Reforzado por una convención de investidura que le dio el apoyo completo del Partido Republicano, Donald Trump retoma este sábado su campaña para las elecciones de noviembre confiado, un contraste absoluto con su rival demócrata, el presidente Joe Biden, debilitado como nunca.
Exactamente una semana después de escapar a un intento de asesinato a tiros durante un evento en Pensilvania, Trump hará un acto político en Grand Rapids, en el estado de Michigan (noreste).
Acompañado por J.D. Vance, el senador de 39 años que eligió como compañero de fórmula, aparecerá ante el público a las 17H00 locales (21H00 GMT), en este estado que ganó en 2016 y perdió en la presidencial de 2020.
Todas las miradas estarán puestas en el dispositivo de seguridad, en medio de numerosos interrogantes sobre las fallas del último acto.
En el lugar, Sherri Bonoite, de 75 años, participa de su primer acto electoral como partidaria de Trump. "Incluso una bala a toda velocidad no puede pararlo. Es lo que el país necesita", opinó.
La otra cara de la moneda
Biden, en tanto, continuará su convalecencia del covid-19 en su residencia privada de Delaware, en el este del país.
A los 81 años, el veterano gobernante es blanco de múltiples llamados dentro del Partido Demócrata para que abandone su candidatura en medio de dudas sobre sus capacidades cognitivas y su salud física.
Según el diario The Washington Post, perdió incluso el apoyo del influyente Barack Obama, de quien fue vicepresidente y quien también cree que debería "considerar seriamente la viabilidad de su candidatura", según allegados al expresidente (2009-2017).
Unos 20 legisladores demócratas ya hicieron el mismo pedido públicamente, y algunos incluso quieren una convención partidaria abierta para elegir un sustituto.
Unidad entre republicanos
Una salida de Biden de la carrera podría, de todos modos, desestabilizar a los republicanos, que se verían obligados a revisar su estrategia electoral, ampliamente detallada durante los cuatro días de la convención realizada esta semana en Milwaukee.
Hasta ahora, el estado de salud de Biden es eje central en la campaña republicana y las piezas de propaganda electoral con un presidente que comete gafes, tartamudea o se tropieza, se multiplican.
Con 78 años, Trump se cuidó de atacar a Biden por su estado de salud el jueves durante su discurso en la convención, en la cual fue oficialmente nominado como candidato.
Los argumentos podrían volverse en su contra si la actual vicepresidenta, Kamala Harris, de 59 años, se convierte en su rival.
El eje de la campaña "no cambiará fundamentalmente", sostuvo Jason Miller, un consejero cercano a Trump, en entrevista con la AFP.
"Biden, Kamala Harris, u otro demócrata de la izquierda radical, son todos responsables de la destrucción de nuestra economía", opinó Miller, destacando también lo que los republicanos consideran una "crisis" por la migración ilegal a través de la frontera con México.
Fueron esos los temas centrales abordados por Trump en una convención que resultó ser un gran éxito para el líder de la derecha estadounidense.
Donald Trump está de suerte y saborea los reveses de los demócratas.
No solo sobrevivió a un intento de asesinato el 13 de julio, sino que se anuló el caso abierto en su contra por una presunta mala gestión de documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca en enero de 2021.
Su imagen tras el ataque, con el rostro ensangrentado y un puño en alto mientras era retirado por agentes del Servicio Secreto, recorrió el mundo y reforzó su figura de hombre fuerte.
También obtuvo esta semana el apoyo de los líderes de su partido, incluyendo sus antiguos rivales en la interna, sin fisuras.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos se realizarán el 5 de noviembre.