Los recientes resultados del PIB del tercer trimestre, además de reafirmar la senda de reactivación de la economía nacional, presentan el crecimiento más alto que el sector constructor ha registrado a lo largo del año. Tal es así que la variación anual se ubicó en 4,1%, con lo cual, en el año corrido, el sector acumula una expansión de 2,4%.
De acuerdo con un análisis del centro de pensamiento de ANIF, la dinámica de la construcción se explica principalmente por el comportamiento del componente de obras civiles, que en el trimestre registró un crecimiento anual de 16,5%, lo que en el año corrido conlleva a un aumento del 12,G% en el valor agregado del subsector.
Por el contrario, las edificaciones mantienen su comportamiento negativo desde el tercer trimestre de 2023, que se suma a las contracciones anuales de 2,4% y de 3,0% en lo corrido de 2024 en los primeros trimestres.
Valor agregado
Así, resulta interesante analizar los resultados más recientes del Censo de Edificaciones (CEED), publicado por el DANE, con el fin de entender cómo las dinámicas anticipadas por los indicadores líderes del sector (ventas de vivienda, iniciaciones de obra, avances de obras civiles, entre otros) se han materializado en el valor agregado.
En este contexto, para el trimestre julio- septiembre del año, el área censada acumulaba 44,G millones de metros cuadrados. Al desagregar esta área por estado de obra, se encuentra que 4,4 millones de metros cuadrados se encontraban culminados, es decir, aquellas obras que durante el periodo analizado finalizaron. Esto representa una contracción del 0,1% frente al mismo periodo de 2023. De forma paralela, el área que se encontraba en proceso de construcción durante el trimestre (área en proceso) registró una reducción del 6,6% anual.
Según el reporte, de estos metros, el 3% se explican por obras que reiniciaron operación, el 12% por obras nuevas y el 85% por obras que ya estaban en proceso. Por último, la evolución del área paralizada, entendida como aquellas obras que no se encuentran activas a pesar de haber iniciado, con un total de 12,1 millones de metros cuadrados, presentó una caída del 1,0% anual. La dinámica de los tres tipos de obra refuerza la compleja situación del sector. En un escenario positivo, la composición del área censada debería incorporar un incremento en los metros culminados y en proceso, así como una reducción en el área paralizada. De ahí que el único resultado alentador en este frente es la disminución registrada en los metros paralizados.
Estados de obra
De acuerdo con el informe, la composición del estado de obra responde en su totalidad al desarrollo de las edificaciones residenciales. Al revisar el área causada, que hace referencia a los metros cuadrados que efectivamente se desarrollaron durante el periodo de estudio y no al stock acumulado de metros cuadrados, se observa una contracción del 0,5% anual. Esto se explica por la reducción del área residencial, que cayó un 0,8%, restándole a la variación general 0,6 puntos porcentuales (pp), mientras que el área no residencial se expandió un 0,7%, contrarrestando parcial- mente el comportamiento de las edificaciones de vivienda con una contribución de 0,2 pp.
Así, los resultados del trimestre vuelven a centrar la atención en el desarrollo de vivienda en Colombia. Si bien las condiciones que enfrenta la demanda en términos de financiamiento y poder adquisitivo han mejorado a lo largo de 2024, esto no se ha traducido en un mejor desempeño de la compra de vivienda y, por ende, de la oferta.
Concluye el análisis, que de ahí que los resultados para el cierre de 2024 se mantendrán en terreno negativo. Esto podría agudizarse si se tiene en cuenta la reciente imposición de aranceles a las importaciones de ciertos tipos de acero y hierro, dos insumos estructurales para el desarrollo de obras, lo que en consecuencia se traducirá en un alza en los costos de construcción que podría incluso afectar los precios y desincentivar la demanda.