Política de Lectura, Escritura y Oralidad; la apuesta para leer más | El Nuevo Siglo
Este plan busca garantizar derechos educativos y culturales de los bogotanos.
Bibliored
Domingo, 25 de Diciembre de 2022
Redacción Cultura

Con el objetivo de cerrar las brechas de acceso a los libros en Bogotá, recientemente se lanzó la Política Pública de Lectura, Escritura y Oralidad (La LEO), bajo el plan “Leer para la vida”.

Es la primera vez que se formula y se sanciona una política pública de cultura escrita y oral que, desde una perspectiva intersectorial y de enfoques, establece a largo plazo (2022-2040) los lineamientos y las acciones del sector público.

Al respecto Catalina Valencia, secretaria de Cultura, Recreación y Deporte, reveló que “este es un trabajo orientado por las líneas estratégicas del plan de lectura, escritura y oralidad y que desarrollamos en conjunto con la Secretaría de Educación e Idartes. La LEO será una política pública con una perspectiva de inclusión desde el acceso universal y desde el abordaje de enfoques de derechos humanos, poblacional-diferencial, territorial, ambiental y de género. Es la primera política pública del sector que se diseña centrada en sus beneficiarios con una inversión de $256 mil millones para el sector cultura”.

Para Edna Bonilla Sebá, secretaria de Educación del Distrito, se trazó “un camino para garantizar que la lectura y la escritura sean la base de los aprendizajes esenciales en los primeros ciclos de formación, al tiempo que se fortalecen las bibliotecas escolares con el trabajo en red y la formación de mediadores y se incentivan escenarios de innovación y articulación con los distintos actores de la comunidad educativa”.

La LEO se desarrolla a través de seis ejes que tienen en cuenta aspectos transversales como las prácticas de lectura, escritura y oralidad; la cultura digital; el desarrollo humano; la condición lectora; las prácticas expansivas, y los enfoques de derechos, género y diversidad sexual, poblacional-diferencial (grupos étnicos, personas con discapacidad y curso de vida), territorial y ambiental.



Derechos educativos

Al respecto Rafael Tamayo, director de Lectura y Bibliotecas de la SCRD y BibloRed, afirmó que desde 2020 se empezó el proceso de formulación de la Política Pública. “El proceso incluyó un ejercicio de diagnóstico que hace un análisis de los últimos 20 años de acciones de política pública alrededor de la lectura, la escritura y la oralidad en la ciudad, un proceso de agenda pública en el que se desarrollaron 40 espacios de participación ciudadana con 12 grupos poblacionales y el diseño e implementación de la primera encuesta de lectura, escritura, oralidad y espacios de lectura en la que participaron más de 3.500 personas”, precisó el funcionario.

"El proceso de construcción de la política fue un ejercicio conjunto entre ciudadanía, agentes del libro e institucionalidad que permitió identificar y priorizar tanto las necesidades como las líneas de intervención en asuntos relacionados con  los procesos creativos y productivos del ecosistema del libro, la investigación, la oferta intercultural y diversa, el desarrollo de infraestructura física y digital, el acceso a la cultura escrita y la investigación con el propósito último de que todas y todos los habitantes del distrito a lo largo de la vida y en cada uno de los variados territorios de la ciudad se apropien y ejerzan efectivamente sus derechos culturales en torno a la lectura, la escritura y la oralidad", añadió Mauricio Galeano Vargas, director del Instituto Distrital de las Artes (Idartes).

El plan intrínseco

Dentro de los hallazgos más relevantes de la encuesta de Lectura, Escritura, Oralidad y espacios de lectura realizada por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, se reveló que la pandemia cambió los hábitos lectores de los bogotanos: entre 2021 y 2022 el índice de lectura fue de 4.6, lo cual corresponde al número de libros leídos por los encuestados, tanto en formato digital como impreso.

Por su parte, el índice de lectura de la población exclusivamente lectora fue de 7,2; este indicador surge de una encuesta exclusiva sobre los diversos hábitos lectores en Bogotá.