¿En qué planeta viven los magistrados de la Corte Suprema de Justicia? ¿Acaso no saben los crímenes cometidos por drogadictos que andan consumiendo sustancias psicoactivas en las calles, los parques, cerca de los colegios, de las ciudades colombianas? ¿Acaso no han visto a un borracho en un parque vomitándose o haciendo sus necesidades en medio de su “estupor etílico”, o a los “parches” de drogadictos, envueltos en una nube de humo marimbero, o al ocasional adicto botado, semidesnudo, en un parque, una acera, o bajo un puente?
Apuesto que ninguno de ellos pasa los domingos en un parque público con su familia. Apuesto que los pasan en su casa de campo, o en un club privado. Si no saben lo que sucede en nuestras áreas públicas, por qué no se dan una paseadita a pie por calles y parques para enterarse.
Si lo que ven los alarma, como nos alarma a todos, imaginen como será ahora después de su fallo, declarando inexequibles varios numerales del Código de Policía que prohibían el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas en el espacio público. Esto con la ridícula excusa, “dizque” su prohibición va contra el desarrollo de la personalidad e infringe la libertad de los ciudadanos.
Semejante fallo es tan ridículamente absurdo, que me echaría a reír a carcajadas si no fuera tan perjudicial para la tranquilidad y seguridad ciudadana.
No señores y señoras magistrados, drogarse o tomar alcohol en la calle, los parques, en el entorno de los colegios, en los buses, o en cualquier lugar público, NO, óigase bien, NO desarrolla la personalidad de nadie. Pero dicho comportamiento, sí infringe el derecho de todos los ciudadanos a tener una ciudad libre de drogas y alcohol, en lugares públicos; además va, totalmente, en contra de la seguridad y el sano ambiente en que deben crecer los niños.
Este absurdo fallo, que ustedes acaban de proferir, vulnera el derecho de tenemos todos los colombianos de ir a un parque a disfrutar de un rato de descanso, solos o con hijos y nietos, sin tener el temor de encontrarnos con un borracho, o un drogadicto haciendo o diciendo “asquerosidades”, sin tener que oler la marihuana que se está fumando el vecino, ni que los niños tengan que presenciar el espectáculo de personas embebidas, actuando como animales.
Viola el derecho a la tranquilidad de los padres que ahora no podrán impedir que drogadictos se pavoneen frente al colegio de sus hijos, quién sabe con qué intenciones.
Ustedes dicen que, en caso de que se presente mal comportamiento por el consumo de drogas o alcohol, la policía podrá intervenir. ¿Entonces, para ustedes, es mejor esperar a que suceda el crimen, que tratar de evitar que a que este suceda? ¡Peligroso y absurdo!
No sé qué psicólogo, trabajador social o experto internacional, están consultando los magistrados, pero, que se sepa, el desarrollo de la personalidad se desarrolla positivamente a través de la interacción social, el estudio, el buen ejemplo de quienes nos rodean, crían, educan, el deporte, las artes, el contacto con la naturaleza, mas no del consumo de alcohol o drogas. Quizá no conocen las estadísticas del aterrador aumento del consumo de drogas entre nuestros jóvenes.
¡Qué absurdo e inaceptable fallo!