Andrés Felipe Rangel Gómez* | El Nuevo Siglo
Sábado, 7 de Febrero de 2015

El puente está quebrado

 

La canción infantil “El puente está quebrado” dice en parte de su letra: “El puente está quebrado, ¿Con qué lo curaremos? Con cáscaras de huevo”. Y esto fue lo que sucedió con el puente de la 103 con 11, se quebró, y con su caída dio una muestra más de la falta de gestión de la actual administración distrital en los temas de movilidad de la ciudad.

¿Cómo puede ser posible que para la prueba de resistencia de un puente peatonal se utilicen de manera ilegal a soldados y se exponga de esta forma su vida? ¿Cómo puede ser posible que se haga una maniobra de este tipo sin  tener en cuenta a la Secretaria de Movilidad para que se adelante un manejo de tráfico y se proteja a los ciudadanos en caso de accidente, violando con esto el artículo 101 del Código Nacional de Tránsito que establece que: “todo ciudadano que desee realizar obras en espacio público debe pasar por un plan de manejo de tránsito ante la autoridad competente”.

El pasado 5 de febrero se celebró en la ciudad el día sin carro, oportunidad para reflexionar, en los temas de movilidad de la ciudad. Bogotá es una ciudad que hoy debería tener sistemas desarrollados y bien planificados para una movilidad mejor. Sin embargo, años de improvisación y de malas decisiones, hacen que hoy día la capital del país, no tenga un metro, y sistemas de movilidad óptimos en calidad y en la cantidad de pasajeros que requieren ser transportados.

Según David Lois Garcia, profesor  y sicólogo experto en movilidad urbana, al aumentar el número de personas que se desplazan a pie, bicicleta o transporte público, las urbes se vuelven más humanas y sostenibles. Sin duda es algo positivo estimular el uso de transporte público o de medios alternativos como la bicicleta, para mejorar la movilidad, pero para que esto resulte es necesario que la calidad, seguridad y capacidad del transporte público mejore para que así las personas busquen usarlo con mayor frecuencia antes que el uso del automóvil.

De acuerdo con la encuesta de percepción ciudadana realizada por Napoleón Franco y encargada por Bogotá Cómo Vamos, en el año 2014, el 68% de los ciudadanos afirma que sus trayectos habituales duran más  tiempo que el año pasado. Tan solo el 15% está satisfecho con el  uso de Transmilenio y el 71% cree que la prestación de este servicio empeoró en comparación con el año pasado.

Cuando el número de habitantes de Bogotá crece aceleradamente, así como el de automóviles, la ciudad enfrenta el reto de mejorar considerablemente sus sistemas de transporte. En las próximas décadas, Bogotá necesitará más que cáscaras de huevo, si quiere superar sus dificultades en movilidad, será imprescindible el funcionamiento de un metro, la ampliación y mejoramiento del sistema integrado de transporte público, la construcción y mantenimiento de nuevas vías y la ampliación de las ciclorrutas si queremos que Bogotá sea una ciudad viable y sostenible en términos de movilidad.

@feliperangel81

*Politólogo

Universidad del Rosario