Definitivamente Colombia es uno de los países donde se llevan a cabo elecciones generales más periódicamente. Hace tan solo unos meses se eligió Congreso y Presidente de la República, y ya está en marcha el calendario electoral para este 2023, donde los ciudadanos definirán sus autoridades regionales -Gobernadores, Alcaldes, Diputados, Concejales, Ediles- a lo largo del territorio nacional.
Como lo he sostenido, sería mucho más saludable para la democracia y económico para las finanzas públicas, si en un mismo año se eligieran todas las autoridades de la Nación. Cerca de 120 mil candidatos se inscribirán para los diferentes cargos de elección popular, en uno de los procesos electorales más grandes de Latinoamérica, lo que, sin duda, genera un reto importante para la organización electoral y en general para la democracia colombiana.
Según el calendario electoral, y hasta el 29 de agosto, se encuentran abiertas las inscripciones de los ciudadanos que quieran cambiar de lugar de votación, por cambio de domicilio o residencia. Cabe advertir, que puede ser declarado trashumante, aquel que se inscriba en un lugar diferente a su domicilio electoral. Inclusive pudiera tener problemas penales, toda vez, que, según el artículo 389 del Código Penal, quién inscriba su cédula en lugar diferente a aquel donde haya nacido o resida, con el propósito de obtener provecho propio o de terceros, incurrirá en prisión de cuatro a nueve años.
En cuanto a los candidatos, ya está habilitada la posibilidad de registrar los comités inscriptores de grupos significativos de ciudadanos, es decir, de aquellos que pretenden postularse por firmas. Dado la baja imagen de los partidos políticos, cada vez aumentan las personas que prefieren inscribirse por este mecanismo, y así, presentarse como candidatos independientes; al mismo tiempo terminan utilizando la recolección de firmas como una especie de precampaña que les permite una cierta ventaja frente a los candidatos propuestos por los partidos. Cabe destacar que la propaganda electoral en espacio público, solo se permite a partir de 29 de julio.
Políticamente será un año difícil, marcado por la división y la polarización; el Congreso no será ajeno a esta situación, y, por tanto, el Gobierno tendrá que emplearse a fondo para sacar adelante la agenda legislativa. Las agrupaciones políticas y los congresistas centrarán sus esfuerzos en estas elecciones, pues, la fuerza regional, dicta mucho el futuro de estas organizaciones y líderes.
Desde ya es importante que todas las instituciones se articulen para que la violencia electoral, y, en especial, la violencia política contra la mujer, no empañe un certamen tan importante. Son precisamente las elecciones regionales, las que más se ven marcadas por amenazas y ataques contra candidatos y líderes políticos. Como primera tarea, el Gobierno debe convocar el comité de seguimiento electoral del orden nacional, para ir tomando el pulso a la situación política, y escuchar las preocupaciones de todas las agrupaciones. Igualmente, los comités regionales son una gran herramienta para generar paz política y respeto en la contienda.
La firma de acuerdos de no agresión entre candidatos, son una buena estrategia para bajar las tensas situaciones que se viven en algunos lugares del país.
¡Que sea un gran año para todos!