COLOMBIA está dispuesta a proponerle romance económico a China, antena dominante con impacto y, mano de obra industrial en el mundo; pese a su poder, también tiene bajones en su economía. Aun así, no pierde su imperio en comercio de todos los continentes.
Colombia debe entender que solo una relación con la China implica disponibilidad de capital y formas de pago, sin exagerar compensación con petróleo y minas que, ellos prefieren, tanto como ensamblar productos, más que producir diseños. Ahí están los secretos chinos.
Así el país, configurará acercamiento obligado, a pasar de saludos y sonrisas, a lo que van: Negocios o nada.
El ideal del presidente Duque debe apuntar un acuerdo efectivo; si no funciona, se diluye de inmediato: es exigente porque impone equilibrio con toma y dame, característico de China.
Oded Shenkar, gerente de negocios globales de Ford Motor en Estados Unidos, desarrolló en 2005, detenido estudio sobre la realidad China, no por política imperialista, sino por su gancho comercial de relaciones con el resto del mundo.
Shenkar, profesor en la Universidad de Ohio, concluyó que China, en este Siglo XXI, sería la fábrica del mundo. Lo confirmó al afirmar que para ellos está primero el manejo de un producto para su uso-beneficio, más que creatividad, es su característica industrial.
Por la preferencia, según Shenkar, es vender su alta tecnología en automotores y computación para seguridad, además, impulso a activación de equipos para alta cirugía médica, plantas electrónicas, naves y aviones.
Se espera que con Colombia proponga acuerdo directo para los dos: China, primero actúa sobre cifras de peso monetario: Qué necesita y cuánto dinero hay sobre la mesa, es el principio para hablar.
Leyendo al profesor Shenkar, deja pensar que, Colombia encontrará rumbo, al asegurar exportación de alimentos, no producidos en China, y logrará ventas de Petróleo, minerales, frutas y cereales entre otros. Manufacturas no, porque les sobra.
En 2003, China intensificó montaje de vehículos automotores con marcas que recorren mundo, desde Estados Unidos y Europa; Hace no menos de cinco años incluye oferta de automotores eléctricos.
Shenkar, en columnas de New York Post, en 2008, despertó controversias al revelar que la oleada China, había derrotado comercio de productos de Europa y EE. UU, provocando desempleo en tiendas de cadena.
Como se ve aquí, porque actualmente sin intercambio oficial, atienden por correo electrónico, pedidos para elaborar repuestos y piezas de distinto orden; Los retorna con exactitud a quien lo solicite.
Se duda que, la industria colombiana se favorezca con empleo; ellos prefieren, con su propia técnica, ensamblar allá y, vender afuera, como en los 40 locales que tienen en San Victorino de Bogotá, llamado “Santo-chino”, con uno que otro colombiano.