaguar: Es un cazador por naturaleza: espera sigiloso a que aparezca su presa para atraparla y descargar toda su potencia en el cráneo. ¡Tiene la mordida más fuerte de todos los grandes felinos!
Sus rosetas -las manchas que cubren toda su piel-, son únicas e irrepetibles. ¡Como sus huellas dactilares!
Las conocidas panteras negras, en realidad ¡son jaguares!, solo que presentan mayor cantidad de un pigmento en la piel llamado melanina y por eso se ven tan negras.