Las uvas están verdes
Sólo ahora, cuando se anuncia la ratificación del TLC con EE.UU. y ambos países se aprestan a su implementación es cuando se vuelve el Gobierno a acordar de la Agenda Interna en la que se comprometió el país hace ya más de seis años, pero de la que sólo se acuerda cuando se habla del TLC para volver nuevamente al olvido. Ahora se habla nuevamente de desempolvarla para encarar el TLC.
Pero ocurre que, como dijo el ex secretario del Tesoro de EE.UU., Lawrence Summers, recientemente, la competitividad no es una especie de switch que se puede prender y apagar sin consecuencias.
La competitividad es una tarea de largo aliento y la clave de la misma está en persistir, en sostener el esfuerzo, porque no se trata sólo de mejorar sino mejorar a un ritmo mayor del de los países que nos aventajan. Y de esto sí que estamos lejos, como se denota en el más reciente Informe del Foro Económico Mundial, en el cual el país queda muy mal rankeado.
No sé de donde saca el ministro de Comercio, Diaz-Granados, que con el TLC el PIB de la economía colombiana va a crecer un punto adicional, que se van a triplicar las exportaciones a EE.UU. y que se van a crear más de 380.000 nuevos empleos. Nadie se explica cómo si la economía mexicana, no obstante contar con un Tratado de Libre Comercio con EE.UU, desde enero de 1994, en los últimos quince años su PIB ha crecido por debajo del promedio del crecimiento del PIB de Latinoamérica, ahora la economía colombiana, por el solo hecho de poner en marcha el TLC con EE.UU., va a crecer a un rítmo mayor.
Este es un verdadero espejismo, como lo es la pretensión de triplicar las exportaciones a ese país por cuenta del TLC, lo cual lo despeja un estudio del DNP realizado en 2007 el cual estima que con con el TLC con EE.UU. las exportaciones crecerán un magro 6.4% mientras las importaciones crecerán el 12%. Y ello es explicable, porque como lo anota el consultor empresarial, Jorge Alberto Velásquez, “una cosa son los acuerdos comerciales y otra la posibilidad de aprovecharlos: en Chile y México participamos únicamente con el 1.1% (US$ 907 millones) y 0.2% (US $ 638 millones), respectivamente, de sus importaciones totales. ¡Así de claro!