Adriana Llano Restrepo | El Nuevo Siglo
Viernes, 26 de Diciembre de 2014

Aigri

 

De qué puede uno escribir un 26 de diciembre cuando casi todo mundo está inmerso en una orgía de amor fraternal, gula navideña, consumo irracional de bienes y servicios, sin ser un latoso a la manera de Artaud, el poeta más significativo de esa corriente aigri de la Francia decimonónica: “(…) poeta amargado, la vida hierve y la ciudad se quema, y el cielo disminuye en lluvia, tu pluma escarba en el corazón de la vida”.

Y cómo no escarbar en la vida de esta ciudad disfuncional y odiosa que gracias al soberbio de Liévano, convencido de que la inclusión es excluir a los no excluidos, dejó de ser caminable, amable, transitable, habitable, deseable.

De qué puede uno escribir si el autista de la calle octava habla como gamín de la séptima al referirse a la posibilidad de que Uribe avale su paz sin condiciones, ahora que Obama y Raúl Castro son mejores amigos: “Ojalá reflexionen y ahora que se quedaron sin argumentos sí quieran subirse al tren”.

Y yo creyendo que la paz era mucho más que algo de oportunidad, distinto a los sales de centro comercial. Porque uno se sube al tren de ofertas y gangas, no de un anhelo colectivo o de una construcción de Estado. Entre líneas va corroborando uno de qué se trata la paz de los santos inocentes. Pero aún no hemos llegado al 28 de diciembre.

“Malo si sí, malo si no”, como en ese viejo Bolero Falaz de Aterciopelados que he rescatado para animar las insoportables veladas de fin de año, junto a El Año Viejo, de Crescencio Salcedo, quien pese a su éxito envejeció pobre, sentado en la acera y con sus pies descalzos en la peatonal Avenida Junín de Medellín, donde vendía gaitas y flautas y donde yo le hice en 1976, para el periódico de mi colegio, la última entrevista que concedió.

De qué va a escribir uno un 26 de diciembre mientras tarareo por inercia “yo no olvido al año viejo / porque me ha dejado cosas muy buenas”, y me pregunto qué cosas tan buenas nos dejó si el error sigue ahí, inamovible, inconmovible, pétreo; si un twitt centrodemocrático hace temblar al pokerista, si por arte de birlibirloque el perseguidor es perseguido, si como dijo Nietzsche en El Libro del Filósofo “a determinada altura todo coincide” y Uribe ahora hace contrapeso junto al Polo, si la amargura será igual en 2015.