ALEJANDRA FIERRO VALBUENA, PhD | El Nuevo Siglo
Sábado, 29 de Marzo de 2014

Negocios sociales

 

Muhammad  Yunus, Premio Nobel de Paz, ha propuesto y desarrollado un modelo económico que tiene como objetivo a los pobres. Parece casi una paradoja, que el sistema capitalista, sustentado por la acumulación de bienes y el monopolio de unos cuantos poderosos sobre la gran mayoría, haya servido para proponer un modelo con un esquema inverso.

El capitalismo es el sistema económico que más pobreza ha generado. Esta afirmación suena exagerada si se observa que a lo largo de la historia de la humanidad siempre, donde hay un sistema social, ha existido pobreza. Sin embargo, el tipo de pobreza que se vive hoy es radicalmente distinto y más profundo porque es consecuencia de una exagerada producción de bienes y una pésima distribución de éstos. Hay pobreza no porque no haya bienes, sino porque donde los hay, se desperdician.

Además, el sistema capitalista también ha impulsado una dinámica perversa que perpetúa el crecimiento de la pobreza, pues al aumentar cada vez más la producción de bienes y cerrar a su vez, el ámbito de distribución son más los que quedan excluidos de una dinámica económica exitosa.

Yunus ha probado con su idea, que el sistema capitalista no está agotado y que si se sabe aprovechar, puede ofrecer una alternativa para las sin salidas que enfrenta el mundo entero en este siglo. No se trata de defender dicho sistema económico, sino de encontrar soluciones a los grandes problemas que ha generado, contando con que instaurar uno nuevo  sería prácticamente imposible.

La clave de la propuesta de Yunus está en convertir en negocio la pobreza. Así planteado, suena como una réplica de lo que las grandes potencias han hecho con los países en vía de desarrollo. Claramente, para éstas, ha sido clave en su crecimiento económico, la explotación de los países  pobres. La diferencia del enunciado de Yunus radica en que el negocio está, no en la explotación de los pobres sino en la erradicación de la pobreza. La clave del social bussines es que la misma dinámica del negocio exige invertir en los pobres, en el mejoramiento de las condiciones de vida y en la generación de espacios de producción y trabajo. Este modo de hacer negocios debe comenzar con una inversión de dinero, pero debe desechar a su vez la expectativa de que quien invierte deba recibir cualquier tipo de ganancia. Lo que promete el negocio social no es más riqueza acumulada, sino  mejor distribuida, pues lo que se produce como ganancia no le corresponde a quien invirtió sino a quien da continuidad al negocio emprendido.

La propuesta de Yunus apunta a una nueva comprensión mucho más rica y profunda de lo que significa negociar. Invita a remplazar el fin de las acciones económicas; en lugar de trabajar por obtener más dinero (que es trabajar par un fin que nunca será plenamente alcanzado, pues siempre habrá posibilidad de obtener más), el social bussines propone como fin el bienestar de la sociedad. La riqueza entonces deja de ser cuantificada en dinero y pasa a ser percibida como bienestar y asociada con la conquista de nuevos espacios sociales en los cuales las personas tengan opción de trabajar, producir y adquirir a su vez, bienestar propio y para sus familias.